bajo custodia.»

«Comprendo el dilema en que se encuentra, David. Tal vez se le ocurra pensar que puede enganarnos y ser un testigo no tan amistoso cuando tenga que declarar sobre sus relaciones con el crimen organizado, evitandose con ello una sentencia a muerte del Sindicato. Naturalmente, gozara de proteccion federal despues de su testimonio ante el gran jurado, pero debe saber que no toleraremos falsedades ni mentiras por omision.»

Jodido tipo listo.

Habria apostado a que me ocultaba informacion. Mi gran temor, aquellos seguimientos de los federales despues de lo de Johnson. Conjetura aventurada, dificil de quitarme de la cabeza: Abe Voldrich, eliminado; visto en las inmediaciones, un Pontiac azul. Jack Woods -nueve muertos por encargo, como minimo-, mi asesino favorito. Jack Woods, orgulloso propietario de un Pontiac del 56, verdeazulado.

Al centro: el puente de la calle 3, Boyle Height. Al este, hacia Wabash: Cerrajeria Brownell.

La tienda: una caseta en mitad de un aparcamiento.

Cuatro llaves -tres de ellas, numeradas-; quiza sacara algun dato de valor.

Detuve el coche ante la caseta y toque el claxon. Aparecio un hombre con una sonrisa profesional.

– ?En que puedo ayudarle?

Le mostre la placa y el juego de llaves.

– Llaves 158-32, 159-32, 160-32 y una sin numeracion. ?Para quien las hizo?

– Ni siquiera tengo que mirar los archivos, porque el codigo 32 es ese almacen -consigna para el que hago todas las llaves de las taquillas.

– ?De modo que no sabe quien alquilo esas taquillas, en concreto?

– No, senor. La llave sin numeracion es de la puerta del local. Las numeradas corresponden a cada taquilla. Y no hago duplicados a menos que el encargado del negocio me de el visto bueno.

– ?Donde esta el local?

– En North Echo Park Boulevard 1750. Esta abierto las veinticuatro horas, por si no lo sabia.

– Es usted muy rapido con sus respuestas, amigo. Y le noto algo irritado.

– Bueno…

– Vamos, cuenteme.

– Bueno…

– Nada de «bueno…». Soy agente de policia.

Con voz entre el gimoteo y el halago:

– Bueno, lamento tener que decirlo, porque el tipo me cayo bastante bien.

– ?Que tipo?

– No recuerdo su nombre, pero es ese pequeno boxeador mexicano de los gallos que siempre pelea en el Olympic.

– ?Reuben Ruiz?

– Exacto. Vino ayer y me dijo que queria un duplicado de las llaves numeradas, como si hubiera visto las llaves pero no hubiese podido echar los guantes a los dos juegos originales que entregue. «De ninguna manera -le dije-. Ni que fuera el mismisimo Rocky Marciano.»

– ?De modo que hizo dos juegos de llaves para el local?

– Un original para el encargado, otro para el cliente. El encargado mando a alguien para hacer un segundo juego para el cliente, porque la gente que habia alquilado las taquillas queria un duplicado.

Juego numero uno: Junior. Juego numero dos: tal vez Johnny D., el colega de Reuben.

– Vera, agente, las cerraduras y las llaves se cambian continuamente para evitar robos. Si habla usted con Bob, el encargado, ?querra decirle que estoy cumpliendo con mi parte para mantener las cosas…?

Aprete el acelerador. El cerrajero engullo los gases del tubo de escape.

Echo Park, junto a Sunset. Un almacen de grandes dimensiones. Un aparcamiento, sin vigilante en la puerta. Abri con la llave que traia.

Un local enorme: una red de pasillos entrecruzados, con taquillas a ambos lados. A la entrada, un plano con numeros y codigos.

La zona del codigo 32 llevaba una anotacion: «Jumbo.» Sigo el plano: dos pasillos mas alla, vuelta a la izquierda.

Tres contenedores de dos metros de ancho, desde el suelo hasta el techo.

Llenos de raspaduras: marcas de ganzua en la cerradura.

Introduzco las llaves. Las puertas chirrian:

158-32: abrigos de vison, colgados de perchas. Tres metros de fondo por dos de ancho.

Siete colgadores, vacios.

159-32: estolas y otras pieles, amontonadas en una pila hasta la altura de los hombros.

160-32: abrigos de zorro/vison/mapache. En gran cantidad, colgados/apilados/doblados/arrojados de cualquier manera.

Johnny/Junior/Reuben.

Dudley Smith, jefe de la investigacion del robo de pieles, burlado/enganado/vendido.

Exley y Duhamel, manipulando ?A QUIEN?

Vison. El tacto, el olor. Los colgadores vacios, ?el striptease de Lucille con el abrigo de pieles? ?Johnny intentando vender el alijo de pieles a Mickey Cohen?

Reuben Ruiz: ex ladron/hermanos ladrones.

Su intento directo de hacerse con las llaves, sin exito.

Marcas de ganzua/local sin vigilancia, abierto las veinticuatro horas.

Clic, la llave/clic, la cerradura/clic, el cerebro. Saque la pluma y el bloc de notas. Tres taquillas; deje tres notas identicas en su interior:

Quiero hablar sobre Johnny Duhamel, Junior Stemmons y quienquiera mas que este relacionado con esto. Es un asunto de dinero, independiente de Ed Exley.

D. Klein

Cerre las puertas -clic, la cerradura/clic, el cerebro- y busque un telefono. Encontre una cabina en la otra acera de Sunset y llame a la oficina.

– Riegle.

– Sid, soy yo.

– Es decir, eres tu y quieres algo.

– Exacto.

– Bien, dime lo que sea, pero te adelanto que este trabajo de Homicidios me esta dejando agotado.

– ?Que significa eso?

– Significa que Richie Herrick no aparece por ninguna parte. Primero, Exley emite una orden de busca y captura; luego, la anula, pero ni aun asi podemos localizar a un hombre blanco soltero de quien se sabe que frecuenta los barrios negros.

– Ya lo se, y nuestra mejor baza es dejar que Tommy Kafesjian lo encuentre por nosotros.

– Lo cual no parece muy probable, con esos camellos armenios enclaustrados en su casa y vigilados de cerca por los federales.

– Sid, toma nota de esto.

– Vale, te escucho.

– El almacen de North Echo Park 1750.

– Esta bien, he tomado nota. Y ahora, ?que?

– Ahora coges tu coche particular y te dedicas a vigilar la entrada y el aparcamiento. Anota el numero de matricula de cualquiera que entre. Cada cinco o seis horas, comunica los datos a la central de Trafico. Manten la vigilancia hasta manana por la manana y llamame entonces.

Grunidos teatrales.

– ?Me lo explicaras todo entonces?

– Aja.

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