– Mierda.

– Bien dicho, pero hemos tenido mas suerte con la reproduccion fisonomica. El tipo del hotel y el dibujante han elaborado un retrato y lo tienes esperando en la oficina. Y ahora…

– ?Y las fotos de los albumes de identificacion? ?Le has dicho al tipo que le necesitaremos para echarles una ojeada?

Ray suspiro, medio enojado.

– Dave, el tipo se ha largado a Fresno. Dejo entrever que nuestro comportamiento le molestaba. Yo le ofreci una cantidad en nombre del LAPD para reparar la puerta contra la que disparaste, pero el hombre dijo que no cubriria la molestia. Tambien dijo que no intentaras buscarle porque se marchaba sin dejar senas. No le insisti para que se quedara porque dijo que pondria una demanda por la puerta que estropeaste.

– Mierda. Ray, ?comprobaste…?

– Dave, te llevo mucha delantera. Si, pregunte a los otros empleados si habian visto al inquilino de esa habitacion. Los dos dijeron que no, y les creo.

Mierda. Joder.

Ray, medio enfurrunado:

– Muchas molestias por un simple 459, Dave.

– Si. Y no me preguntes por que.

Clic. Un zumbido en el oido.

Adelante; seguir empolvando:

Huellas parciales en las tapas de los albumes; los discos en si, con los microsurcos, no recogian las impresiones dactilares. Champ Dineen en mi tocadiscos: Muuuy Calmoso, El Champ interpreta al Duke.

Musica de fondo. Hojee la Transom.

Piano/saxo/bajo: suave. Fotos de chicas insinuantes: M.M., la sirena rubia, loca por el androgino R.H.: la chica hara cualquier cosa por enderezarle. J.M., la ninfo, con sus gigantescos encantos, busca machos bien dotados en el gimnasio Easton's. Solo veinticinco centimetros o mas, por favor; J.M. lleva una regla para comprobarlo. Ultimas conquistas: F.T., giganton de peliculas de serie B; M.B., escritor de chistes; G.C., laconico astro de westerns.

Saxo susurrante, contrabajo como el latir del corazon.

Texto: los tesoros del vendedor viajante. Foto: mujeres de tetas enormes que rebosaban de los sujetadores. Trinos del piano, magnificos.

Un numero atrasado, Dineen filtrandose. Transom, junio del 58:

M.M. y M.M. aficionada al beisbol; su pasion por J.D.M. la empujaba a los bateadores. El ostentoso hotel Plaza, estancia de diez de la manana a diez de la noche.

Solo de saxo alto: Glenda/Lucille/Meg, girando en un torbellino.

Anuncios: alargadores de pene, cursos de Derecho por correo Moon indigo en version Dineen: instrumentos de viento graves.

Una historia de papa/hija. El texto: como introduccion, un dialogo. Las fotos: una morena rolliza, luciendo un biquini.

– Bueno… te pareces a mi papa.

– ?Me parezco? Bueno, si, soy lo bastante viejo. Supongo que un juego es un juego, ?no? Puedo hacer de padre porque encajo en el papel.

– Bueno, como dice la cancion, «Mi corazon pertenece a papa».

Ojeo el texto:

La huerfana Loretta arde en deseos de un papaito. El malvado Terry la desfloro y ella, a su pesar, aun siente algo por el. Se vende a hombres mayores y un predicador la mata. Foto adjunta: la chica, estrangulada con la cadena de contrapeso de una ventana.

Champ Dineen, rugiendo. Repaso la historia:

Loretta, igual a Lucille; Terry, igual a Tommy. La «huerfana»

Loretta, sin explicacion. Papa J.C., objeto del deseo de Lucille; dificil de creer que ella ande caliente por ese pajaro grasiento.

Pongamos que un miron escucho el dialogo.

Pongamos que ese miron fue el «escritor».

Transom, julio del 58: pura bazofia sobre artistas de cine. Busco la cabecera: una direccion de Valley. A visitar manana.

Sono el telefono. Baje el volumen. Descolgue.

– Glen…

– Si. ?Tienes poderes mentales, o solo esperanza?

– No lo se, quizas ambas cosas. Escucha, me acercare por el plato.

– No. Sid Frizell esta filmando algunas escenas nocturnas.

– Iremos a un hotel. No podemos usar mi casa ni la tuya. Es demasiado arriesgado.

Aquella risa.

– Lo he leido hoy en el Times. Howard Hughes y su sequito han salido hacia Chicago para una reunion con el departamento de Defensa. La «residencia de actriz» de Hollywood Hills esta disponible, David, y tengo una llave.

Despues de medianoche. Por seguridad.

– ?Dentro de media hora?

– Si. Te echo de menos.

Colgue el telefono y subi el volumen. Ellington/Dineen: Cottontail. Recuerdos: ano 42, cuerpo de Marines. Meg, la cancion: bailando en la terraza de El Cortez.

Todavia en carne viva; dieciseis anos echados a perder. El telefono, a mano. Hazlo.

– ?Diga?

– Me alegro de encontrarte, pero imaginaba que estarias detras de Stemmons.

– Tenia que dormir un poco. Escucha, negrero…

– Matale, Jack.

– Por mi, de acuerdo. ?Diez?

– Diez. Acaba con el y dame un poco de tiempo.

19

Hollywood Hills, un caseron de estilo espanol junto a Mulholland. Luces encendidas, el coche de Glenda frente a la puerta. Veintitantas habitaciones: el picadero supremo.

Aparque; los faros en un Chevrolet del 55. Familiar, malo: el coche de John Miciak.

Me aseguro, pongo las luces largas: calcomanias de Hughes Aviacion en el parachoques trasero.

Silencio de madrugada: grandes ventanales a oscuras, solo una iluminada.

Me apeo y escucho. Voces -el, ella- amortiguadas.

Me acerco, pruebo la puerta principal. Cerrada. Voces: la de el, irritada; la de ella, tranquila. Rodeo la casa y escucho. Miciak:

– …podrias tenerlo peor. Escucha, tu cumple conmigo y sigue fingiendo con Klein. Le he visto acudir a verte a Griffith Park y, por lo que a mi respecta, puedes seguir liada con el. El senor Hughes no tiene por que enterarse; tu portate bien conmigo y consigue de Klein ese dinero que quiero. Se que lo tiene porque esta relacionado con algunos hampones. Me lo ha dicho el propio senor Hughes.

Glenda:

– ?Como se que solo es cosa tuya?

– Porque Harold John Miciak es el unico tipo de Los Angeles lo bastante hombre como para meterse en los asuntos del senor Hughes y de ese policia que se cree tan duro.

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