Mellyora movio la cabeza, asintiendo. Yo le pregunte:
—?Crees en la historia de las virgenes?
Mellyora asintio antes de responder.
—Pues… cuando estoy alli, entre esas piedras, me parece que estuvieran vivas.
—A mi tambien.
—Una noche, Kerensa, cuando haya luna llena, iremos alla y las observaremos. Siempre quise estar alli con luna llena.
—?Crees que la luz lunar tiene algo de especial?
—Por supuesto. Los antiguos britanos adoraban al sol… y a la luna, supongo. Hacian sacrificios y demas. Ese dia, cuando te vi dentro del muro, pense que eras la septima virgen.
—Eso supuse. Tu expresion era tan rara… como la que tendrias si vieras un fantasma.
—Y esa noche —prosiguio Mellyora—, sone que te estaban emparedando en el Abbas, y yo arrancaba las piedras hasta sangrarme las manos. Te ayude a escapar, Kerensa, pero al hacerlo me lastime terriblemente. — Volvio la espalda al paisaje que se extendia ante nosotras—. Es hora de que volvamos a casa —agrego.
Al principio, durante el viaje de regreso, estabamos solemnes; luego parecio obsesionarnos a las dos el deseo de romper el estado de animo que nos dominaba. Mellyora dijo que en ninguna parte del mundo habia tantas leyendas como en Cornualles.
—?Por que las habra? —inquiri.
—Porque somos el tipo de personas a quienes les ocurren esas cosas, supongo.
Despues nuestro estado de animo se torno frivolo y nos empezamos a contar relatos descabellados acerca de las piedras y penascos que veiamos, cada una procurando superar el relato de la otra y volviendose cada vez mas ridicula.
Pero ninguna de nosotras prestaba realmente atencion a lo que deciamos; creo que Mellyora estaba pensando en ese sueno suyo… y yo tambien.
* * *
El tiempo empezo a trascurrir con rapidez porque cada dia era igual al otro. Me habia asentado en mi comoda rutina; y cada vez que iba a la cabana a ver a abuelita, le decia que ser casi una dama era tan maravilloso como yo siempre habia pensado que seria. Ella dijo que esto se debia a que yo estaba siempre esforzandome por alcanzar una meta, lo cual era un buen modo de vivir con tal de que la meta fuese buena. Por su parte, le iba bien… mejor que nunca, y habria podido vivir bastante bien con las cosas buenas que yo llevaba de las cocinas del rectorado, y que Joe le llevaba de la casa del veterinario; el mismo dia anterior los Pengaster habian matado un cerdo y Hetty se habia ocupado de hacerle llegar un jamon de buen tamano. Ella lo habia salado y tenia comida para muchos dias. Su renombre nunca habia sido tan alto. Joe era feliz en su labor; el veterinario lo tenia en gran estima, de vez en cuando le daba uno o dos peniques cuando el habia desempenado especialmente bien alguna tarea. Joe decia que vivia con la familia y se le trataba como a un miembro de ella; pero no le habria importado como lo trataran con tal de que pudiera ocuparse de sus animales.
—Es raro, como ha resultado todo tan bien —comente.
—Como el verano despues de un mal invierno —asintio abuelita—. Sin embargo, preciosa, debes recordar que el invierno puede volver y volvera. No es natural tener verano siempre.
Pero yo estaba convencida de que iba a vivir en un verano perpetuo. Tan solo algunos asuntos triviales oscurecian mi placentera existencia. Uno fue cuando vi a Joe pasar por el poblado con el veterinario, rumbo a los establos del Abbas. Iba de pie en la parte trasera del coche, y yo pense que para mi hermano era una indignidad viajar como un sirviente. Me habria gustado verlo viajar como un amigo del veterinario, o como un ayudante. Mejor aun si hubiese podido viajar en la berlina del medico.
Aun detestaba esas ocasiones en que Mellyora salia de visita con su mejor vestido y sus largos guantes blancos. Queria estar a su lado, aprendiendo como entrar en una sala de recibo, como participar en una charla ligera. Pero nadie me invitaba, por supuesto. Por otro lado, la senora Yeo solia comunicarme de vez en cuando que, pese a la amistad de la senorita Mellyora, yo no era mas que una criada superior en la casa… casi a la altura de su enemiga la senorita Kellow, pero no tanto. Estos eran pequenos pinchazos en mi idilica vida.
Y cuando Mellyora y yo bordabamos nuestros monogramas —nombres y fechas en diminutas puntadas en cruz, que me resultaban muy dificiles—, la senorita Kellow nos permitio elaborar nuestro propio lema. Yo elegi como el mio: 'La vida es tuya para moldearla como quieras.' Y como este era mi credo, disfrute de cada costura. Mellyora eligio como el suyo: 'Haz a los demas lo que quieras que te hagan a ti', porque decia que si se obedecia ese lema, se debia ser buena amiga para todos, ya que una misma era su mejor amiga.
Recuerdo con frecuencia aquel verano: sentadas junto a la ventana mientras estudiabamos nuestras lecciones, o a veces bajo el castano en el prado, mientras bordabamos nuestros monogramas y conversabamos con la musica de fondo de las abejas satisfechas en dulce lavanda perfumada. El jardin estaba pleno de lindos aromas… las diversas flores, los pinos y la tibia tierra humeda, mezclados con ocasionales olores de la cocina. Blancas mariposas (que fueron una plaga ese verano) danzaban locamente entre el colgante purpura de las flores. A veces yo procuraba captar un instante y susurraba para mi: 'Ahora. ?Esto es ahora!' Queria conservarlo asi para siempre. Pero el tiempo siempre estaba alli para derrotarme… pasando, pasando inexorablemente; y al mismo tiempo que yo hablaba, ese 'ahora' se habia vuelto pasado. Del otro lado del seto vivo percibia yo la presencia del camposanto con sus lapidas, un recordatorio constante de que el tiempo no se detendra para ninguno de nosotros; pero siempre me las ingeniaba para darle la espalda, pues ?cuanto ansiaba que ese verano continuara! Tal vez fuese alguna intuicion de mi parte, porque en ese verano tuvo lugar el final de la vida en la que yo habia encontrado un hueco comodo para mi.
Justin Saint Larston habia salido de la Universidad el ano anterior, y lo veiamos con mayor frecuencia. A menudo solia yo encontrarlo cuando cruzaba el poblado a caballo. Ahora tenia como tarea ayudar en la propiedad preparandose para el dia en que pasaria a ser el dueno. Si Mellyora estaba conmigo, el solia inclinarse cortesmente y hasta sonreir, pero su sonrisa era un tanto melancolica. Cuando nos lo encontrabamos, eso alegraba el dia a Mellyora; solia ponerse mas linda y mas tranquila, como si la ocuparan pensamientos placenteros.
Kim, que era un poco mas joven que Justin, se encontraba todavia en la Universidad; yo pensaba complacida en los dias en que el hubiera concluido sus estudios; tal vez entonces lo vieramos con mayor frecuencia en el poblado.
Una tarde estabamos sentadas en el cesped, con nuestros bordados en las manos. Yo habia puesto fin a mi lema, llegando al punto final despues de 'quieras' cuando Bess salio corriendo al prado. Fue derecho hacia nosotras y exclamo:
—?Senorita, hay noticias terribles del Abbas! Mellyora palidecio un poco y dejo caer sobre el cesped su costura.
—?Que noticias? —pregunto, y yo supe que estaba pensando que algo terrible le habia ocurrido a Justin.
—Es Sir Justin. Tuvo como un colapso en el gabinete, asi dicen. El doctor estuvo con el. Esta muy mal. Dicen que no hay esperanzas de que viva.
—?Quien lo dice? —inquirio Mellyora, visiblemente tranquilizada.
—Pues el senor Belter se lo oyo al jefe de plafreneros de alla. Dice que Sir Justin se encuentra en un estado terrible.
Mientras Bess entraba a la casa, nosotras nos quedamos sentadas en el cesped, pero ya no podiamos trabajar. Yo sabia que Mellyora estaba pensando en lo que esto significaria para Justin. Si su padre moria, el seria Sir Justin, y el Abbas le perteneceria. Me pregunte si Mellyora estaba triste porque no le gustaba oir hablar de enfermedades, o tal vez Justin le pareciese mas fuera del alcance que nunca.
* * *
La senorita Kellow fue la primera en recibir la siguiente noticia. Todas las mananas leia los anuncios, porque segun sugeria, le interesaba enterarse de los nacimientos, muertes y matrimonios que tenian lugar en las ilustres familias a las que habia servido.
Entro en el aula con el diario en la mano. Mellyora me miro con una leve mueca, que la senorita Kellow no pudo ver y significaba: 'Ahora nos enteramos de que Sir Fulano se casa o ha muerto… y que ella fue tratada