quiza», «Watts».

Un tecnico me dio unos golpecitos en el brazo.

– Lo siento, teniente, un Codigo 3 ha perturbado las lineas.

– ?De que se trata?

– Homicidios en Haverford Wash. Quizas a tiros, quizas asunto de bandas.

Se me erizo el vello de la nuca.

– Usted controle la banda 7. Yo acudo a la llamada.

Watts, Codigo 3. Me uno a la multitud: blancos y negros, furgonetas de laboratorio, coches de federales. Watts profundo, rural: campos, barracas esparcidas.

Un risco. Vehiculos policiales en el borde. Ascendi patinando y zigzagueando.

Hombres mirando hacia abajo; federales y LAPD, conjuntamente. Me abro paso, echo un vistazo:

Un vertedero de aguas construido en cemento: siete metros de profundidad.

Aguas de alcantarilla hasta el tobillo; tecnicos chapoteando en ella.

Regueros de sangre en el terraplen de la derecha.

Cuatro cuerpos empapados en aguas fecales justo al fondo.

Pendientes inclinadas de cemento para acceder a ellos. Me deslice cuesta abajo. Hombres del servicio tecnico haciendo fotos. Luces de focos reflejandose en el agua ensangrentada.

Alce la vista:

El promontorio, bordeado de arboles: buen escondite.

Mire abajo:

Cartuchos de caza encajados en el limo.

Reflexion:

Emboscada al resguardo de los arboles; los muertos, abatidos con postas.

Chapotee en el limo entre el revuelo de tecnicos. Arriba sonaron mas sirenas. Cuatro cadaveres boca abajo, con la espalda desgarrada desde la rabadilla hasta las costillas.

Arriba, unas voces confusas: Noonan, Shipstad, Exley. Hombres del laboratorio moviendo los cuerpos y salpicandose de sangre.

Los cuatro muertos, boca arriba: dos blancos, dos mexicanos. Reconoci a tres: matones recaudadores de monedas para Mickey.

Conclusion instantanea:

Una emboscada de Dudley. SIN DISPAROS A LA CARA. Las victimas, delincuentes del barrio negro.

Teoria instantanea:

Muertes escenificadas para los federales; la responsabilidad, achacada a bandas de fuera de la ciudad. Una charada de Dudley Smith, DE ALGUN MODO.

Observo:

Exley avanzando por el agua; las vueltas de los pantalones, empapadas. Mas cerca, Noonan: pantalones remangados, ?ligas con los calcetines!

Comentarios tecnicos, deslavazados.

Los muertos, con armas en las manos. Arriba, casquillos usados, con restos de hilos; los asesinos llevaban chalecos antibalas.

Hombres del laboratorio rodeando a Exley, reteniendole. Noonan, enseguida junto a mi, salpicandome.

Agitando fotos, comparandolas con los muertos. Muerto de miedo.

– ?Oh, Dios! ?Oh, no! Hemos identificado a estos…

Le lleve aparte, lejos de Exley. Noonan dio un puntapie al agua; un cartucho de caza salto de ella.

– Hemos identificado a esos hombres. Mickey Cohen les habia traspasado su negocio de tragaperras del Southside. Formaban parte de un sindicato del Medio Oeste. Mickey dijo que eran los que mataron a esos hombres suyos que desaparecieron hace algun tiempo. Mickey ya no tiene agallas para tratar con las bandas y les ha vendido su negocio de las monedas para retirarse.

Tonterias. Mickey, un actor. Glenda criticaba su «estilo». Noonan:

– Vamos a presentar a Mickey como testigo. Le hemos garantizado la inmunidad y le hemos prometido una medalla federal por servicios. Cree que eso le ayudara a conseguir una franquicia para el juego en el distrito, lo cual es absurdo ya que esa ley no sera aprobada nunca por el Legislativo del Estado.

El senor Fiscal Federal, portaligas a cuadros escoceses.

– Klein, ?usted sabe algo de esto?

Confirmado: Mickey, «testigo principal». Un destello: Bob Gallaudet apoyaba el juego en el distrito.

Exley, mirandonos.

– Klein…

– No, ni idea.

– Esto puede perjudicarnos. Mickey iba a testificar contra esos hombres.

Perjudicarnos: Glenda habia dado esquinazo a los federales.

– Quiero un dia mas antes de entrar en custodia.

– De ninguna manera. No vuelva a pedirlo y ni se le pase por la imaginacion que le conceda nuevos favores. Hoy es su ultimo dia para resolver su curiosidad por los Kafesjian; a partir de manana, esa curiosidad sera asunto de testimonio federal.

El senor Fiscal Federal: gomas usadas sujetas a los tobillos.

– ?Quien cree que ha matado a esos tipos?

– Yo diria que unos manosos de la Costa Este. Yo diria que ha corrido la noticia de que Mickey liquidaba sus tragaperras y algun tipo de la Costa Este intenta quedarse con el negocio.

Puras estupideces sin base.

Dudley Smith en mi cabeza: «Confia en MI, muchacho.»

Arriba, gritos:

– ?Senor Noonan! ?Senor Noonan, esta hablando por la radio!

Noonan escalo la pendiente entre chapoteos; Exley me envio a tomar por saco con un gesto.

Escape de el y subi la pendiente reprimiendo unos escalofrios. Coches de federales, agentes federales: Shipstad, Noonan, Milner y el jodido resto.

Mickey Cohen por la KMPC:

«…y realizo este anuncio publico con toda sinceridad, de modo que voy a declararlo de una vez: He cortado mis relaciones con el hampa. Es una mitzvah y un buen acto de expiacion, y me propongo colaborar en la investigacion federal sobre el crimen organizado que se desarrolla actualmente en el barrio ne… quiero decir, en Southside Los Angeles. Hago esto con gran tsuris personal, que significa «dolor» para los muchos espectadores y oyentes angelinos que no entienden el yiddish. He tomado esta decision porque unos sanguinarios gangsters del Medio Oeste mataron a cuatro de mis hombres hace unos meses y ahora amenazan a mi ex esposa, y permitanme aclararles al respecto que esos rumores de que ella me dejaba por un negro cantante de calipsos son falsos. Tambien he tomado esta decision porque es lo debido segun ensena la Biblia, este maravilloso exito de ventas perpetuo que contiene tantas maravillosas lecciones para gentiles y judios por igual. He vendido mi negocio de maquinas expendedoras del Southside a los recien llegados del Medio Oeste para salvar vidas. Ahora, estoy dispuesto a ayudar a mi querido amigo, el fiscal federal Welles Noonan, y a sus valientes…»

Mickey, desvariando.

Shipstad, sonriente.

Noonan, tembloroso: pies mojados, rabioso.

«…y la investigacion federal sobre el crimen organizado se realiza siguiendo los principios expresados en la Biblia, en uno de esos capitulos de gentiles que han servido de base a inspiradas peliculas como Sanson y Dalila o, quiza, la deslumbrante Los diez mandamientos.»

Noonan:

– Ahora, el testimonio de Mickey resultara un poco decepcionante. Me gustaria poder cargar estos muertos a los Kafesjian, pero esos armenios nunca han mostrado interes por las maquinas expendedoras. Manana por la

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