luego, venga a avisarme.

– Si, si senor… -Haciendo reverencias desde la calle.

Dos puertas, sin acceso entre ellas. Ventanas laterales; el miron podia haberla OBSERVADO. Setos bajos, un sendero de losas sueltas.

Descubrimiento:

Un cable que salia de la ventana de EL.

Y que desaparecia en el seto, fuera, bajo las piedras.

Lo agarre y tire de el.

Saltaron unas piedras y el cable quedo tenso. Pase a la habitacion de ELLA: el cable, bajo la alfombra. Un tiron y un microfono cubierto de yeso salta de la pared.

Recupero el cable:

La ventana de EL; salto al alfeizar y entro. Otro tiron: tump, una grabadora bajo la cama.

Sin cinta.

Vuelvo afuera, investigo las puertas: ninguna senal de haber sido forzadas. EL se colo por la ventana de ELLA, supongo.

Cerre ambas puertas y registre la habitacion de EL.

El armario:

Ropas sucias, maleta vacia, tocadiscos.

La comoda: ropa interior, albumes de jazz: Champ Dineen, Art Pepper. Los mismos titulos. La coleccion de discos rotos de Tommy K., duplicada.

El bano:

Cuchilla, crema de afeitar, champu.

Levanto la alfombra:

Revistas de chicas -Transom- , tres numeros. Fotos y texto: «confesiones» de una actriz de cine.

Ninguna cinta.

Aparto el colchon, palpo la almohada: un bulto duro. Rompo, rasgo:

Una bobina. La coloco en la grabadora para escucharla brevemente.

Nervios. Manosee los objetos y eche a perder posibles huellas. Manos espasmodicas: coloco la cinta / pulso Marcha.

Ruidos, toses. Cerre los ojos e imagine la escena: amantes en la cama. Lucille:

– ?No te cansas de estos juegos?

Desconocido:

– Pasame un cigarrillo. -Pausa-. No, no me canso. Desde luego, tu sabes como hacer que…

Sollozos, distantes. Las paredes de la habitacion del motel sofocando el llanto de mi hombre.

Fulano:

– …y sabes que esos jueguecitos de papa e hija tienen mucho aliciente. En realidad, con nuestra diferencia de edades, resulta un juego de cama muy natural.

Una voz culta, la antitesis de Tommy/J.C.

Sollozos, mas sonoros. Lucille:

– Estos lugares estan llenos de perdedores y de quejicas solitarios.

Ninguna sospecha, ningun reconocimiento, ningun miedo a escuchas o vigilancias clandestinas. Clic; una radio: «…chanson d'amour, rattatattatta, play encore». Voces confusas, clic, el fulano:

– …por supuesto, siempre esta esa infeccion que me pasaste.

«Infeccion»: ?gonorrea/sifilis?

Eche un vistazo a la bobina: la cinta se acababa.

Voces sonolientas, embarulladas: mas rato del habitual con un cliente. Cierro los ojos: por favor, un juego mas.

Silencio, el siseo de la cinta: amantes dormidos. Chirrido de goznes.

– ?Dios!

Demasiado cerca. Demasiado real. ACTUAL. Ojos abiertos: un hombre blanco, plantado en la puerta.

Mierda de vision borrosa: saque el arma, apunte, dispare.

Dos tiros: el marco de la puerta quedo astillado; otro mas: los fragmentos de madera estallaron.

El hombre huyo.

Corri afuera, apuntando.

Gritos, chillidos.

Zigzags: mi hombre esquivando el trafico. Dispare sobre la marcha: dos tiros salieron desviados. Cuando apunte con cuidado -un blanco claro-, me vino un pensamiento: si le matas, no sabras POR QUE.

Sorteando el trafico, sin perder de vista la cabeza blanca que se escabullia. Bocinas, frenos: caras negras en la acera. Mi mancha de blancura, desapareciendo.

Tropece, resbale, corri. Le perdi. A mi alrededor, todo negros.

Gritos.

Rostros negros asustados.

Mi reflejo en un escaparate: un tipo chiflado, aterrorizado.

Afloje la marcha. Otra cristalera, mas caras negras. Sigo sus miradas:

Una redada callejera: federales y negros. Welles Noonan, Will Shipstad, matones del FBI.

Agarrado, empujado, inmovilizado contra un portal. Golpeado en la nuca. Solte la pistola.

Inmovilizado por gorilas federales con traje gris. Welles Noonan me dejo sin respiracion de un golpe y me escupio en la cara. Mientras pegaba:

– Esto, por lo de Sanderline Johnson.

17

El Moonglow. Muy pronto para Lester. Los discos de la maquina llenaban el tiempo.

Noonan, con fondo musical; repeticiones de la escena, oliendo todavia su salivazo.

Esos federales: venganza barata. De vuelta a Nat's Nest: coches patrulla acudiendo a una denuncia de disparos. Los ahuyente y recogi las pruebas: discos, revistas, grabadora, cinta.

A continuacion, llamadas:

Ordenes a Ray Pinker: busca huellas en ambas habitaciones, lleva a un dibujante y que el conserje le de detalles del miron. Despues, que repase los albumes de fotografias y ojala tenga buena vista.

Jack Woods, buenas noticias: habia visto a Junior, le habia seguido un par de horas y le habia perdido. Junior, muy ocupado sacando dinero a tres traficantes independientes. Jack me dio descripciones y numeros de matricula. Su comentario, al pie de la letra:

– Parecia borracho hasta los pelos y totalmente ido. Registre su coche mientras iba a por tabaco y, ?sabes lo que vi en el asiento de atras? Una hipodermica, seis latas de atun vacias y tres escopetas de canones recortados. No se que tal te llevas con el pero, en mi opinion, deberias pegarle un tiro.

El disco, inconfundible: Harbor Lights, por Lester Lake. Y la moneda no era mia.

Bingo: Lester en persona, rezumando miedo.

– Hola, senor Klein.

– Sientate. Cuentame.

– ?Que le cuente que?

– A que viene esa cara y por que has puesto esa maldita cancion.

Lester, tomando asiento:

– Me da confianza. Es estupendo saber que tio Mickey mantiene mi disco en sus Wurlitzer.

– Mickey deberia retirar sus maquinas antes de que los federales le retiren a el. ?De que se trata? No te he visto tan asustado desde el asunto de Harry Cohn.

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