en la cabeza.

Gritos.

Un soplo de brisa, dinero volando.

Libere por fin mi revolver; el mozo se volvio hacia mi, con ambas manos a la vista.

Blanco directo: tres balazos impactaron en mi chaleco y me arrojaron hacia atras. Humo del canon en sus ojos. Dispare a traves de el.

A quemarropa. Imposible fallar. Un tupe ensangrentado, limpiamente amputado, hostia santa…

Gritos.

Compradores agarrando billetes.

Breuning y el mozo, muertos. Hechos un ovillo.

Otro «mozo» del mercado: apoyado en el capo de un coche, apuntandome.

Gente corriendo/arremolinandose/apretujandose/devorando el pavimento.

Me arroje al suelo, boca abajo. Disparos. De fusil, muy sonoros.

Francotiradores en los tejados.

El segundo mozo, alejandose bajo la proteccion de un permanente escudo humano de gente yendo y viniendo.

Francotiradores. Exley me habia echado una mano.

Disparando contra el mozo. Fallando por mucho. Una orden por un altavoz:

– ?Alto el fuego! ?Rehenes!

Me incorpore. «Rehenes»: el mozo, arrastrando a una viejecita en su retirada.

La anciana agitaba los codos, le clavaba las unas, ofreciendo una rabiosa resistencia.

El destello de una hoja afilada y el tipo le rebano la garganta hasta segarle la traquea.

Rugido del altavoz:

– ?Cogedle!

Una rafaga de fusil ametrallo a la anciana. El mozo alcanzo la acera arrastrando un peso muerto.

Eche a correr.

Justo en diagonal, por su lado ciego. Alguien, en alguna parte:

– ?NO DISPAREN! ?ES DE LOS NUESTROS!

Le sorprendi con el escudo levantado: la anciana era un guinapo con la boca abierta y el cuello abierto de oreja a oreja. Dispare a traves de aquel rostro y los dos cuerpos se separaron. Identifique al hombre como uno mas de los fotografiados por los federales.

47

«Prosigue la oleada de crimenes que tiene desconcertadas a las autoridades. Hace una hora escasa, cuatro personas resultaron muertas a tiros en el pintoresco mercado de Hollywood Ranch, dos de ellas identificadas como criminales con base en el Medio Oeste, disfrazados de empleados del mercado. Tambien resulto muerto un agente del LAPD, asi como una mujer inocente tomada como rehen por uno de los criminales. En el revuelo consiguiente, quedaron esparcidos por el lugar miles de dolares caidos de un maletin y, si se suma a este suceso el ajuste de cuentas entre bandas acaecido horas antes en Watts, que tambien ha dejado un saldo de cuatro muertos, la ciudad de Los Angeles empieza a parecer la ciudad de los Demonios.»

Noticias por television, en mi habitacion del motel. La verdad de lo sucedido:

Respaldo de Exley, objetivos de Smith: Breuning y yo. La charada de Dudley: un ajuste de cuentas entre policias deshonestos, dinero de sobornos descubierto. Mi pelicula con Johnny, guardada para entonces: mi reputacion, aun mas ensuciable postmortem.

«…el jefe de Detectives del LAPD, Edmund J. Exley, hablo para los reporteros en el escenario de los hechos.»

Recapitulacion.

Mi llamada de control a Newton:

– Tommy y Lucille siguen recorriendo Lincoln Heights, y siguen sin encontrarse. ?Ah, senor…, otra cosa…! Su companero, el agente Riegle, llamo para decir que…, esto, senor…, dijo que le hiciera saber que el jefe Exley ha lanzado una orden de busca y captura contra usted porque ha dejado el escenario del tiroteo sin avisar a nadie.

Exley ante las camaras:

«En este momento retenemos la identidad de las victimas por razones legales. No confirmare ni negare las especulaciones de una cadena de television rival sobre la identidad del policia que ha resultado muerto y, en estos momentos, solo puedo afirmar que ha caido en el cumplimiento de su deber, mientras intentaba atrapar a un criminal con un cebo de dinero marcado del LAPD.»

Un recuerdo instantaneo: el tipo de las tragaperras tragandose los sesos de la anciana.

Llame a El Segundo. Ring, ring…

Pete Bondurant:

– ?Si? ?Quien es?

– Soy yo.

– ?Eh, estabas en el mercado de Hollywood Ranch? Por las noticias han dicho que Mike Breuning habia muerto y otro policia se habia largado del lugar de los hechos.

– ?Chick sabe lo de Breuning?

– Si, y la noticia le ha dejado acojonado. Vamos, Dave, ?estabas alli, si o no?

– Dentro de una hora estare ahi y te lo contare. ?Esta Turentine con vosotros?

– Aqui lo tengo.

– Dile que prepare una grabadora y preguntale si ha traido el equipo para rastrear llamadas policiales. Dile que quiero una escucha clandestina de la banda 7 de la comisaria de Newton Street.

– ?Y si no tiene el equipo?

– Entonces, dile que vaya a buscarlo.

48

El piso franco, en mi edificio de renta baja.

Pete, Freddy T.; Chick Vecchio, esposado a una tuberia de la calefaccion.

Una grabadora y un receptor de onda corta sintonizado en la banda 7.

Unidades moviles informando a Newton. Base emitiendo a los coches: Exley en persona.

Informaciones:

Tommy y Lucille, cada cual en su coche, recorriendo Lincoln Heights, Chinatown, en direccion sur.

El hombre apostado junto a la casa de los K.

– Lo he oido por el microfono exterior. Me ha parecido como si J.C. le pegara una buena paliza a Madge. Ademas, he visto pasar coches federales con suma discrecion cada hora, mas o menos.

Unidad 3-B71:

– Lucille anda por Chinatown haciendo preguntas. Parece bastante nerviosa y el ultimo tugurio donde ha entrado, el Kowloon, me ha olido a un garito de drogas.

Pete, royendo el hueso de una costilla de cerdo.

Fred, con un combinado en la mano.

Chick, contusiones y morados, la mitad del cuero cabelludo chamuscado.

Fred se sirvio otro trago.

– Tu y los Kafesjian… No logro encajarlo.

– Es una larga historia.

– Claro, y no me importaria oir algo distinto de esas malditas llamadas de radio.

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