antes de marcharse de Hertfordshire, era el momento de hablar con el. Sintio que su estomago se contraia cuando acepto el vaso de manos de su amigo.
– Desearia que no te marcharas tan pronto, pero como no tienes mas remedio, brindo por los buenos hombres que acaban de irse y por tu rapido regreso. -Bingley levanto su vaso y le sonrio. Darcy sintio un dolor agudo al ver esa imagen. Cuando hubiese terminado lo que tenia que decirle, ?querria todavia que regresara? Brindo con Charles y ambos bebieron un largo trago.
– Charles, hay algo que debo decirte antes de marcharme.
– ?Dime, Darcy! -Bingley dejo su vaso sobre la mesa, se dejo caer comodamente sobre un gran sillon y le senalo el otro que estaba frente al fuego.
– No, gracias, creo que permanecere de pie. -Darcy dio otro sorbo al oporto y se quedo mirando las llamas fijamente.
Bingley lo miro con consternacion.
– ?Te sucede algo, Darcy? Ya he notado que esta noche estuviste mas callado que de costumbre.
– Los cargos de conciencia tienden a aplacar el espiritu, amigo mio, y esa es la razon de mi comportamiento esta noche. Sabia que tenia que hablar contigo y la perspectiva de hacer una confesion, aunque necesaria, nunca es placentera.
– ?Vamos, Darcy, suenas aterradoramente lugubre! ?Confesion! ?Que podrias tener que confesarme tu a mi?
– Charles, he interferido en tu vida de una manera que solo puedo calificar como la mayor impertinencia que he cometido en la vida. -Darcy miro a su amigo a la cara, en la que habia aparecido confusion y confianza al mismo tiempo, y sintio una oleada de arrepentimiento-. Mi unica excusa, si es que tengo derecho a alguna, es que en ese momento estaba convencido de que estaba actuando solo por tu bien. Pero he llegado a ver que estaba equivocado, muy equivocado, en todo.
– ?Darcy! Vamos, amigo mio…
– Charles -Darcy se apresuro a detener a Bingley, antes de que este comenzara a negar su culpa, y levanto una mano-, quiero que escuches cual fue mi delito. -Se mordio el labio, dejando escapar un suspiro, y luego tomo aire-. Sin tener ninguna consideracion por tus sentimientos, o los de ella, el otono pasado me propuse hacer todo lo que estuviera en mi poder para separarte de la senorita Bennet.
– ?Que? -Bingley miro a Darcy sin entender.
– Me esforce por evitar que alimentaras esa relacion, a pesar de que tu afecto resultaba evidente. Me habia convencido de que le eras indiferente a la senorita Bennet y por eso me propuse sembrar dudas sobre su caracter y convencerte de que no podias confiar en tu propio corazon. -Bajo la mirada hacia el vaso que tenia en la mano, sintiendose incapaz de mirar a su amigo-. Mi osadia me parece tan asombrosa incluso a mi mismo que comprendere perfectamente que me ordenes que me marche de tu casa en este mismo instante.
Bingley se puso palido y, al poner el vaso sobre la mesa, le temblo la mano.
– ?Todo este tiempo? ?Quieres decir que todo este tiempo ella…? ?Pero Caroline y Louisa me dijeron lo mismo!
– Tus hermanas no estaban de acuerdo con esa relacion, Charles. Ellas tienen expectativas mucho mas altas con respecto a tu matrimonio. Me averguenza decirlo pero, para serte franco, yo conspire con ellas en este asunto.
– ?Santo Dios, Darcy! ?No puedo creer que tu hayas hecho una cosa semejante! -Bingley se levanto de un salto, alejandose de el, mientras se pasaba la mano por el pelo.
– Fue una cosa absolutamente censurable. -Darcy observo con consternacion y dolor como Bingley comenzaba a pasearse de un extremo a otro. Si pudiera terminar alli; pero, claro, habia mas-. Mi deshonra no termina aqui, Charles. Tambien debo confesar que la senorita Bennet estuvo en Londres mas de tres meses durante el invierno y que di instrucciones para que te ocultaran el hecho de que se encontraba en la ciudad.
– ?Darcy!
– Y tengo que decirte que la senorita Bennet visito a la senorita Bingley y espero durante varias semanas a que esta le devolviera la visita, pero cuando eso ocurrio el unico proposito que tenia era acabar definitivamente con la relacion. E hizo eso siguiendo mis instrucciones. -Era terrible ver la cara de Bingley. Sintio que le dolia el corazon. Cerro los ojos, tratando de buscar una disculpa apropiada.
– Siento mucho el dolor que te he causado a ti y a la senorita Bennet. Lo siento en el alma, Charles. El unico remedio que puedo ofrecer es asegurarte que yo estaba equivocado respecto a la senorita Bennet y que ella, en efecto, te ama y todavia puede hacerte un hombre muy feliz.
Bingley se acerco a Darcy de manera amenazadora.
– ?Que tu me aseguras! Primero me dices que me enganaste, que me privaste del amor de la mas dulce de las mujeres y me animaste a dudar de mi propio corazon y ?ahora se supone que debo aceptar tus opiniones?
– Tienes razon en no tener en cuenta lo que yo te diga, Charles. He demostrado ser muy mal amigo. ?Dejame fuera de esto! Pero ?cual es tu
Una mezcla de emociones cruzo por el rostro de Bingley mientras trataba de asimilar lo que acababa de saber. Dio media vuelta y se sento, y Darcy le permitio la dignidad de guardar silencio. Se tomo el resto del oporto y espero, oyendo como el fuego chisporroteaba en la chimenea.
– ?Lo que ha debido de sufrir mi querida Jane durante todas esas semanas en Londres, Darcy! ?Que habra pensado de mi! ?Que habran pensado
– Charles, el hecho de que te hayan dado una bienvenida tan calurosa es una prueba mas de que los sentimientos de la senorita Bennet estan a tu favor.
– Si -dijo Bingley, como si estuviera pensando en voz alta-, eso parece razonable. ?Me recibieron
– Si me permites darte mi opinion, creo que si haces una propuesta de matrimonio tendras una respuesta que os llenara de felicidad a los dos.
– ?Tu crees, Darcy? -Bingley se sonrojo. Retrocedio un poco y carraspeo-. ?De verdad?
– No tengo dudas, ?tu si?
– ?No lo se! -Bingley comenzo a pasearse otra vez-. Creo que… Anoche ella… ?Ah, si me atreviera a preguntar! ?Darcy! -exclamo Bingley, colocandose a su lado.
– Espera un poco si quieres, pero el asunto terminara del mismo modo, Charles, y ya no dire ni una palabra mas sobre el tema.
Bingley solto un grito y estrecho la mano de su amigo con fuerza. Luego comenzo a hablar sin parar y le aseguro que, aunque se habia portado de manera abominable, no habia perdido un amigo y que ese amigo le perdonaba todo a la luz de su futura felicidad.
11
Londres todavia estaba bastante vacia, pues la mayoria de sus habitantes de clase alta permanecian en los cotos de caza el mayor tiempo posible, hasta que el Parlamento y la temporada de eventos sociales reclamaban de nuevo su presencia en las freneticas actividades de la ciudad. Mientras se tomaban una copa en Boodle's, el coronel Fitzwilliam le comento a su primo que se habia extendido ya la noticia de que Bonaparte no habia podido conquistar Moscu, aunque a un terrible precio. Darcy sacudio la cabeza. ?Que se podia decir de la enorme desesperacion que impulsaba a los hombres a quemar sus propias casas -una ciudad entera- en lugar de dejarlas en manos de aquel avaricioso monstruo!
– ?De que estais cuchicheando ahora, Darcy? ?Por Dios, pareceis un par de viejas!
Darcy se dio media vuelta al oir la voz, pero no se detuvo a fijarse en el rostro de su dueno sino que salto de la silla para darle una fuerte palmada en la espalda.