—?Oh… Mellyora!
Se encogio de hombros con impaciencia, y esa tarde salio con la senorita Kellow en el cochecito tirado por la jaca. Desde mi ventana oi al cochecito, y cuando me asome y las vi me senti ofendida, porque Mellyora no me habia pedido que fuese con ellas.
Al regresar irrumpio en mi cuarto con los ojos centelleantes, las mejillas levemente ruborizadas. Sentandose en mi cama se puso a saltar. Despues se detuvo y, poniendo la cabeza de costado, dijo:
—Cenicienta, ?te gustaria ir al baile?
Lance una exclamacion ahogada.
—Mellyora, quieres decir que…
—Estas invitada —asintio ella—. Bueno, exactamente tu no, porque ella no tiene la mas remota idea… pero tengo una invitacion para ti y sera tan divertido, Kerensa. Mucho mas que ir con papa o con cualquier senora de compania que el me hubiera podido encontrar.
—?Como lo conseguiste?
—Esta tarde fui a ver a Lady Saint Larston. Ocurre que es su dia de recepcion… Como eso me dio una oportunidad de hablarle, le dije que papa estaba indispuesto y no podia llevarme al baile, pero que en mi casa se alojaba una amiga mia… asi que, ?podria transferirse a ella la invitacion? Fue muy cortes.
—Mellyora… pero ?cuando lo sepa!
—No lo sabra. Cambie tu nombre, por si acaso ella te conoce. Obtuvo la impresion de que eres mi tia, pese a que no dije tal cosa. Es un baile de mascaras. Ella nos recibira en la escalinata. Tendras que aparentar mas edad… la suficiente para llevar a una senorita a un baile. Esto me entusiasma tanto ahora, Kerensa. Tendremos que decidir que vamos a ponernos. ?Disfraces! ?Imaginatelo! Todos tendran un aspecto maravilloso. De paso, seras la senorita Carlyon.
—Senorita Carlyon —murmure, y luego—: ?De donde puedo sacar un disfraz?
Puso la cabeza a un costado.
—Deberias haber practicado mas con tu costura. Ya ves, como papa esta preocupado por el dinero, no puede darme mucho para comprar un vestido, y tendremos que hacer dos con uno solo.
—?Como puedo ir sin vestido?
—No te des por vencida tan facilmente. 'La vida es tuya para hacer de ella lo que quieras.' ?Que me dices de eso? Y aqui estas tu diciendo 'no puedo, no puedo, no puedo' ante el primer obstaculo. —Repentinamente me abrazo diciendo—: Es divertido tener una hermana… ?Que fue eso que dijo tu abuelita sobre compartir cosas?
—Que si compartias tus alegrias las duplicabas; si compartias tus pesares los reducias a la mitad.
—Es verdad. Ahora que tu vendras, me siento tan excitada… —Me aparto de si y volvio a sentarse en la cama—. Lo primero que debemos hacer es decidir que vestidos nos gustaria ponernos; despues veremos como conseguirlos.
Imaginate parecida a uno de esos cuadros que hay en la galeria del Abbas. Ah, tu no los has visto. Terciopelo, creo. Serias una hermosa espanola con tu cabello negro peinado en alto, una peineta y una mantilla. Ya entusiasmada, repuse:
—Tengo sangre espanola, mi abuelo fue espanol. Podria conseguir la peineta y la mantilla.
—Listo, ya ves. Terciopelo rojo para ti, creo. Mi madre tenia un vestido de noche de terciopelo rojo. Nadie ha tocado sus cosas. —Otra vez de pie, me tomo las manos y me hizo girar—. Las mascaras son faciles… Se las recorta de terciopelo negro, y haremos dibujos en ellas con cuentas. Tenemos tres semanas para prepararnos.
Yo estaba mucho mas entusiasmada que ella. Era cierto que mi invitacion era un poco indirecta, y que jamas habria sido hecha si Lady Saint Larston hubiese sabido quien iba a recibirla; pero de todos modos yo iria. Iba a lucir un vestido de terciopelo rojo que habia visto y me habia probado. Seria necesario alterarlo y reformarlo; pero podiamos hacerlo. La senorita Kellow nos ayudo, no muy afablemente, pero era una costurera experta.
Yo estaba complacida porque mi vestido no costaria nada, y todo el dinero que el reverendo Charles habia dado a Mellyora (y que no era mucho) se gastaria en ella. Decidimos que el Vestido de ella seria griego, asi que compramos terciopelo blanco y seda de color dorado, en la cual cosimos lentejuelas doradas. Era una tunica suelta, con engarces dorados; con el cabello cayendole sobre los hombros y su mascara de terciopelo negro, Mellyora estaba muy hermosa.
Con el trascurrir del dia, no hablabamos de otra cosa que del baile y la salud de Sir Justin. Nos aterraba que el muriese y hubiese que cancelar el baile.
* * *
Fui a contarselo a abuelita Be.
—Ire de dama espanola —le dije—. Es lo mas maravilloso que me ha sucedido en mi vida.
Ella me miro con cierta tristeza; despues dijo:
—No cuentes demasiado con ello, preciosa.
—No cuento con nada —repuse—. Tan solo me recuerdo que entrare en el Abbas… como invitada. Estare vestida de verdadero terciopelo. Abuelita, ojala vieras el vestido que me pondre.
—La hija del parroco siempre fue buena contigo, querida. Se siempre su amiga.
—Lo sere, por supuesto. Ella esta tan contenta de que yo la acompane, como yo de ir con ella. Aunque la senorita Kellow piensa que yo no deberia ir.
—Ojala no encuentre algun modo de revelar a Lady Saint Larston quien eres.
—No se atreveria —repuse sacudiendo la cabeza, triunfante.
Abuelita fue al deposito; la segui y mire mientras ella abria el cajon y sacaba las dos peinetas y mantillas.
—Me agrada ponerme las m(as algunas noches —dijo—. Entonces, cuando me encuentro aqui sola, imagino que Pedro esta conmigo. Porque asi era como le gustaba verme. Ven, dejame probarte esto. —Levemente me levanto el cabello y clavo la peineta atras. Era una peineta alta, incrustada de diamantes—. Estas igual que yo a tu edad, preciosa. Ahora la mantilla… —Me cubrio con ella la cabeza y se aparto—. Cuando este puesta como se debe, no habra ninguna que se te iguale —declaro—. Me gustaria peinarte yo misma, nieta mia.
Era la primera vez que me llamaba asi; pude intuir que se enorgullecia de mi.
—Por la noche ven al rectorado, abuelita —dije—. Entonces podras venir a mi habitacion y peinarme.
—? Estara permitido?
Entrecerre los ojos al responder:
—Alli no soy una criada… en realidad, no. Solo tu puedes peinar mi cabello, asi que debes hacerlo.
Apoyo una mano en mi brazo y me sonrio diciendo:
—Ten cuidado, Kerensa. Ten cuidado siempre.
* * *
Habia llegado una invitacion para mi. Decia que Sir Justin y Lady Saint Larston solicitaban la presencia de la senorita Carlyon en el baile de disfraces. Mellyora y yo nos pusimos casi histericas de risa cuando la leimos, y Mellyora no cesaba de llamarme senorita Carlyon, imitando la voz de Lady Saint Larston.
No habia tiempo que perder. Cuando nuestros vestidos estuvieron terminados, nos los probabamos todos los dias, y yo me ejercitaba en usar la peineta y la mantilla. Sentadas juntas, haciamos nuestras mascaras, cosiendo en ellas cuentas negras para que relucieran. Esos dias fueron algunos de los mas felices de mi vida.,
Practicabamos baile.. Segun Mellyora, era muy facil cuando se tenia juventud y pies agiles. Simplemente habia que seguir a la pareja de baile; descubri que podia bailar bien y me encantaba.
Durante estos dias, no advertiamos que el reverendo Charles empalidecia cada vez mas. Pasaba gran parte del tiempo en su gabinete. Sabia cuan entusiasmadas estabamos y creo —aunque esto no se me ocurrio hasta despues— que no queria ensombrecer en lo mas minimo nuestro placer.
* * *
Por fin llego el dia del baile. Mellyora y yo nos pusimos nuestros trajes; abuelita fue al rectorado para