del santificado heredero de Saint Larston.

—Judith, ?que ocurre? —pregunte con severidad—. ?Que ha pasado?

Y cuando me incline sobre ella lo supe, pues senti olor a licor en su aliento.

?Judith… embriagada, tratando de olvidar su desdicha con la botella de whisky!

—Has estado bebiendo, Judith —le reproche.

—?Y que si lo hice? —Es una necedad.

—?Y quien eres tu, dime?

—Tu cunada Kerensa, tu amiga.

—?Mi amiga! Tu eres amiga de ella. Ninguna amiga de ella es amiga mia. ?Kerensa, la madre santificada! Todo ha sido peor desde que te casaste con Johnny.

—?Has olvidado que van a cenar con los Hemphill… tu y Justin?

—Que la lleve a ella. Lo preferiria.

—Te estas portando como una tonta. Pedire un poco de cafe solo. Trata de reaccionar, Judith. Iras a casa de los Hemphill con Justin. Llegara dentro de una hora y si te ve asi, se disgustara.

—Ya esta disgustado.

—Pues no lo disgustes todavia mas.

—Le disgusta mi amor por el. Es un hombre frio, Kerensa. ?Por que amo a un hombre frio?

—No se decirte eso, pero si quieres que se aleje de ti, estas aplicando el metodo adecuado.

Me aferro el brazo diciendo:

—Oh, Kerensa, que no se aleje de mi… que no se aleje.

Comenzo a llorar en silencio y le dije:

—Te ayudare. Pero debes hacer lo que yo te diga. Pedire cafe para mi y te lo traere. No conviene que los criados te vean en este estado. Ya murmuran demasiado. Pronto volvere; entonces te tendre lista para el momento en que partan rumbo a la casa de los Hemphill.

—Detesto a los Hemphill… son unos imbeciles.

—Entonces deberas fingir que te agradan. Es el modo de complacer a Justin.

—Solo hay un modo de complacerlo. Si yo pudiera tener un hijo, Kerensa… si tan solo yo pudiera tener un hijo.

—Tal vez lo tengas —dije, esperando con todo mi ser que jamas sucediera.

—Es un hombre tan frio, Kerensa.

—Pues tu debes darle calor. No lo conseguiras emborrachandote, eso puedo asegurartelo. Ahora, acuestate hasta que yo vuelva.

Asintio con la cabeza al responder:

—Tu eres mi amiga, Kerensa. Aseguraste que lo eras.

Fui a mi cuarto y cuando hice sonar la campana, acudio Doll.

—Por favor, Doll, traeme un poco de cafe. Rapido —ordene.

—?Cafe… ejem, senora?

—Dije cafe, Doll. Tengo ganas de beberlo.

Entonces se marcho, y los imagine discutiendo mis caprichos en la cocina. Bueno, era logico que una mujer embarazada tuviese caprichos.

Volvio trayendolo y lo dejo en mi cuarto. Cuando se marcho, yo me apresure a llevarselo a Judith. Lamentablemente, cuando entre aparecio de pronto en el corredor la senora Rolt.

Si sospecharon entonces para que fin queria yo el cafe, ya sabian que Judith bebia. Era muy probable que lo sospechasen, pues ?como podia Judith sacar whisky de las provisiones domesticas sin que lo supiese Haggety? Tarde o temprano este deberia decirselo a Justin, aunque solo fuera para protegerse. Parecia, por consiguiente, que ella apenas habia empezado a beber. En cuyo caso tal vez fuese posible lograr que dejara de hacerlo.

Mientras servia el cafe, mientras se lo hacia beber a Judith, me preguntaba: ?Cuanto saben de nuestras vidas los criados? ?Como podemos ocultarles ningun secreto?

* * *

Mayo fue caluroso ese ano; un hermoso mes, como correspondia, pensaba yo, para la entrada de mi hijo en el mundo. Los setos vivos eran un incendio de flores silvestres, y en todas partes la floracion era magnifica.

Aunque mi parto no fue facil, acogi estoicamente el agudisimo dolor. Lo acogi porque significaba que mi hijo pronto iba a nacer.

El doctor Hilliard y la partera estaban junto a mi lecho, mientras me parecia que la casa entera estaba en tension, aguardando el llanto de un nino.

Recuerdo haber pensado que el dolor de la monja emparedada no podia haber sido mayor que el mio. Sin embargo, ese dolor me llenaba de alborozo. Que distinto era del suyo, que era el dolor de la derrota, mientras que el mio era el de la gloria.

Por fin llego. El tan esperado llanto de un nino.

Vi a mi suegra con mi pequeno en los brazos; aquella mujer altiva lloraba. Vi brillar las lagrimas en sus mejillas y temi que algo malo pasara. Mi pequeno era lisiado, un monstruo, estaba muerto.

Pero eran lagrimas de orgullo y de alegria; se acerco a la cama y la suya fue la primera voz que oi proclamando la jubilosa noticia.

—Es un varon, Kerensa, un varon hermoso y sano.

* * *

'Nada puede salir mal', pensaba yo. 'Basta con que haga mis planes, y mis suenos se tornan realidades.'

'Soy Kerensa Saint Larston y he dado a luz un hijo. No hay otro nino varon que lo reemplace. Es el heredero de Saint Larston.'

Pero podia ser derrotada en pequenas cuestiones.

Estaba tendida en la cama, con el cabello volcado sobre los hombros, vistiendo una chaqueta de encaje blanco con cintas verdes, un regalo de mi suegra.

El pequeno estaba en su cuna, y ella se inclinaba sobre el, con la cara tan suavizada por el amor que parecia otra mujer.

—Tendremos que pensar un nombre para el, Kerensa —dijo mientras se acercaba a la cama y se sentaba sonriendome.

—Pense en Justin —dije.

Se volvio hacia mi con cierta sorpresa.

—Pero eso esta descartado.

—?Por que? Me agrada Justin. Siempre hubo un Justin Saint Larston.

—Si Justin tiene un hijo, el sera Justin. Debemos reservar para el ese nombre.

—?Justin… tener un hijo!

—Todas las noches ruego que el y Judith reciban la misma bendicion que han recibido tu y Johnny.

Me obligue a sonreir al responder:

—Por supuesto. Pense simplemente que deberia haber un Justin en la familia.

—Y asi es. Pero sera el hijo del hijo mayor.

—Hace ya un tiempo que estan casados.

—Oh, si, pero tienen anos por delante. Espero ver la casa llena de ninos antes de morir.

Me senti desanimada. Luego me dije que el nombre no era importante.

—?En que otro nombre pensaste? —insistio ella. Quede absorta. Tan segura habia estado de que mi hijo seria Justin, que no habia pensado en otro nombre para el. Ella me estaba observando y, sabiendo que era una anciana sagaz, no quise que supiera adonde iban mis pensamientos. Espontaneamente dije: —Carlyon.

—?Carlyon? —repitio ella.

Tan pronto como lo dije, supe que ese era el nombre que deseaba para mi hijo, si no podia ser Justin. Carlyon. Encerraba un significado para mi. Me vi subiendo los escalones del portico en mi tunica de terciopelo rojo. Era la primera ocasion en que habia tenido la— absoluta certeza de que los suenos podian volverse

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