– No, olvidalo. Ahi dentro has estado muy bien, pero ya se ha acabado. Hemos venido para frustrar la preparacion de un delito y…
– Y para proteger ese pluriempleo tuyo.
– Exacto. De lo que saque, te dare una comision.
– Lo cual es un ingreso no declarado. Lo cual es violar el reglamento del departamento.
Echando chispas:
– ?No hay caso! Estamos en el asunto Kafesjian, que es un caso importante porque Exley anda salido por resolverlo. Si quieres ver pasta, apoyame en esto. Quiza le echemos tierra encima, quiza no. Tenemos que andarnos con ojo en este asunto para proteger al departamento, y no quiero que te vayas de la lengua prematuramente por un fiambre de chulo que ya es pan rancio.
– Un homicidio es un homicidio. ?Y sabes que pienso?
Presuntuoso hijo de puta.
– ?Que?
– Que quieres proteger a esa Glenda.
Furioso, ciego de rabia:
– Y yo pienso que, para ser un policia que empieza, te conformas con muy poco. Si quieres robar, roba a lo grande. Si yo me saltara las reglas alguna vez, no empezaria por la ultima.
CIEGO DE RABIA. Punos americanos fuera.
Ciego de miedo: Junior se metio en su coche a toda prisa. Abrio la ventanilla, saco la cabeza:
– ?Me las pagaras por tratarme como a un idiota! ?Me las pagaras! ?Y pienso cobrarme muy pronto, maldita sea! CIEGO FURIOSO RABIOSO. Junior se salto un semaforo en rojo, con el coche coleando.
Me acerque por el plato solo para verla; imagine que una mirada me diria si o no.
Sus grandes ojos azules me miraron sin interes. No saque ninguna conclusion. Ella actuo, se rio, hablo: su voz no delato nada. Me quede junto a los remolques y la encuadre en planos largos: la senorita vampira/posible acuchilladora de chulos. Un cambio de vestuario, de ropa recatada a vestido escotado…
Cicatrices en los omoplatos. Identificacion: marcas de navajazos, una herida punzante/lesion osea. Descripcion a la
?PROSTITUTA/ACTRIZ ASESINA A CHULO MESTIZO! ?MAGNATE DE LOS AVIONES ENAMORADO! ?POLICIA CORRUPTO PASA DE LA OPULENCIA AL ARROYO!
La vi actuar, la vi realizar con ironia aquel estupido trabajo. Se hizo de noche, segui observando: nadie molesto al tipo emboscado junto a la entrada de artistas.
La lluvia puso fin a todo; de no ser por ella, me habria quedado toda la noche observando.
Una parada en un telefono publico, sin suerte: ni Exley en el despacho, ni Junior a quien persuadir o amenazar. Wilhite -todos mis tentaculos extendidos-: ni en Narcoticos, ni en casa. Baje al Hody's de Vine Street: papeleo, cena.
Escribi dos informes para Exley: uno completo, otro omitiendo lo de Lucille, puta. Un seguro por si al final me decantaba por Wilhite. El proyecto del falso culpable, tachado: Exley no picaria y los Kafesjian eran un gran obstaculo. Me costo concentrarme; Junior rondaba todo el rato, provocandome con Glenda asesina.
Ex puta, Glenda; Lucille, puta.
La lluvia hacia borrosa la gente, fuera. Era dificil ver las caras, facil imaginarlas. Facil convertir a las mujeres en Glenda. Una morena se acerco al cristal: Lucille K., por una fraccion de segundo. Me incorpore de un brinco y choque contra la mesa; ella saludo a una camarera: una Jane cualquiera.
Barrio negro; ningun otro sitio donde ir.
Metodico:
Sin situaciones exactas de los mirones -dos brigadas habian rellenado los informes de cualquier manera-, sin direcciones precisas de moteles de putas/clubes de jazz donde empezar a buscar. Al sur por Western, conduciendo con una mano, la otra libre para puntear nombres de hoteles. Metodico: nadie pegado a mi cola. Cuarenta y un tugurios de sabanas calientes entre Adams y Florence.
Clubes de jazz, mas confinados: Central Avenue, hacia el sur. Diecinueve clubs; contando bares, la cifra se elevaba a sesenta y pico. Pasaba poca gente a pie, por la lluvia; los rotulos de neon latian, hipnoticos. Destellos de medio segundo en el parabrisas.
Tamborileo de lluvia. Me decidi a una ronda de cafe y donuts.
Un puesto de Cooper's en Central, paraiso de putas. Invite a cafe a las chicas y ensene la foto de Lucille. Grandes noes, un si: una chica de Western y Adams con acento del este. Su historia: Lucille trabajaba de «eventual»; pantalones deportivos ajustados; ni nombre de batalla, ni trato con otras chicas.
Pantalones ajustados, rasgados/manchados de semen: mi ladron.
Medianoche; la mitad de los clubes, cerrados. Los neones, apagados. Encontre a los jefes cerrando las puertas. Preguntas sobre mirones/merodeadores. Inmediatos «?Como dice?». La foto de Lucille: caras inexpresivas.
La una de la madrugada, las dos: rutina policial. Chicas haciendo la calle en paradas de autobus y de taxi: hable de Lucille con el pensamiento puesto en Glenda. Mas noes, mas lluvia; me refugie en un local de comidas.
Un mostrador, reservados. Lleno, todos habituales. Cuchicheos, codazos: negros olfateando a la Ley. Dos chicas con aspecto de busconas en un reservado; sus manos bajo la mesa, rapidas y furtivas.
Me sente con ellas. Una se levanto de un respingo; la retuve retorciendole la muneca. Sentada junto a mi, una negra de piel clara poco atractiva. Rezumaban nervios de adicto; los percibia.
– Vaciad el bolso sobre la mesa.
Lento y frio: dos bolsos de seudopiel de serpiente vueltos del reves. Indicio de delito: bencedrina envuelta en papel de aluminio. Cambio de tono:
– Muy bien, estais limpias.
– ?Mieeerda! -la de piel mas oscura.
– ?Oiga, que…? -la Morena Clara.
Les mostre la foto de Lucille.
– ?La habeis visto?
La basura del bolso reaparecio; Morena Clara acompano el cafe con unas benzedrinas.
– He dicho si la habeis visto.
Morena Clara:
– No, pero ese otro policia ha…
Su companera la hizo callar; vi el codazo.
– ?Que «otro policia»? Y no me mientas.
– Otro agente ha estado preguntando por esa chica. El no tenia fotos, pero traia un… un retrato robot, lo llamo. Era la misma chica; un dibujo muy bueno, se lo aseguro.
– ?Era un hombre joven? ?Cabello rubio, veintitantos anos?
– Exacto. Un tipo con un gran tupe que anda tocandose todo el rato.
Junior. Trabajando con un esbozo policial sacado de la brigada, quizas.
– ?Que clase de preguntas te hizo?
– Queria saber si esa ratita blanca rondaba por aqui. Le he dicho que no lo sabia. Entonces me ha preguntado si trabajaba los bares de la zona y le he dicho que si. Me ha preguntado por un miron y le he dicho que no conocia de ningun miron de jazz.
Probe con su companera:
– ?A ti te pregunto lo mismo, verdad?
– Aja. Y yo le conteste lo mismo, que es la pura verdad.
– Si, pero le acabas de dar un codazo aqui, a tu amiga, lo cual significa que tu le has contado algo mas sobre ese policia. Porque eres tu la que esta resultando sospechosa. Vamos, habla antes de que encuentre algo mas en ese bolso tuyo.
Murmullos de odio a la policia en todo el local.