– ?Caramba, estoy hambriento!

Cerre la puerta.

– De verdad, estoy muerto de hambre. ?No podria tomar un bocadillo o cualquier cosa?

Pulse el comunicador.

– Sid, trae al otro tipo.

Lo Bruto fuera, Kaltenborn dentro. Un gordo degenerado con un fez en la cabeza. Junior, bajo los ojos. El tipo:

– Por favor, no quiero problemas…

Su voz, casi familiar. Pulse Play. Lucille: «Adelante, encanto.» Pausa. «Si, quiere decir ahora.»

Kaltenborn hizo una mueca. Patata caliente.

Pausa. «Esta bien, esta bien»: la voz, mas familiar. Unos chirridos de somier, gemidos. El gordito se puso a sollozar.

Lucille: «Juguemos a una cosita. Ahora yo sere la hija y tu el papa, y si eres complaciente conmigo, luego lo haremos otra vez sin cobrar.»

Grandes sollozos. Pulse Stop.

– ?Era su voz, senor Kaltenborn?

Sollozos, gestos de asentimiento. Junior se movio, intranquilo.

– Deje de llorar, senor Kaltenborn. Cuanto antes responda a mis preguntas, antes le dejaremos irse.

El fez le resbalo hasta quedar ladeado.

– ?Y Lydia?

– ?Que?

– Mi esposa, ella no va a…

– Esto es estrictamente confidencial. ?Es usted el de la grabacion, senor Kaltenborn?

– Si, si, soy yo. ?Es que la policia grabo esa…?

– ?Esa cita extraconyugal ilegal? No, no fuimos nosotros. ?Sabe usted quien lo hizo?

– No, desde luego que no.

– ?Y jugo usted a «papa»?

Con voz amortiguada, sofocada en sollozos:

– Si.

– Hableme de eso.

Kaltenborn, agarrando el fez, retorciendolo, frotandolo:

– Yo queria repetir, asi que la chica se puso la ropa y me pidio que se la arrancara. «Arrancame la ropa, papa», me dijo. Yo lo hice, y entonces repetimos. Y eso fue todo. No se como se llama, no la habia visto nunca y no he vuelto a verla. Todo esto ha sido una terrible coincidencia. Esa chica es la unica prostituta con la que he tenido tratos y estaba en una reunion con mis hermanos de logia para discutir nuestro presupuesto de obras de caridad cuando uno de ellos me pregunto si sabia donde se podia encontrar prostitutas, asi que yo…

– ?Hablo la chica de un hombre llamado Tommy?

– No.

– ?Y de un hermano llamado asi?

– No.

– ?De un hombre que la pudiera estar siguiendo, o grabando sus palabras, o escuchandola a escondidas?

– No, pero…

– ?Pero que?

– Pero oi a un hombre en la habitacion de al lado, llorando. Quiza fue mi imaginacion, pero era como si estuviera escuchandonos. Era como si lo que oia le afectara.

Bingo. El miron.

– ?Vio al hombre?

– No.

– ?Le oyo decir o murmurar alguna palabra en concreto?

– No.

– ?Menciono la chica a otros miembros de su familia?

– No, solo dijo lo que he declarado y lo que ha oido usted en esa grabacion. Agente… ?de donde la ha sacado? Yo… no quiero que mi esposa oiga…

– ?Esta seguro de que no menciono a un tal Tommy?

– ?Por favor, detective! Me esta gritando.

Cambio de actitud:

– Lo siento, senor Kaltenborn. Sargento, ?tiene alguna pregunta?

El sargento (esa bestia estupida, acariciando el arma):

– Hum, no… -Se mira las manos.

– Senor Kaltenborn, ?la chica llevaba un ABRIGO DE PIELES?

– No, llevaba unos pantalones ajustados de torero y una especie de blusa barata.

– ?Dijo que le gustaba el STRIPTEASE?

– No.

– ?Menciono que frecuentaba un club negro llamado BIDO LITO'S?

– No.

– ?No dijo que desnudarse de un CALIDO ABRIGO DE PIELES era el extasis?

– No. ?Que pretende usted…?

Junior bajo las manos. Estuve atento por si desenfundaba.

– Senor Kaltenborn, ?menciono la chica si conocia a un POLICIA RUBIO DESPAMPANANTE que antes era boxeador?

– No, no dijo nada parecido. Y no… no comprendo su interes por esas preguntas, oficial.

– ?Dijo si conocia a un policia artista de la extorsion con AFICION a los jovenes rubios?

HUIDA…

Junior gana la puerta, cruza el pasillo con la pistola desenfundada. Salgo, le persigo, corro…

Llego hasta su coche, jadeante. Le alcance, le inmovilice la mano del arma y eche su cabeza hacia atras.

– Te dejare salir de todo esto. Te retirare del caso Kafesjian antes de que jodas aun mas las cosas. Podemos hacer un trato ahora mismo.

Cabello engominado. Junior se desasio agitando la cabeza. Unos faros desviados iluminaron su cara de drogado escupiendo salivazos.

– Esa puta mato a Dwight Gilette y tu lo estas ocultando. Ainge dejo la ciudad y yo quiza tengo el arma que uso la chica. Tu estas colado por esa puta y estoy convencido de que empujaste a ese testigo por la ventana. No hay trato. Y ya veras como os amargo la existencia a ti y a esa puta.

Le agarre por el cuello y aprete para matarle. Obsceno: su respiracion, sus labios echados hacia atras para morder. Me retire ligeramente, en un descuido. Un rodillazo. Me doblo, sin aliento; a patadas, ruedo por el suelo. Neumaticos derrapando sobre la grava.

Unos faros: Jack Woods sale en su persecucion.

Los Angeles Oeste, tres de la madrugada. En casa de Junior -cuatro viviendas adosadas de una planta-, todo a oscuras. Ningun Ford de Junior aparcado en las proximidades. Uso la ganzua, enciendo las luces.

Dolorido desde la entrepierna hasta el pecho: darle una paliza, matarle. Deje las luces encendidas. Que lo supiera.

Cerre la puerta y recorri la vivienda.

Salon, comedor, cocina. Muebles a juego: meticuloso. Limpieza, mugre: mobiliario de formas angulosas, polvo.

El fregadero: comida mohosa, cucarachas.

El congelador: capsulas de nitrato de amilo.

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