Baje la vista, contuve el aliento, alce el rostro: un mason y un profesional de los salones de baile se habian adelantado. Mire las fotos de los permisos de conducir y lei los nombres.

El mason: Willis Arnold Kaltenborn, Pasadena. El bailarin: Vincent Michael Lo Bruto, East L.A. Un vistazo a los antecedentes, exito con el italiano: fraude a las ayudas sociales a los ninos.

Sid volvio a mi lado del espejo.

– Ya esta.

– Si, ya esta. Stemmons espera, ?verdad?

– Verdad, y tiene la grabadora. Esta en la cuarta puerta del pasillo.

– Lleva a Kaltenborn a la sala de sudar numero cinco y mete a esa bola de sebo con Junior. Luego, devuelve a los demas a la jaula de los borrachos.

– ?Les damos de comer?

– Unas barras de dulce. Y nada de llamadas; un abogado rapido podria presentarse agitando un mandamiento. ?Donde esta Wilhite?

– No lo se.

– Mantenle lejos de las salas de interrogatorio, Sid.

– ?Dave! Es un capitan…

– Entonces… ?mierda, hazlo!

Riegle salio, irritado. Yo tambien sali, impaciente, en direccion a las saunas: habitaciones estandar, dos metros por tres, espejo falso. En la numero cinco: Kaltenborn, el hombre del fez. En la cuatro: Lo Bruto, Junior, una grabadora sobre la mesa.

Lo Bruto movio la silla; Junior se encogio. El comentario de Touch V.: Junior, drogado en Fern Dell. El encuentro con Ainge, un ultimo descubrimiento: ojos de droga. Peor ahora: pupilas como cabezas de alfiler.

Abro la puerta, la cierro con un golpe.

Junior asintio; casi una sacudida. Me sente.

– ?Como te llaman? ?Vince, Vinnie…?

Lo Bruto se hurgo la nariz.

– Las mujeres me llaman senor Polla Grande.

– Asi es como llaman a mi companero.

– ?Si? El tipo nervioso y silencioso. Debe de irle muy bien.

– Si, pero no estamos aqui para hablar de su vida sexual.

– Una lastima, porque tengo tiempo. La mujer y los chicos estan en Tacoma, asi que podria haber cumplido las setenta y dos horas, pero he pensado, ?por que fastidiar a los demas? Mire, estuve con esa chica, ?para que andarme con rodeos?

– Me caes bien, Vinnie. -Le ofreci un cigarrillo.

– Si, me llaman Vincent. Y ahorrese el dinero porque deje el vicio el 4 de marzo de 1952.

Junior tiro del paquete. Nervios a flor de piel: tres intentos para encender una cerilla. Me eche hacia atras.

– ?Cuantas veces fuiste con la chica?

– Una.

– ?Por que solo una?

– Una vez esta bien por la novedad. Para las sorpresas que te dan las putas, mas de una vez seria lo mismo que hacerlo con la parienta.

– Eres un tipo listo, Vincent.

– ?Ah, si? Entonces, ?por que soy guarda de seguridad a un dolar veinte la hora?

Junior fumando; chupadas enormes.

– Dimelo tu -respondi.

– No lo se. Lo que hago es rascarme la tripa en horas pagadas por la empresa. Es un medio de vida.

Calor. Me quite la chaqueta.

– De modo que abordaste a la chica solo una vez, ?no es eso?

– Si.

– ?La habias visto antes?

– No.

– ?La has vuelto a ver despues?

– No ha habido ningun despues. ?Cono! Me han dado la paga, he salido a dar una vuelta buscando una chica nueva y un policia novato se me ha echado encima de mala manera. ?Joder…!

– Vincent, ?que te llamo la atencion de la chica?

– Era blanca. No me gustan las negras. No es que tenga prejuicios; es solo que no me atraen. Algunos de mis mejores amigos son negros, pero no me dedico a las negras.

Junior fumando, acalorado. Seguia con la chaqueta puesta. Lo Bruto:

– Su companero no es muy hablador.

– Esta cansado. Ha estado trabajando en secreto con los de Hollywood.

– ?Si? Vaya, ahora entiendo por que es un tipo tan arisco. Un hombre de Manischewitz; dicen que ahi arriba el secuestro se da muy bien.

Me rei.

– Es cierto, pero mi companero ha estado ocupado con maricas. Di, socio, ?recuerdas como te empleaste con esos tipejos en Fern Dell? ?Recuerdas que ayudaste a ese tipo amigo tuyo de la Academia?

– Claro… -Con la boca seca y la voz ronca.

– Vaya, socio, eso debio de ponerte enfermo. ?No te detuviste a tomar algo camino de casa, solo para librarte del REGUSTO?

Chasquidos de sus nudillos sudorosos. Se le subieron las mangas. MARCAS EN LAS MUNECAS; rapidamente, tiro de los gemelos para ocultarlas. Lo Bruto:

– ?Eh! Creia que la estrella de este espectaculo era yo.

– Claro que lo es. Sargento Stemmons, ?alguna pregunta para Vincent?

– No. -Seco, jugando con los gemelos.

Yo, con una sonrisa:

– Volvamos a la chica.

– ?Si, eso! -Lo Bruto.

– ?Era buena?

– La novedad es la novedad. Era mejor que la parienta, pero no tan buena como las no profesionales que ese tipo guapo de ahi debe ligar.

– A el le gustan los ligues rubios y despampanantes.

– Como a todos, pero yo me conformo con tener caucasianas, sin mas.

Junior acaricio su arma con manos espasmodicas.

– ?Y en que era mejor que tu mujer?

– Se movia mas y le gustaba decir guarradas.

– ?Como se hacia llamar?

– No me dijo ningun nombre.

El desnudo de Lucille en la ventana, usalo.

– Describe a la chica desnuda.

Lo Bruto, enseguida:

– Regordeta, tetas algo caidas. Pezones grandes oscuros, como si quiza tuviera algo de sangre paisana.

?Tilin! El tipo sabia.

– ?Que llevaba puesto cuando la recogiste?

– Pantalones ajustados. Ya sabe, de esos deportivos.

– ?Adonde fuisteis?

– A su pension, claro.

– La direccion, Vincent.

– ?Oh! Esto… creo que era un motel llamado Red Arrow Inn.

Di unos golpecitos sobre la grabadora.

Вы читаете Jazz blanco
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату