—Soy muy atrevido, Kerensa, especialmente cuando se refiere a ti.
—Mejor sera que se marche… sin demora.
—Oh, no ?No crees que sera mejor que me quede?
Salte de la cama. El se incorporo, pero sin acercarse a mi; simplemente se quedo mirandome con fijeza.
—Siempre me pregunte como te peinarias el cabello de noche. Dos largas trenzas… ?Que recatada! Aunque me gustaria verlo suelto.
—Si no se marcha de inmediato gritare pidiendo auxilio.
—En tu lugar no haria tal cosa, Kerensa.
—Yo no soy usted y le repito, lo hare.
—?Por que no puedes ser razonable?
—?Por que no puede usted conducirse como un caballero?
—?Contigo… que de ningun modo eres una dama?
—Lo odio, Johnny Saint Larston.
—Bueno, hablaste como la ninita de las cabanas. Pero prefiero que me odies a que seas indiferente.
—No siento nada por usted… nada en absoluto.
—No sientes nada por la verdad. Sabes que me odias y ansias que te haga el amor, pero piensas que la dama en la que tratas de convertirte deberia insistir en el matrimonio antes de recibir un amante.
Corri a la puerta, y abriendola de un tiron, dije:
—Le dare diez segundos, Johnny Saint Larston. Si no sale antes, y si trata de tocarme, gritare hasta despertar a su hermano y la esposa de el.
Al darse cuenta de que yo hablaba en serio, quedo momentaneamente desanimado. Pasando a mi lado, salio al corredor; su mirada era colerica y malevola. Quede horrorizada, pues comprendi que el creia realmente que yo me convertiria en su amante esa noche.
Entre en mi cuarto, cerre la puerta y me apoye en ella, temblando. Me preguntaba: ?como iba a descansar tranquila, sabiendo que a cualquier hora de la noche el podia entrar en mi cuarto?
No podia volver a la cama. Me acerque a la Ventana y mire afuera. La luz lunar me mostro los jardines y, mas alla, el prado con el circulo de piedras.
Alli me quede inmovil un rato. Oi que un reloj daba la medianoche. Y entonces vi a Johnny. Se alejaba de la casa con paso decidido. Permaneci quieta, mirandolo, mientras el bordeaba el campo y tomaba el camino hacia el poblado. Ese camino conducia tambien hacia Larnston Barton.
Cierto instinto me dijo que, habiendo fracasado conmigo, Johnny iba en busca de Hetty Pengaster.
* * *
Sigilosamente fui por el corredor al cuarto de Mellyora y golpee la puerta con suavidad. Como no tuve respuesta, entre. Mellyora dormia.
Me quede unos segundos contemplandola. Que hermosa e inocente se la veia alli tendida. Tambien Mellyora, pense, estaba indefensa, en esa casa. Pero Justin jamas entraria en su pieza sin ser invitado. Pese a ello, Mellyora era mas vulnerable que yo.
—Mellyora —susurre—. No te alarmes. Soy yo… Kerensa.
—?Kerensa! —se sobresalto ella—. ?Que es lo que ocurre?
—Ahora, nada malo… Pero no quiero volver a mi cuarto.
—?A que te refieres? ?Que paso?
—Entro Johnny. No me siento segura si el puede entrar cuando quiere.
—?Johnny! —repitio ella despectivamente. Asenti con la cabeza.
—Esta tratando de seducirme y le temo…
—?Oh… Kerensa!
—No te alarmes. Solo quiero quedarme contigo. Se aparto y yo me deslice en la cama. —Estas temblando —dijo ella.
—Fue bastante horrible.
—?No te parece que… deberias irte?
—?Irme del Abbas? ?Y adonde?
—No se… a alguna parte.
—?A trabajar en alguna otra casa, a estar a disposicion de otra persona?
—Tal vez seria mejor para las dos, Kerensa.
Era la primera vez que ella admitia sus dificultades y senti temor. En ese momento yo estaba segura de que jamas abandonaria el Abbas por mi propia voluntad.
—Puedo manejar a Johnny —dije.
—Pero este ultimo asunto…
—Si tengo que denunciarlo, haremos entender a todos de quien es la culpa.
—Que fuerte eres, Kerensa.
—He tenido que cuidarme toda la vida. Tu has tenido tu padre que te cuido… No te preocupes por mi, Mellyora.
Guardo silencio un rato; luego dijo:
—Quiza para las dos, Kerensa…
—Podriamos 'ir mas lejos y pasarlo peor' —cite. Senti el alivio en el pequeno suspiro que lanzo.
—?Donde encontrariamos puestos juntas? —inquirio.
—Ah, ?donde?
—Y despues de todo, Saint Larston es nuestro hogar.
Quedamos un rato calladas. Luego dije:
—?Puedo compartir tu habitacion en el futuro, mientras el este aqui?
—Sabes que puedes.
—Entonces yo no tendre nada que temer —agregue.
Las dos tardamos largo rato en dormirnos.
Judith supo, por supuesto, que yo dormia en la pieza de Mellyora, y cuando sugeri el motivo no hizo ninguna objecion.
Durante las semanas subsiguientes, Mellyora y yo volvimos a estrechar nuestros vinculos, ya que compartir una habitacion significaba compartir confidencias. Nuestra relacion se parecia mas a lo que habia sido en el rectorado, que nunca desde nuestra llegada al Abbas, y desde que sus sentimientos hacia Justin nos habian distanciado un poco.
Durante ese periodo recibi una carta de David Killigrew. Decia que pensaba en mi constantemente; su madre estaba tan fuerte como siempre fisicamente, pero cada dia se tornaba un poco mas olvidadiza; el trabajaba mucho, pero no veia esperanzas de obtener un cargo eclesiastico, cosa que, segun sugeria, debia hacer antes de pedirme que me casara con el.
Yo apenas si podia recordar su aspecto. Me sentia culpable porque el era tan formal y yo, en una epoca, habia pensado en casarme con el tal como en ese momento, en el fondo de mi corazon, pensaba en casarme con Johnny Saint Larston.
?Que clase de mujer era yo, me preguntaba, que estaba dispuesta a volverme a un lado y a otro en aras de la conveniencia?
Procuraba hallar excusas para mi misma. Habia urdido un sueno, y la realizacion de ese sueno era lo mas importante en mi vida. Queria lograr una posicion que me permitiera no sufrir mas humillaciones. Queria dar consuelo a mi abuelita en su vejez; queria hacer de Joe un medico. Era ironico que Johnny —a quien yo creia odiar— fuera el unico que tenia en su poder la llave de todo eso. Era una llave de la cual se desprenderia a reganadientes; pero tal vez, si se le apremiaba…
Johnny me observaba con ojos abrasadores. Me deseaba mas que nunca, y sin embargo, no tomaba ninguna actitud. Yo sospechaba que habia ?do a mi cuarto y lo habia hallado vacio. Conjeturaria donde me encontraba yo, pero no se atrevia a ir a la pieza de Mellyora.
Yo seguia oyendo la voz alterada de Judith en los aposentos que compartia con Justin; y sabia que ella se estaba volviendo cada vez mas inquieta.