realidad.

—Es un buen nombre. Me gusta —declare.

Lo repitio, haciendolo girar sobre la lengua.

—Si —dijo luego—. Me agrada. Carlyon John… el segundo por su padre. ?Que te parece?

Johnny por su padre, Carlyon por su madre. Si; ya que no podia ser Justin, seria eso.

* * *

Yo era una mujer diferente. Por primera vez en mi vida amaba a alguien mas de lo que yo misma me amaba. Lo unico que importaba era mi hijo. Muchas veces busque disculpas por las cosas perversas que hice, diciendome: 'Fueron por Carlyon.' Me repetia sin cesar que pecar en bien de alguien a quien se ama no es lo mismo que pecar por uno mismo. Sin embargo, en lo profundo de mi corazon sabia que la gloria de Carlyon era mia; y que mi amor por el era tan vehemente porque el era parte de mi, carne de mi carne y sangre de mi sangre, como en el dicho.

Era un hermoso nino, grande para su edad, y el unico rasgo que habia heredado de mi eran sus enormes ojos negros, aunque en ellos habia una expresion de serenidad que los mios nunca tenian. ?Y por que no iban a ser serenos, me preguntaba yo, con una madre como yo para luchar por el? Era un pequenuelo satisfecho; acostado en su cuna solia aceptar el homenaje de la familia como derecho propio… aunque no imperiosamente; solo era feliz de que se le amara. Carlyon amaba a todos y todos amaban a Carlyon; pero, me aseguraba yo, en su bello rostro habia una satisfaccion especial cuando yo lo levantaba.

Lady Saint Larston planteo la cuestion de una nodriza para el. Enumero algunas de las muchachas aceptables del poblado, pero yo las rechace a todas. Sufria un sentimiento de culpa debido al absurdo temor que sentia —casi una premonicion— de que podia ocurrirle a Judith algo que permitiera casarse a Justin y Mellyora. Yo no queria que tal cosa ocurriese. Queria que Judith viviera y siguiera siendo la esposa esteril de Justin, pues solamente asi mi hijo podria llegar a ser Sir Carlyon y heredar el Abbas. Imaginaba el triste yermo que seria la vida de Mellyora, pero rechazaba mi remordimiento encogiendome de hombros. ?Acaso no era una eleccion entre mi amiga y mi hijo? ?Y que madre no preferiria siempre a su hijo antes que a una amiga, por intima que esta fuese?

De todos modos, queria ayudar a. Mellyora y para ello habia concebido un plan.

—No quiero que mi hijo termine hablando con acento aldeano —dije a mi suegra.

—Pero todos hemos tenido a esas muchachas como nineras —me recordo ella.

—Deseo lo mejor para Carlyon.

—Todos deseamos eso, mi querida Kerensa.

—Yo habia pensado en Mellyora Martin —dije. Viendo que el asombro se insinuaba en la cara de mi suegra, me apresure a continuar—: Es una dama. Le tiene afecto y creo que seria buena con los ninos. Podria ensenarle a medida que el crezca; podria ser su institutriz hasta que el este listo para ir a la escuela.

Ella meditaba sobre los inconvenientes de renunciar a Mellyora. La echaria de menos; y sin embargo comprendia la logica de lo que yo le estaba diciendo. Seria dificil hallar una ninera del calibre de la hija del parroco.

Ese dia descubri que la imperiosa anciana estaba dispuesta a hacer sacrificios por su nieto.

* * *

Me dirigi al cuarto de Mellyora, que estaba muy cansada, por haber tenido una tarde agotadora con Lady Saint Larston. Estaba tendida en su cama y pense que parecia una flor que se ha dejado fuera del agua demasiado tiempo.

?Pobre Mellyora, las tensiones de su vida se estaban volviendo excesivas para ella! Sentada en el borde de la cama, la estudie con atencion.

—?Ha sido un dia muy agotador? —le pregunte. Ella se encogio de hombros—. Enseguida volvere —le dije entonces.

Fui a mi pieza y volvi con parte del agua de colonia que habia usado durante mi embarazo y que, segun habia sabido por Judith, podia calmar una jaqueca. Usando una almohadilla de algodon, moje con ese liquido la frente de Mellyora.

—?Que lujo, ser atendida! —murmuro ella.

—?Pobre Mellyora! Mi suegra es una tirana. Pero en el futuro la vida sera mejor.

Abrio mucho sus bellos ojos azules, donde empezaba a evidenciarse un matiz de tristeza.

—Tendras una nueva patrona, un nuevo puesto —agregue.

Forcejeo hasta incorporarse, mientras el temor asomaba a sus ojos. Yo pense: 'No te aturulles. No seras alejada de Justin, no temas.' Y aquel demonio en mi susurro: 'No; mientras tu estes aqui y haya ese amor sin esperanzas entre tu y Justin, el se siente menos inclinado todavia por la compania de su esposa. Y cuanto menos inclinado se sienta el hacia ella, menos probable es que tengan un hijo que pudiera reemplazar a mi Carlyon.'

Cuando se me ocurrian tales pensamientos, yo siempre queria ser especialmente amable con Mellyora, de modo que rapidamente dije:

—Yo sere tu patrona, Mellyora. Seras la ninera de Carlyon.

Nos abrazamos, y por unos instantes fuimos como aquellas dos muchachas en el rectorado.

—Seras como su tia —continue—. No se sugerira ninguna otra cosa. ?Acaso no somos hermanas?

Guardamos silencio un rato; luego ella dijo:

—A veces la vida inspira un temor reverente, Kerensa. ?Adviertes un designio en la nuestra?

—Si, un designio —repuse.

—Primero te ayudo yo… despues me ayudas tu.

—Hay lazos invisibles que unen nuestras vidas. Nada los rompera jamas, Mellyora. No podriamos aunque lo intentasemos.

—Jamas lo intentaremos —me aseguro ella—. Kerensa, cuando supe que mi madre iba a tener un hijo rece por una hermana. ?Rezaba con vehemencia, no solamente de noche, sino durante todo el dia, a cada momento en que estaba despierta! Mi vida era una oracion. Cree una hermana en mi imaginacion, y se llamaba Kerensa. Era como tu… mas fuerte que yo, siempre cerca para ayudarme, aunque algunas veces la ayudaba yo tambien. ?Crees que Dios lamento tanto tener que quitarme a mi hermana, que me dio a ti a cambio?

—Si —repuse—, creo que estabamos predestinadas a estar juntas.

—Entonces piensas como yo. Siempre solias decir que si quieres algo, rezas por ello, vives para ello… llega.

—Mi abuelita dice que llega, pero que hay muchas fuerzas que no podemos comprender. Quiza tu sueno se haya cumplido, pero debes pagar por el… Quizas obtengas a tu hermana, pero es posible que ella no sea todo lo que tu esperas que sea.

Cuando rio fue como la antigua Mellyora, que no habia sufrido las humillaciones que una mujer orgullosa como mi suegra no podia dejar de infligir a quienes consideraba en su poder.

—Oh, vamos, Kerensa —dijo—, soy muy consciente de tus defectos.

Rei junto con ella mientras pensaba: 'No, Mellyora, no lo eres. Te sorprenderias si pudieses ver dentro de este negro corazon mio. ?Negro? Tal vez no totalmente. Pero tampoco luminoso y puro, sino salpicado de gris.' Estaba decidida a hacer la vida mas facil para Mellyora.

* * *

Que cambio habia traido Carlyon al Abbas. Ninguno de nosotros dejo de verse afectado por su presencia. Hasta Johnny habia dejado parte de su cinismo, convirtiendose en un padre orgulloso. Para mi, por supuesto, mi hijo era todo el sentido de la vida. Mellyora estaba mas tranquila que en mucho tiempo. Se dedicaba enteramente al pequeno, y a veces yo temia que este pudiera llegar a quererla tanto como a mi. Lady Saint Larston se suavizaba visiblemente al ver a su nieto, y los criados lo adoraban; yo sabia que, cuando el estaba en el jardin, todos ellos buscaban excusas para ir a verlo. Colegi que era el unico en la casa a quien ellos no criticaban.

Sin embargo habia una persona, tal vez dos, que estaban menos felices por su llegada. Para Judith el era un continuo reproche, y yo sospechaba que para Justin tambien. Habiendo visto como Justin miraba a mi hijo con anhelo, pude leer sus pensamientos; en cuanto a Judith, no lograba ocultar los suyos. En su corazon habia una

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