Un rodeo hasta la ventana del comedor. Rendijas en las cortinas. Observo:

Glenda retrocediendo poco a poco; Miciak avanzando hacia ella, contoneando las caderas.

Movimientos lentos, los dos. Detras de Glenda, un juego de cuchillos.

Probe a abrir la ventana. No cedio. Glenda:

– ?Como se que solo es cosa tuya?

Una mano tantea a su espalda, la otra extendida delante: «Acercate mas.» Su voz:

– Creo que nos vamos a entender.

La parte trasera de la casa, una puerta lateral; cargue con el hombro, cedio, entre a la carrera.

El pasillo, la cocina, alli…

Un cuerpo a cuerpo: el, alargando las manos; ella, asiendo cuchillos con las suyas.

Entumecido, a camara lenta. Incapaz de moverme. Paralizado, conmocionado, contemplo:

Cuchillos que descienden -sobre la espalda de Miciak, sobre su cuello- y se hunden hasta la empunadura. Crujidos de huesos. Glenda hurgo en las heridas: ambas manos banadas en sangre. Miciak revolviendose CONTRA ELLA…

Otras dos hojas afiladas rasgan su carne. Glenda lanza estocadas a ciegas.

Miciak alcanza el juego de cuchillos, empuna una cuchilla de carnicero.

Me acerco trastabillando -las piernas, entumecidas-, huelo la sangre…

Miciak descargo un golpe, fallo, se lanzo de nuevo a por el juego de cuchillos. Glenda la emprendio de nuevo: le hundio el metal en la espalda, en el rostro. La hoja afilada le arranco las mejillas.

Barboteos/chillidos/gemidos: Miciak muriendo a gritos. Mangos de cuchillo sobresaliendo de su cuerpo en angulos extranos.

Le arroje al suelo, hurgue con los cuchillos, le remate.

Glenda: ni un solo grito. Y esa mirada: CALMA, ya he estado aqui otra vez.

CALMA:

Apagamos las luces y esperamos diez minutos. Fuera, ninguna reaccion. A continuacion, planes: cuchicheos en voz baja, abrazados. Ensangrentados.

Por suerte, no habia alfombra en el comedor. Nos duchamos y nos cambiamos de ropa (Hughes tenia un guardarropia masculino/femenino). Recogimos la ropa sucia y limpiamos el suelo, los cuchillos y la caja.

En un armario habia mantas: envolvimos a Miciak en una

de ellas y le encerramos en el portaequipajes de su coche. Las dos menos diez. Sali; volvi a entrar. Ningun testigo. Sali de nuevo y regrese otra vez. Nuestros coches, aparcados en lugar seguro debajo de Mulholland.

Un plan. Una cabeza de turco: el Diablo de la Botella, el asesino en libertad favorito de Los Angeles.

Al volante del coche de Miciak, yo solo, hasta Topanga Canyon. Campo Infantil Hillhaven: difunto, territorio de vagabundos. Con la linterna, eche un vistazo a las seis cabanas: ningun indigente instalado alli.

Aparque el coche fuera de la vista.

Lo limpie.

Arroje el cuerpo dentro de una de las cabanas: la del Cachorro de Jaguar.

Estrangule el cadaver para ajustarme al modus operandi del asesino. Lo arrastre sobre el serrin del suelo para obstruir las heridas. Logica forense: los cuerpos extranos de las heridas impedian determinar el tipo concreto de arma blanca utilizado.

Logica de la esperanza:

Howard Hughes, reacio a la publicidad, tal vez no pusiera mucho interes en encontrar al asesino de aquel hombre.

Regrese a la autopista de la costa caminando. Rezumando un miedo CALMADO…

Acosado esporadicamente por presuntos perseguidores.

Ser seguido aquella noche significaria lamentarlo el resto de la vida.

Glenda me recogio en la autopista. De vuelta en Mulholland, cada uno en su coche hasta mi casa.

Acostados, solo para hablar. Conversacion trivial, por voluntad de ella. La escena de los cuchillos en Cinemascope y Technicolor. Me esforce en convencerme que no le habia gustado hacerlo.

Descargue un punetazo en la almohada junto a su rostro. Enfoque la lampara de la mesilla de noche a sus ojos. Le dije: Mi padre mato un perro a tiros/yo incendie su cobertizo de herramientas/el pego a mi hermana/yo le dispare, la pistola se encasquillo/esos jodidos Dos Tonys maltrataron a mi hermana/me los cargue/mate a otros cinco hombres/cogi dinero… ?Que te da derecho a jugar tan fuerte?

Golpeo la almohada, obligo a Glenda a hablar. Sin elegancia, sin lagrimas:

Glenda iba de un sitio a otro, sirviendo bandejas en autorrestaurantes, aspirante a actriz. Se acostaba por dinero para pagar el alquiler; un tipo se lo conto a Dwight Gilette. El le hizo una propuesta: enviarle clientes, al cincuenta por ciento. Ella accedio y cumplio: la mayoria, pelagatos. Una vez, Georgie Ainge; sin malos tratos por parte de este, pero palizas habituales de Gilette.

Se volvio loca. Le entro esa idea de aspirante a actriz: comprarle un arma a Georgie y asustar a Dwight. La aspirante a actriz, ahora con utileria: una pistola de verdad.

Dwight le hizo llevar a las «sobrinas» de el a casa de su «hermano» en Oxnard. Fue divertido: dos negritas espabiladas. Una semana despues, sus fotos en la tele:

Dos ninas de cuatro anos encontradas muertas en una alcantarilla de Oxnard. Torturadas, violadas y muertas de hambre.

La aspirante a actriz, chica de los recados. Ahora, actriz de verdad. Un pensamiento:

Matar a Gilette. Antes de que envie mas ninas al matadero.

Lo hizo.

No le gusto hacerlo.

De cosas asi, uno no sale tan fresco; sale arrastrandose como puede.

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