sobre todo, por lo que decian de los adeptos, pero intentaba limitar mi consumo de Manson a los hechos que podia entresacar de la prensa. Dejando aparte las expresiones de indignacion que plagaban cualquier articulo sobre Charlie y su Familia, compuse un tratado que parecia sensato en cuanto a los hechos se referia.

Charlie era un manipulador curtido en la calle que atraia a jovenes extraviados, un gorrero de droga versado en el rock and roll, la ciencia ficcion, el pensamiento religioso y la pletora de movimientos sociales a los que eran susceptibles los jovenes manipulables y, obviamente, habia desarrollado su propio ethos a partir de ellos, un ethos que seducia a los desarraigados. Todo esto era impresionante.

Sin embargo, como criminal era un autentico desastre y habia confiado en gente que al final lo habia delatado.

Y sin embargo tambien, cuando lo entrevistaban, parecia un propagandista descuidado y psicotico.

Pese a ello, habia creado un feudo que giraba en torno a sus fantasias sexuales mas extremas; pese a ello, otros habian asesinado siguiendo sus ordenes; y pese a ello tenia el poder de usurpar mis rituales nocturnos ante el espejo, transformandolos en torturantes sesiones de preguntas y respuestas.

«?Habia alguna oscura razon cosmica para que tu camino se cruzara con el de este hombre?

»Su potencia sexual tuvo como resultado tu copula abortada y que tengas que pasar un ano en la carcel. ?Significa esto algo terrible?

»Fisica e intelectualmente, serias capaz de partirlo como si fuera una ramita, pero el esta en la portada de la revista Life, mientras que tu cargas sacos de ropa sucia y eres un don nadie en el mundo del delito. ?Es un presagio de tu futuro?»

Sabia que esas preguntas no tenian respuestas y ello se debia a mi sentimiento basico de impotencia. Machaque aquel argumento lo mejor que pude, excluyendo todos los pensamientos en los que aparecieramos Charlie y yo como gemelos simbioticos en celebridad y fracaso: para ello cargaba bultos cada vez mas pesados en el muelle y despues hacia horas de gimnasia en la celda, creando mi propio mundo de primacia fisica y agotamiento. Pero la estratagema siempre se veia frustrada por los titulares sobre Manson, los reportajes sobre Manson, las habladurias y las especulaciones sobre Manson. Los presos de confianza hablaban de Charlie en el muelle y yo casi perdia los estribos. En un documental televisivo sobre la Familia habian incluido entrevistas con Season y Flower, y me entraron ganas de arrancar el aparato del pasillo. Despues, cuando se completaron los procedimientos del gran jurado y le hubieron leido el acta de acusacion, lo trasladaron al modulo de Alta Tension de la nueva carcel del condado y estuvimos bajo el mismo techo.

Yo sabia que convergiamos: el destino estaba urdiendo una cita y solo tenia que seguir el rumbo que nos marcaba para que el mismisimo hombre del espejo respondiera a mis preguntas. Asi, levante cargas enormes en el muelle, sabiendo que el miedo y la duda me impulsaban y, despues del trabajo, me tumbaba en el camastro, temeroso de que el cuerpo que estaba consiguiendo arruinara mi invisibilidad psiquica, de que el resto de la vida me considerasen un cagadero donde otros hombres se ponian a prueba. Empece a percibir mi situacion como un dilema entre visibilidad o invisibilidad, entre una presencia llamativa o el poder sutil del anonimato. Las ventajas y los inconvenientes eran parejos en ambos lados y se volvian aun mas convincentes ante la certeza de que mi destino era unico, distinto y audaz. Aunque nunca habia creido en Dios, empece a rezarle cada noche; le rogaba que me llevara a Charlie, para ver sus ojos oscuros y saber que presagiaban para los mios.

El camino hacia Manson empezo un lluvioso miercoles por la manana, cuando hacia una semana que lo habian trasladado a Alta Tension. Yo cargaba cartones de comida enlatada desde el muelle a un tinglado cubierto cuando oi: «?Agarrala, sobrao!», y una caja de lechugas me dio en plena espalda. El golpe me aturdio y cai de rodillas. Oi gritos de: «?Hijo de puta!» y «?Vamos, musculitos!». Mientras intentaba incorporarme, me llego un eco distante del picadero de Flower y Season: «Carga, apunta y disparale entre los ojos.»

De estar de rodillas, pase a adoptar la posicion de salida de un velocista, me impulse hacia delante y corri directo contra mis acusadores. Sorprendidos, los hombres no hicieron amago de apartarse. Cai sobre ellos como un mazo y, cuando vi un biceps flacido directamente delante de mis ojos, lo mordi y me trague el pequeno fragmento de carne que logre arrancarle.

El grupo se disperso y mi propio impulso me llevo de nuevo al suelo. Me levante y me volvi en redondo. Los hombretones me miraban con expresion de asombro, paralizados por la sorpresa. Mantuve la actitud y escuche lo que decian entre susurros: «Joder, me ha mordido», «… maldito Dracula», «?A mi no, tio!». Entonces, se acerco el boqueras de D y L. Despues de haber dejado clara mi postura, deje que me esposara y que me llevara a la celda.

Me castigaron a cinco dias de aislamiento en el modulo de Correccion, que se componia de una hilera de celdas individuales sin litera. Solo habia un cubo para orinar y defecar. No se permitia tener lectura y la alimentacion consistia en seis rebanadas de pan y tres vasos de agua al dia. Si los carceleros consideraban que aquellas espartanas instalaciones me resultarian penosas, se equivocaban; la disminucion de calorias ingeridas purgo mi cuerpo y el oscuro chabolo de tres por dos metros fue el habitat perfecto para el perfecto vacio mental que adopte durante mi estancia alli. Cuando abrieron la puerta de la celda y me llevaron a mi nueva «casa» -el modulo de custodia de los presos de confianza- me senti tranquilo y relajado. Me asignaron una celda en la que habia otros tres presos y me dijeron cual seria mi trabajo: barrer los corredores de la carcel una y otra vez diez horas al dia, seis dias a la semana. Yo solo tenia una pregunta.

– ?Alguna vez tendre que pasar la escoba al modulo de Alta Tension?

– Tarde o temprano -me respondio el carcelero.

Fue en algun momento entre el tarde y el temprano: cientos de horas indeterminadas y miles de corredores y pasillos en lo que me parecieron millones de kilometros tirando de la escoba, siempre con la mente en blanco, conteniendo las preguntas del hombre espejo, que siempre parecian dispuestas a precipitarse en pocos segundos. Ni siquiera recuerdo que dia fue pero, cuando el carcelero de los presos de confianza custodiados dijo «Plunkett, a Alta Tension», cogi la escoba y el cubo de la basura y fui hacia alli con el piloto automatico, deteniendome solo a leer el registro de los reclusos en la parte frontal del modulo.

Y alli estaba, en blanco y negro: Manson, Charles, celda A-11, y el numero del articulo del Codigo Penal de California correspondiente a homicidio en primer grado: CP 187, junto a su nombre, en rojo.

El boqueras abrio la puerta, me adentre en la pasarela de las celdas A y la estudie. Eran celdas de seguridad individuales, angostas y con barrotes. No se oia ruido en ninguna de ellas. Conte once y marque mentalmente el lugar. Luego, como si dispusiera de todo el tiempo del mundo, barri el pasillo, me volvi hacia los barrotes de la A-11 y dije:

– Hola, Charlie.

La oscuridad parecia pulsar en el interior de la celda y, por unos instantes, pense que el hombre espejo se habia ido. Me disponia a agarrarme a los barrotes y forzar los ojos para ver el interior, cuando una suave voz de tenor canto:

– «Me dices que es la institucion, bueno, ?sabes?, es mejor que antes liberes tu mente.» [3] -Se produjo una pausa y luego la voz anadio-: Yo te veo, pero tu no me ves. ?Crees en el mensaje de esa cancion, enchufado?

Apoye la escoba contra los barrotes y entorne los parpados para ver dentro de la celda, pero lo unico que intui fue un bulto en el camastro.

– Si, y lo supe mucho antes que los Beatles.

– Eso es lo que tu crees -se burlo Charles Manson-. Los santos John y Paul lo sacaron de mi y tu lo sacaste de ellos. Causa y efecto. El karma que nos pasa factura. Ahora estamos los dos aqui. ?Te mola la energia?

– Es una interpretacion conveniente -me burle a mi vez-. Hablame del Helter Skelter.

– Escucha el Album Blanco de los Beatles y lee la Biblia. Ahi esta todo.

El bulto del catre cobro forma. Charlie me parecio viejo y fragil.

– Hablame del Helter Skelter -insisti.

Manson se echo a reir. Fue un sonido liquido, como si el Satan hippie estuviera babeando.

– Tu, yo, los parias de Dios en Harleys y en buguis del desierto. Los negros que se rebelan. La Tierra que vuelve a mi.

– ?En tu celda acolchada?

– Hombre de poca fe -replico, esta vez con un seco cloqueo-. Si conocieras el mensaje de los Beatles, no estarias aqui.

– Pues tu tambien estas.

– Es mi karma, enchufado. Es mi energia que me dirige hacia la gente que mas necesita escuchar mi

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