—Tendre los ojos abiertos —le dije. —Y pregunta a tu abuelita si puede ayudarme… —Bueno, senora Pengallon, no regresare alla por el momento.

—Oh, no —intervino maliciosamente Hetty—. Ahora trabajas en el Abbas, junto con Doll y Daisy. Doll esta casi de novia con Tom, asi que nos cuenta. Valgame, yo no querria trabajar para esa familia.

—No creo probable que tengas tal oportunidad —le replique.

Reuben, que nos observaba con atencion mientras hablabamos, se sumo a la risa de Hetty.

—Vine a traer tus hierbas —dije friamente.

Hetty se apodero de ellas, las metio en el bolsillo de su vestido y yo me dispuse a salir.

—Y no olvides preguntarle a tu abuela —insistio la senora Pengallon—. No descanso de noche, preguntandome que le habra sucedido a mi Tabs.

Fue entonces cuando intercepte una mirada entre Hetty y Reuben. Quede alarmada, pues me parecio… maligna. Ambos compartian algun secreto, y me parecio que aunque les hacia gracia, no ocurria lo mismo con otros. Entonces tuve un gran deseo de salir de la cocina de los Pengaster.

Estaba demasiado inmersa en mis propios asuntos para darme cuenta de lo que le estaba ocurriendo a Mellyora. Con frecuencia oia voces airadas en las habitaciones cercanas a la mia, y conjeturaba que Judith estaba reconviniendo a su marido por alguna supuesta negligencia. Estas escenas empezaban a volverse algo monotonas, y aunque mi ama no me desagradaba, mi simpatia (si es que mis sentimientos eran tan profundos como para merecer tal nombre) era para Justin, pese a que casi nunca me dirigia la palabra; y la unica ocasion en que parecia consciente de mi presencia era cuando Judith lo avergonzaba con sus excesivas demostraciones de afecto. No creia que su esposa le interesara mucho, y bien podia imaginarme lo fatigoso que debia ser que alguien le exigiera a uno carino continuamente.

Con todo, era una situacion que yo aceptaba y no adverti la creciente tension, ni tampoco el efecto que estaba teniendo en las personas involucradas: Justin, Judith… y Mellyora. Siendo tan egocentrica, olvide temporalmente que la vida de Mellyora podia tomar un giro tan dramatico como la mia.

Sucedieron dos cosas que parecieron muy importantes.

La primera fue mi descubrimiento casual de lo que habia sucedido al gato de la senora Pengallon. Fue Doll quien delato la informacion. Me pregunto si abuelita Be le prepararia algunas hierbas para el cutis, tal como las que habia dado a Hetty Pengaster. Le conteste que sabia cuales eran, y que la proxima vez que fuera a visitar a mi abuela le traeria un poco. Entonces se me ocurrio mencionar que cuando entregue las de Hetty, la senora Pengallon estaba preocupada por su gato.

Doll se echo a reir por lo bajo, diciendo:

—Jamas volvera a ver a ese gato.

—Supongo que habra encontrado un nuevo hogar. —?Si, bajo tierra! —exclamo Doll. Cuando la mire inquisitivamente se encogio de hombros—. Oh, fue Reuben quien lo mato. Yo me hallaba presente cuando lo hizo. El estaba realmente enloquecido. El viejo gato mato una de sus palomas… y el mato al viejo gato. Lo mato, si, con sus propias manos.

—?Y ahora no se atreve a decirselo a la senora Pengallon!

—Reuben dice que se lo tiene merecido. Ella sabia que el viejo gato perseguia a sus palomas. ?Conoces el palomar? Atras hay un jardincillo cuadrado, y alli enterro Reuben al gato… y a la paloma tambien. Uno es el martir, dijo. Otro el asesino. Ese dia estaba realmente fuera de sus cabales, te lo aseguro.

Aunque cambie de tema, no olvide, y ese dia fui a ver a mi abuela y le hable del gato y de lo que yo habia descubierto.

—Esta sepultado detras del palomar —le dije—. Asi, si te lo pregunta la senora Pengallon, podras decirselo.

Abuelita quedo complacida. Entonces me hablo de su renombre como mujer sabia y me explico la importancia de advertir todo cuanto sucedia. No debia desconocerse ningun pequeno detalle de la vida, porque nunca se sabia cuando seria necesario.

En esa ocasion no me lleve las hierbas de Doll porque no queria que ella supiese que yo habia ido a ver a mi abuela. Al dia siguiente, la senora Pengallon visito a abuelita, rogandole que utilizara su magia y encontrara el gato.

Abuelita pudo indicarle el jardincillo situado tras el palomar de Reuben. Cuando la senora Pengallon vio la tierra recien removida y hallo el cuerpo de su idolatrado gato, quedo llena de furia contra quien habia matado al animalito y de congoja por su perdida. Pero cuando estas emociones se mitigaron un poco, la anonado la admiracion por la habilidad de mi abuela, y durante algunos dias el tema principal en las cabanas fue el poder de abuelita Be.

A su puerta comenzaron a llegar obsequios, y hubo un verdadero banquete en la cabana. Yo fui a verla y ambas nos reimos de lo sucedido. Convencida de tener la abuela mas sabia del mundo, estaba decidida a ser como ella.

Le lleve sus hierbas a Doll, cuya creencia en ellas era tan grande, que fueron totalmente eficaces y le desaparecieron por entero las manchas en la espalda, para las cuales las necesitaba.

Abuelita Be poseia facultades sobrenaturales. Abuelita Be conocia acontecimientos que no podia haber presenciado; podia curar achaques. Era una persona a tener en cuenta; y como todos sabian cuanto me queria, se me debia tratar con especial cuidado.

Y la circunstancia de que nosotras mismas habiamos causado esta situacion aprovechando un poco de buena suerte, era doblemente satisfactoria.

Volvia a tener mi sueno de lograr todo aquello que habia emprendido. Estaba convencida de que no podria fracasar.

* * *

Sentados junto a la mesa, cenabamos. Habia sido un dia agotador. Judith habia salido a caballo con Justin. Habian partido de manana temprano, encantadora ella en su traje gris perla con el pequeno toque de verde esmeralda en la garganta. Cuando estaba contenta se la veia muy bella, y ese dia estaba satisfecha porque Justin la acompanaba. Pero yo sabia que no podia estar mucho tiempo satisfecha; siempre estaba vigilante, y cualquier pequeno gesto, cualquier inflexion de la voz de Justin, podian impulsarla a pensar si acaso el se estaba cansando de ella. Entonces empezarian los problemas; ella formularia preguntas interminables, le requeriria apasionadamente si el la amaba todavia, cuanto la amaba. Habia oido la voz alta de ella y la baja de el. Cuanto mas intensa se ponia ella, mas remoto estaba el. Yo no creia que el la manejase tan bien como podria hacerlo; estaba convencida de que el percibia esto, pues a veces veia su expresion de alivio cuando ella salia de una habitacion.

Pero esa manana ambos habian partido de buen animo, y yo me regocije, porque esto significaba que tendria un poco de tiempo disponible. Iria a ver a abuelita; tener esperanzas de pasar un rato con Mellyora era inutil, pues Lady Saint Larston la tenia todo el dia ocupada. ?Pobre Mellyora! Mi suerte era mas liviana que la suya; sin embargo, a veces me parecia verla absolutamente feliz… otras veces no estaba segura. Pero una cosa si sabia; se estaba poniendo cada vez mas bella desde nuestra llegada al Abbas.

Pase la manana con abuelita Be, y por la tarde temprano Judith volvio sola. Estaba aturdida, tanto que se confio en mi… porque sentia necesidad de hablar con alguien, supongo.

Ella y Justin habian ido a merendar con la familia de ella. Mas tarde ambos habian partido juntos y… Ella se interrumpio y conjeture que habian disputado. Los imagine merendando en la lugubre casa; quizas estuviese presente la madre de ella, un tanto confusa… y todo el tiempo se estarian preguntando que haria luego ella. Aquella casa estaba llena de sombras, y sobre ella flotaria la leyenda del monstruo. Imagine a Justin deseando no haberse casado jamas con ella, preguntandose tal vez por que lo habria hecho. Lo imagine formulando algun comentario que la habria alterado… luego las apasionadas exigencias de que el demostrara su carino, y los altercados.

Juntos habrian partido de Derrise; el habria fustigado colericamente a su caballo alejandose de ella… cualquier cosa por escapar; y ella habria llorado. Me daba cuenta de que habia estado llorando. Demasiado tarde, habria tratado de seguirlo, se habria dado cuenta de que lo habia perdido de vista y entonces habria empezado a preguntarse donde estaba el.

Judith habia regresado al Abbas en su busca, y al no encontrarlo quedo anonadada por celosa ansiedad.

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