—?Y tu querias un hogar?
—No lo sabia, pero si. ?Quien no quiere eso? Los criados eran amables conmigo… pero no era lo mismo. Yo frecuentaba mucho el Abbas, era un lugar que me fascinaba. Se lo que tu sentias al respecto… porque en cierto modo, yo sentia lo mismo. Hay algo en el… ?Quiza sean las leyendas que acompanan a tales casas lo que nos intriga? Yo solia decirme: 'Cuando crezca tendre una fortuna. Vivire en una casa como el Abbas'. No deseaba tanto la casa como todo aquello que la acompanaba. Ansiaba ser miembro de una familia grande. Ya ves, Kerensa, soy un hombre solitario. Siempre lo he sido, y mi sueno era tener una gran familia… que creciese en todas las direcciones.
—?Quieres decir que deseas casarte, tener hijos y ser un ilustre anciano… con nietos y biznietos siempre cerca de ti?
Sonrei, porque ?acaso no era ese mi sueno tambien? ?Acaso no me veia yo como la ilustre anciana senora del Abbas? Entonces nos imagine a los dos juntos; Kim y yo, ya viejos. Serenos y felices, observariamos jugar a nuestros nietos. Entonces, en lugar de mirar adelante, yo estaria mirando atras… rememorando una vida que me habia dado todo cuanto yo habia pedido.
—No es una mala ambicion —dijo timidamente el. Luego me conto cuan solitaria habia sido la vida en la granja; cuanto habia anhelado el hogar—. Y mi hogar, Kerensa, era todo esto… el Abbas… las personas a quienes habia conocido.
Comprendi. Le dije que su sueno era el mio. Nos interrumpio la llegada de Mellyora y Carlyon; Carlyon reia y le gritaba mientras cruzaban el jardin.
Ambos fuimos a la ventana para mirarlos. Viendo una sonrisa en los labios de Kim, pense que me envidiaba mi hijo.
* * *
Mas tarde Kim llego a caballo a la Casa Dower. Lo vi llegar y note en su rostro una expresion azorada. Cuando entro en la sala yo lo estaba aguardando alli.
—Kerensa —dijo y acercandose a mi, me tomo las manos y me miro a la cara.
—Si, Kim.
—Traigo malas noticias. Ven al salon y sientate.
—Dimelo enseguida, Kim. Podre soportarlo.
—?Donde esta Mellyora?
—No importa, dimelo ya.
—Kerensa…
Me rodeo con un brazo y me apoye en el, sabiendo que fingia ser una debil mujer, ansiosa de apoyarme en el porque su preocupacion por mi era muy dulce.
—Kim, me tienes en suspenso. Es la mina, ?verdad? No sirve.
Sacudio negativamente la cabeza.
—Kerensa, sufriras una fuerte impresion…
—Tengo que saber, Kim. ?No te das cuenta…?
Apretandome las manos continuo:
—Han descubierto algo en la mina. Encontraron a…
Alce mis ojos hacia los suyos, tratando de ver la expresion de triunfo detras de la ansiedad. No pude ver otra cosa que su preocupacion por mi.
—Se trata de Johnny —prosiguio—. Han encontrado a Johnny.
Baje los ojos; lance un gritito. El me condujo a un sofa y alli se sento sosteniendome. Yo me apoye en el; habria querido lanzar un grito de triunfo: ?Estoy libre!
* * *
Nunca habia habido tanto alboroto en Saint Larston. Los cadaveres de Johnny y de Hetty Pengaster fueron hallados en la mina; se recordo entonces que, en los ultimos tiempos, habia habido versiones de que Hetty habia sido vista en Plymouth, e inclusive mas cerca de Saint Larston. Muchos recordaban que Johnny habia estado prendado de ella antes, y que con frecuencia habia ido a Plymouth. Hetty habia abandonado repentinamente Saint Larston al casarme yo. Pues bien, lo mas natural era que Johnny la estableciera en Plymouth para quitarla de en medio al casarse.
Todo parecia muy sencillo. Saul Cundy habia entrado en sospechas, habia vigilado, habia sorprendido juntos a Johnny y Hetty y se habia vengado. Esta vez habia buscado justicia tomando la ley en sus propias manos. Sabiendo que no habia estano en la mina, puesto que era el quien habia bajado a comprobarlo, le habia parecido seguro arrojar alli los cuerpos de las victimas.
El cuerpo de Hetty solo fue reconocible por un relicario que tenia puesto, y en el cual los Pengaster identificaron uno que le habia regalado Saul Cundy; el de Johnny se hallaba en mejor estado de conservacion, lo cual causo perplejidad por un tiempo. Despues se difundio la version de que al caer, el cuerpo de Johnny podia haber removido algo de tierra que habia llevado consigo al fondo del pozo, con lo cual habria quedado parcialmente aislado. Esto fue aceptado en general y asi se explico la diferencia.
La investigacion continuo. La policia queria interrogar a Saul Cundy y fue a Saint Agnes en su busca, pero cuando no se lo pudo encontrar, pues al carecer habia abandonado el pais, esto robustecio la conjetura, y la version que los lugarenos habian urdido se acepto como autentica.
Mientras la busqueda de Saul continuaba hubo un periodo de ansiedad, pero con el trascurrir del tiempo parecio cada vez mas seguro que no se le encontraria jamas.
Nadie sabria nunca la verdad… aunque abuelita y yo podiamos conjeturarla con bastante exactitud. Pero ni siquiera nosotras sabiamos si Johnny habia matado a Hetty o no. Supongo que indirectamente el era responsable, pero no sabiamos si realmente la habia enviado a la muerte. Teniamos la certeza de que Saul habia matado a Johnny. El hecho de haber descubierto el cuerpo de Hetty, y el de haberse fugado, asi lo indicaban.
Pero el secreto estaba a salvo. Jamas se podria llamar 'hijo de asesino' a mi Carlyon.
No habia en la mina estano suficiente como para que explotarla fuese provechoso; pero, la mina me habia dado lo que yo queria. Habia demostrado que yo era viuda y libre para casarme con el hombre a quien amaba.
* * *
El dia en que oyo la noticia abuelita, parecio debilitarse de pronto. Fue como si ya cumplida su labor, habiendo visto los resultados que buscaba, estuviese lista para irse en paz.
Una terrible tristeza me domino, pues por mucha alegria y felicidad que tuviera, estaba convencida de que nunca podrian ser completas para mi si la perdia.
Pase con ella sus ultimos dias. Essie me recibio muy bien y tambien Joe se alegro mucho de tenerme alli. Carlyon estaba con el, y como yo no queria que estuviese en el cuarto de la enferma, se pasaba todo el tiempo con Joe.
Recuerdo la ultima tarde de la vida de abuelita. Estaba sentada junto a su lecho, con lagrimas en las mejillas… yo, que no recordaba haber llorado nunca, salvo de colera.
—No te apenes, mi dulce nietita —decia ella—. No llores por mi cuando ya no este. Preferiria que me olvidaras para siempre, antes de que mi recuerdo te cause pena.
—Oh, abuelita, ?como podria olvidarte jamas? —exclame.
—Entonces recuerda los momentos felices, hija.
—Momentos felices… ?Que momentos felices puede haber para mi cuando no estes?
—Eres demasiado joven, no querras que tu vida este atada a la de una vieja. He tenido mi dia y tu tendras el tuyo. Tendras felicidad y placer por delante, Kerensa. Son tuyos. Tomalos. Conservalos. Has recibido una leccion, muchacha. Aprendela bien.
—No me dejes, abuelita —rogue—. ?Como podre arreglarme sin ti?
—?Es mi Kerensa quien habla? ?Mi Kerensa, que esta dispuesta a enfrentarse con el mundo?
—Contigo, abuelita… no sola. Siempre estuvimos juntas; no puedes abandonarme ahora.
—Escuchame, preciosa. Tu no me necesitas. Amas a un hombre y asi es como debe ser. Hay un momento en que las aves dejan el nido. Vuelan solas. Tienes un fuerte par de alas, Kerensa. No temo por ti. Has volado