por lo cual luchar o a lo que enfrentarme -respondio-. Sin embargo, hay decisiones que debo tomar y que pueden determinar mi futuro.

– Asi es la vida -sentencio Darcy con fingido tono de resignacion, pero eso no disuadio a su companero.

– Por ejemplo -continuo Bingley-, el ano pasado decidi que sencillamente tenia que tener mi propia residencia campestre. Mis obligaciones sociales lo exigian. Esperaba tener eso resuelto en este momento, pero… ?Maldicion! No puedo tomar una decision. La semana pasada recibi una comunicacion del agente de Netherfield preguntandome si tengo intenciones de comprarla o no. Caroline se opone…

?Netherfield! La mente de Darcy comenzo a volar. Se habia olvidado por completo de Netherfield, pues habia asumido que Bingley habia terminado el contrato desde hacia meses, ?Netherfield! Y solo estaba a poco mas de tres millas de… ?Elizabeth!

– Tal vez -dijo Darcy, interrumpiendo con delicadeza las reflexiones de su amigo- otra visita te pueda ayudar a tomar una decision.

– ?Ese es tu consejo? -Bingley se echo hacia atras-. Eso pensaba yo, pero… ?Asi que eso crees! ?Bien! -Bingley movio la cabeza como si estuviera maravillado-. ?Serias tan amable, entonces, de considerar aunque fuera…?

– ?La posibilidad de acompanarte? -termino de decir Darcy, pero al instante deseo haberse mordido la lengua en lugar de dejar al descubierto su ansiedad.

Pero Bingley no parecio notarlo, porque inmediatamente se deshizo en palabras de agradecimiento y empezo a mencionar fechas y planes, hasta que el carruaje se detuvo en el lugar de la cena del club.

– ?Es muy amable por tu parte, Darcy! -exclamo Bingley, al descender a la acera.

?Amable por tu parte?, penso Darcy para sus adentros, mientras seguia a Bingley y entraban en el hotel, ?o solo se trataba de oportunismo egoista? Despues de pensarlo un rato, Darcy decidio que era una combinacion de ambas cosas. El otono anterior habia interferido en la vida de Charles con resultados tan nefastos que, aunque Jane Bennet recibiera o no a Bingley en esta segunda incursion a Hertfordshire, Darcy tenia la obligacion de reconocer que le debia a su amigo un relato completo de su conspiracion para separarlos desde el principio. Seria incomodo y embarazoso -molestias que se merecia con toda justicia-, e incluso, lo que era peor, podria costarle la amistad de un hombre estupendo. Y eso, se dijo Darcy con profundo dolor, tambien se lo mereceria.

– ?Por fin has llegado! -Una semana despues, Bingley recibio a Darcy en la misma puerta de Netherfield Hall, con una sonrisa y una palmada en la espalda, que atestiguaban la autentica calidez de la bienvenida-. Pense que iba a enloquecer hasta que llegaras, pero hay tanto que hacer al abrir una casa… ?Desde el amanecer hasta el ocaso!

– ?En serio? -Darcy enarco una ceja-. ?No tenia ni idea! -dijo burlon.

Bingley solto la carcajada.

– ?Vamos, entra! -Darcy siguio a su amigo hasta la biblioteca. A medida que avanzaban, vio como Bingley se detenia varias veces para dar instrucciones a algun criado o responder con seguridad a la pregunta de otro, hasta que finalmente estuvieron solos en su antiguo refugio, esperando a que les sirvieran un pequeno refrigerio. ?Solo habian sido necesarios un par de dias como amo de Netherfield para producir semejante cambio de actitud? ?De donde habia salido toda esa confianza en si mismo? Darcy se burlo de su amigo. Charles se sonrojo ligeramente al oir el cumplido y rapidamente lo atribuyo a la generosidad con que habia sido recibido. Varios de los propietarios de la comarca habian venido a visitarlo horas despues de su llegada, para celebrar su regreso al condado y hacerle todo tipo de invitaciones. Luego estaban los sirvientes. Eran casi todos los mismos que habia tenido el ano pasado, y dejaron entrever que se alegraban realmente de verlo regresar a Netherfield-. De verdad es algo extraordinario -concluyo Bingley con evidente satisfaccion-. ?Mas de lo que esperaba!

Darcy sonrio y murmuro que estaba de acuerdo, complacido con las dos buenas noticias de su amigo. Al parecer, los vecinos no estaban resentidos con Bingley por los sucesos del ano anterior sino que, de hecho, estaban ansiosos por renovar su amistad. Que los criados estuvieran contentos con su regreso tambien era un buen augurio. Sin duda, la mayor confianza de Bingley en si mismo y la facilidad con que asumia su papel eran testimonio de los esfuerzos de todo el mundo para animarlo a quedarse. Solo restaba el asunto de la senorita Bennet. ?Habria tratado de verla?

La bandeja que habian ordenado llego por fin y, cuando el criado cerro la puerta de la biblioteca, Darcy le pregunto a Bingley si habia hecho alguna visita desde su llegada. Como habia estado muy ocupado, solo habia ido a casa del squire Justin, contesto Bingley sacudiendo la cabeza, y porque se habia encontrado con su carruaje en el camino y el hombre habia insistido mucho para que lo acompanara a tomar un te de bienvenida.

– Pero ayer tome la decision de poner remedio a eso. -Bingley miro a su amigo con una mezcla de ansiedad y entusiasmo-. Pretendo visitar a la familia Bennet manana.

– ?En serio? -Darcy recibio el anuncio de Bingley sin mostrar ni un atisbo de sorpresa, pero el corazon le palpitaba como loco ante semejante perspectiva.

– Se que la compania de los Bennet no es tu preferida -continuo diciendo Bingley, recostandose en la silla- y las hermanas menores pueden ser bastante molestas. Podria posponerla…

– Mi querido Bingley -replico Darcy con fingida severidad-, ?no vas a descuidar tus obligaciones sociales con una familia tan destacada como los Bennet por mi culpa!

Su amigo solto una carcajada y luego se calmo un poco para preguntarle:

– ?Entonces no pones ninguna objecion?

– Ninguna. -Darcy se levanto de la silla, pues la rapidez con la que se iba a sumergir en el mundo de Elizabeth le inundo de una dicha y un temor que no estaba seguro de poder ocultar, y se acerco a la ventana que se abria a los campos y el bosque de la mansion-. ?Vemos que ha pasado con las tierras durante todo este ano de ausencia?

Mientras se estaban tomando un oporto esa noche, Bingley decidio que, en lugar de enviar su tarjeta para anunciar la visita, sorprenderian a sus vecinos para verlos en persona. Debatiendose entre el apremiante deseo de ver a Elizabeth y un cierto temor a que su presencia tal vez no le causara a ella, ni a su familia, tanto placer como el que Bingley pronosticaba, Darcy se limito a asentir en senal de que aprobaba el plan de su amigo, antes de dirigir la conversacion hacia otros temas. Su primera motivacion al venir a Netherfield era el bienestar de Bingley y, si habia cometido un terrible error al valorar los sentimientos de Jane Bennet, rectificar su delito. Cuanto mas pronto determinara la verdad o la falsedad del asunto, mejor… no solo para Bingley sino para su propia conciencia. Pero tambien habia venido con la esperanza de descubrir que quedaba del principio que el y Elizabeth habian tenido en Pemberley. Durante la mayor parte de su viaje hasta Hertfordshire, habia reflexionado mucho acerca de como conseguir esos dos objetivos, pero la oportunidad de enfrentarse a ambos se le habia presentado de manera milagrosa, sin tener que hacer ningun esfuerzo. No obstante, era tan vertiginosa la velocidad con que sus esperanzas y temores se iban decantando hacia una accion inevitable, que superaba cualquier cosa que el hubiese planeado o, a decir verdad, anorado.

A pesar de lo mucho que lo deseaba, no habia manera de negar el hecho concreto de que al dia siguiente estaria cara a cara con Elizabeth. ?Como seria ese encuentro? ?Como deberian actuar de ahi en adelante? Acostado en la cama esa noche, Darcy observo con amargura lo paradojico que era el hecho de que un suceso que uno ha deseado tanto, cuando esta a punto de ocurrir, pudiera transformarse en algo cargado de terrible inquietud. Paso la noche intranquilo, pero cuando finalmente amanecio, la manana le trajo la conviccion de que, con el fin de lograr lo que habia venido a hacer, no era a Elizabeth a quien debia observar sino a Jane Bennet, y era a ella a quien debia dirigir la mayor parte de su capacidad de discernimiento.

Cabalgaron lentamente. Cuando Darcy se encontro con su amigo en el patio, Bingley lo saludo con su habitual cordialidad y buen animo y comenzo a charlar, pero eso solo duro hasta que tomaron el camino hacia Longbourn. Luego la conversacion se fue debilitando. En aquel momento, Bingley guardaba silencio y el trote de los caballos se habia reducido a un paso lento. Darcy miro a su amigo con el rabillo del ojo en busca de un resurgimiento de su entusiasmo, pero Charles siguio ensimismado y el no supo como romper ese estado de animo.

Acababan de tomar la desviacion que conducia directamente a Longbourn, cuando Bingley detuvo su caballo.

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