de arrastrar al arroyo a aquella familia. Los dos extremos contra el centro: le habia dicho a Dan Wilhite que me despreocuparia del asunto.

El inspector George Stemmons, Senior, junto a la ponchera: Junior con veintitantos anos mas. Junior, desaparecido desde el encuentro con Georgie Ainge; tablas: el tambien sabia que Glenda Bledsoe habia matado a Dwight Gilette. Su informe del caso Kafesjian, una chapuza. Los archivos de putas/clientes, sin comprobar; mi batida del barrio negro le mostraba demasiado ocupado: la paliza al negro en el aparcamiento del Bido Lito's, la confabulacion con un «policia rubio». El «angelito», identificado: Johnny Duhamel, el nuevo muchacho de Dud Smith en la brigada anticacos.

Junior. No se podia confiar en el, ni habia modo de apartarle del caso, de momento.

Ahora, un solo:

Repase las listas de las comisarias; suerte en University: nombres de clientes, sin nombres de chicas asociados. Pedi comprobaciones a Identificacion; todos falsos. La mayoria de policias de Antivicio no se esforzaban en conseguir la identidad real, no ponian empeno en exprimir a los rondadores de chicas. La suerte, al carajo. Guarde los nombres para nuevas comprobaciones: la mayoria de clientes usaba siempre el mismo alias.

Ronda por el barrio negro:

Durante tres noches, interrogue a las putas de Western Avenue: ninguna identificacion de la foto de Lucille. Llame a la brigada 77: todavia sin localizar el miron denunciado. Hice de miron yo mismo: la casa de los Kafesjian, jazz en la radio del coche para matar el aburrimiento. Dos noches, broncas familiares; una noche, Lucille sola, desnudandose ante la ventana: la radio se acompasaba a sus movimientos. Tres noches en total, sin ningun observador mas; yo era el unico voyeur. Y aquella Gran Intuicion, confirmada: merodeador/miron/ladron, todos la misma persona.

Trabajo en casa, dos noches: Art Pepper, Champ Dineen… Escuchando lo que rompio el intruso. Mi fonografo, el volumen alto: la Intuicion, firme. Una sesion me empujo de nuevo al local; de alli, segui a Tommy K. hasta el Bido Lito's. Tommy: entrando con su propia llave, bolsas de hierba escondidas junto a maquinas tragaperras. Visite a Lester Lake: ponme al dia sobre los socios conocidos de Tommy.

Charla feliz: los asistentes a la fiesta, pavoneandose. Meg y Jack Woods hablando: probablemente, se liarian otra vez. Jack cobraba por la fuerza nuestros alquileres; el se llevaba un porcentaje. Su territorio, nuestro edificio del Westside. Mi hermana y mi amigo rufian, cogidos de la mano. Agotado, me deje llevar por el Impulso Glenda.

Colgado; no pude subcontratar el encargo de Hughes. Pluriempleo: segui a la chica, atento a si me seguian a mi: consegui algunos «tal vez». Vigilancia en el plato, seguimientos en coche:

Glenda entra en los picaderos de Hughes; Glenda regala la comida robada al asilo del «Dracula». Frecuentes visitantes de Glenda: Touch V. y Rock Rockwell. Georgie Ainge no aparece por ninguna parte. La ultima noche, Glenda «Buena Obra»: foie-gras para los viejos de la residencia del Jardin Sonoliento.

Identificaciones. Bledsoe, Glenda Louise:

Ninguna requisitoria, ninguna condena, ninguna detencion por prostitucion. 12/46: diez dias por hurto en tienda, juvenil. Una nota en el expediente del Tribunal de Menores: Glenda le atizo a una marimacho amorosa.

Homicidios, LAPD. Dwight William Filette, DOD 19/4/55 (sin resolver): CONCENTRARSE EN GLENDA LOUISE BLEDSOE.

Falsos informes a Bradley Milteer: los robos de Glenda, borrados; la cita publicitaria, enmascarada de «salida amistosa». El Impulso Glenda aduenandose de mi, alarmante/alarmantemente agradable.

Me encamine hacia los invitados. Gallaudet llevaba un corte de cabello nuevo, en el estilo Jack Kennedy/Welles Noonan. Me dirigio un gesto de cabeza, pero no hubo apretones de manos; los policias con mala prensa no se cotizaban bien. Walter O'Malley paso cerca, furtivo; Bob casi hizo una genuflexion. ?Chavez Ravine, el estadio, el estadio…!, estentoreo, feliz.

– Hola, muchacho.

Aquel palurdo, Dudley Smith.

– Hola, Dud.

– Bonita fiesta, ?verdad? Recuerda mis palabras: estamos celebrando el inicio de una esplendida carrera politica.

Un sobre cambiando de manos: del hombre de los Dodgers al hombre de la Fiscalia.

– Bob siempre fue ambicioso.

– Igual que tu, muchacho. ?No te emociona la perspectiva de un estadio para el equipo de la ciudad?

– No especialmente.

Dud, con una carcajada:

– A mi, tampoco. Chavez Ravine era un lugar magnifico para tratar con los hispanos, pero ahora me temo que sera reemplazado por atascos de trafico y mas contaminacion. ?No sigues el beisbol, muchacho?

– No.

– ?No te interesan los deportes? ?Tu unica pasion es el dinero extraoficial?

– Es este apellido judio que me ha tocado.

Aullidos de risa; se le entreabrio el gaban. Pase revista a su armamento: magnum, porra, navaja automatica.

– Muchacho, tienes el don de divertir a este viejo.

– Yo solo soy divertido cuando me aburro, y el beisbol me aburre. Prefiero el boxeo.

– ?Ah!, deberia haberlo sabido. Los hombres crueles siempre admiran las peleas. Y lo de «cruel» es un cumplido, muchacho.

– No me habia ofendido. Y hablando de boxeo, Johnny Duhamel esta trabajando para ti, ?no?

– Correcto, y es un esplendido refuerzo en la brigada por el miedo que impone. Tambien le he dado participacion en el trabajo del robo de pieles y esta demostrando ser un esplendido policia joven, versatil y completo. ?Por que lo preguntas?

– Salio su nombre en la conversacion. Uno de mis hombres ensenaba en la Academia. Duhamel fue alumno suyo.

– ?Ah, si! George Stemmons, Junior, ?me equivoco? Este muchacho debe tener una memoria de elefante para los antiguos alumnos.

– Puedes estar seguro.

Exley me clavo la mirada con un seco gesto de cabeza. Dud lo capto:

– Ve, muchacho, el jefe Exley te llama desde el otro extremo de la sala. ?Ah, vaya mirada de tiburon!

– Me alegro de verte, Dud.

– El placer es mio, muchacho.

Fui para alli. Exley, directo:

– Pasado manana hay una reunion. Nueve en punto, todos los oficiales de la brigada. No falte; hablaremos de la investigacion federal. Ademas, quiero que consiga las declaraciones de impuestos de la familia Kafesjian. Es usted abogado: encuentre un pretexto.

– Las declaraciones de impuestos precisan un mandamiento federal. ?Por que no lo pide a Welles Noonan? Es su distrito.

Nudillos blancos. El vaso le temblo en la mano.

– Lei el informe y me interesan los nombres de los clientes. Quiero una redada en Western y Adams manana por la noche. Organicelo con Antivicio de University y lleve los hombres que necesite. Quiero informacion detallada sobre los clientes de Lucille Kafesjian.

– ?Esta seguro de querer arriesgarse a enfurecer a la familia con los federales a la vuelta de la maldita esquina?

– Hagalo, teniente. No cuestione mis motivos ni pregunte por que.

Frustrado, sali al vestibulo soltando chispas. Un telefono, una moneda: llamada a la oficina.

– Subdireccion Administrativa, agente Riegle.

– Sid, soy yo.

– Hola, patron. Esto debe de ser telepatia. Acaban de dejarle un mensaje de Hollenbeck.

– Aguarda. Primero, necesito que me organices una cosa.

– Todo oidos.

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