Caminos de tierra, cabanas. Colinas atrapando la contaminacion: Chavez Ravine.

Atasco. Aparque a buena distancia y eche un vistazo:

Tipos agitando pancartas. Periodistas, policias de uniforme. Comunistas cantando: «Justicia, si! ?Dodgers, no!»

Un corro de gente amistosa, con los ojos en un Reuben Ruiz sonriente y entusiasta. Matones de la policia local, el agente Will Shipstad.

Ruiz: ?testigo federal?

Me acerque al tumulto a paso ligero.

– ?Hey, hey! ?No, no! ?No nos volvereis a Mexico!

Mostre la placa y los uniformados me abrieron paso.

Abucheos provocadores:

Ruiz peleaba esa noche; acudir al combate para animar a su contrincante. La Oficina de Tierras y Caminos, fascista: planes para recolocar a los chicanos en bloques de pisos de la zona mas degradada de Lynwood.

– ?Hey, hey! ?No, no! ?Justicia, si! ?Dodgers, no!

Ruiz, gritando en espanol por un megafono:

?Traslados enseguida! ?La indemnizacion para nuestro traslado es muy suculenta! ?Nuevos hogares muy pronto a vuestro alcance! ?Y disfrutad del nuevo estadio de los Dodgers que VOSOTROS habeis contribuido a crear!

Guerra de ruidos; victoria del megafono de Reuben. Los ayudantes arrojaron unas entradas; los chicanos hincaron la rodilla y las recogieron. Me hice con una: Ruiz contra Stevie Moore, en el Olympic Auditorium.

Cantos, algarabia. Ruiz me vio y se debatio entre sus admiradores. Me abri paso hasta cerca de el. Reuben me lanzo un grito:

– ?Tenemos que hablar! En mi vestuario despues del combate, ?le parece?

Asenti con un gesto. «?Basura! ?Peon de los Dodgers!»: no habia manera de hablar.

Una vuelta rapida por la brigada. Mi despacho.

Un mensaje de Lester Lake: reunete conmigo a las ocho, esta noche. Moonglow Lounge. Exley aparecio por Subdireccion; le hice una sena para que entrara en el despacho.

– Tenia algunas preguntas.

– Hagalas, mientras no sean, «?que pretende?»

– Probemos con, «?por que solo dos hombres en un caso que tiene tanto interes en resolver?»

– No. La siguiente pregunta, y que no sea, «?por que yo?»

– Probemos con, «?que hay para mi en esto?»

Exley sonrio.

– Si aclara el caso, ejercere una prerrogativa del jefe de Detectives que rara vez se utiliza y le ascendere a capitan saltandome el escalafon. Trasladare a Dudley Smith a Subdireccion y le dare a usted el mando de la seccion de Robos.

El paraiso del trapicheo. Que no fueran a fallarme las piernas.

– ?Sucede algo, teniente?, yo esperaba que me expresaria su gratitud.

– Gracias, «Ed». Eso que acaba de agitar es una zanahoria muy golosa.

– Visto lo que es usted, yo tambien diria que lo es. Estoy muy ocupado, asi que haga su siguiente pregunta.

– La clave de este asunto es Lucille Kafesjian. Tengo el presentimiento de que la familia sabe muy bien quien es el ladron y quiero traer aqui a la chica para interrogarla.

– No, todavia no.

Cambio de tema:

– Deme el asunto de las pieles de Hurwitz. Quiteselo a Dudley.

– No, y rotundamente, no. Y no me lo vuelva a pedir. Ahora, terminemos con esto.

– Muy bien, entonces dejeme presionar a Tommy Kafesjian.

– Explique eso de «presionar», teniente.

– Presionar. Apretarle las tuercas. Le hago hablar por la fuerza y nos cuenta lo que queremos saber. Ya sabe, metodos policiales desproporcionados, como esa vez que se cargo a aquellos negros desarmados.

– Nada de abordajes directos a la familia. Salvo eso, tiene carta blanca, teniente.

Carta blanca en trabajo fastidioso, retrasado. Grandes jodidas distracciones.

Sencillo:

Foto de Lucille/grabadora/lista de moteles: llevarlo todo al Southside y hacer preguntas:

?Le ha alquilado habitacion alguna vez?

?Algun hombre le ha pedido una habitacion contigua a la de ella?

?Algun vagabundo/borracho ha alquilado una habitacion por orden de otro?

Pocas probabilidades; el Red Arrow Inn bien podia ser el unico sitio donde Lucille llevaba a sus fulanos.

Central Avenue adelante, rumbo al Southside. Intriga policial, de campanillas:

Coches de Asuntos Internos siguiendo coches de federales, discretamente. Redadas de vagabundos: agentes de Vagos y Maleantes volcados en la labor. Furgones de prostitutas rondando en busca de chicas.

Los federales:

Comprobando matriculas a la salida de bares y clubes nocturnos.

Metiendo la nariz en una partida de dados en una acera.

Acechando una ostentosa casa de putas para negros.

Federales de traje gris y corte de pelo a cepillo pululando por el barrio negro.

Me detuve un momento en la comisaria de la calle Setenta y siete y pedi prestada una grabadora. Las salas de interrogatorios estaban abarrotadas: «limpieza» de los 187 pendientes. En el exterior, federales con camaras fotografiando a los identificados por la policia.

Ahora, el trabajo fastidioso:

Tick Toe Motel, Lucky Time Motel: no a todas mis preguntas. Darnell's Motel, De Luxe Motel: rotundos noes. Handsome Dan's Motel, Cyril's Lodge: mas noes. Hibiscus Inn, Purple roof Lodge: NO.

Nat's Nest, en la Ochenta y uno y Normandie. «Habitaciones limpias siempre.» Interrogue al empleado:

– Si, senor, conozco a la chica. Siempre usa la habitacion poco rato, y siempre pide la misma.

Me agarre al mostrador.

– ?Esta registrada ahora?

– No, senor. No ha venido desde hace seis o siete dias.

– ?Sabe para que utiliza la habitacion?

– No senor. Mi lema es «no ver nada, no oir nada», y sigo esta politica excepto cuando arman demasiado escandalo con sus juegos, sean los que sean.

– ?La chica pide una habitacion en la parte delantera, con vistas a la calle?

El tipo, perplejo;

– Si, senor. ?Como lo sabe?

– ?Ha alquilado usted la habitacion contigua a algun joven blanco? ?Tal vez algun vagabundo le ha pedido esa habitacion y la ha reservado en nombre de otra persona?

Boquiabierto de asombro, el hombre desaparecio tras el mostrador y reaparecio con una hoja de registro.

– Vea usted: «John Smith.» En mi opinion, un nombre falso. Vea, aun tiene pagados dos dias mas. Ahora mismo no esta; le he visto marcharse esta manana…

– Enseneme esas habitaciones.

El hombre salio disparado, revolviendo unas llaves. Rapidamente, abrio las dos puertas: buen tipo, y asustado de la policia.

Bungalows separados. Sin puertas de comunicacion.

Me puse manos a la obra. Ahora, con calma: me libre del tipo con un billete de diez.

– Vigile la calle. Si aparece ese joven blanco, entretengale. Digale que tiene un fontanero en la habitacion;

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