veces, en Francia, cuando el comandante 'marcaba el paso' entre asaltos y ataques, hablaba de sus exploraciones y de sus aventuras en las selvas de Sudamerica, de las lluvias torrenciales y de la marana de hierba y maleza que se enzarzaba con enredaderas y ramas colgantes, y de la quietud profunda e ininterrumpida del interior».32 Un oficial de su brigada escribio en una carta que Fawcett ya estaba «lleno de ciudades ocultas y tesoros […] que tenia previsto ir a buscar».33

Fawcett envio un aluvion de cartas a Costin y a Manley, que tambien estaban luchando en el frente occidental, intentando asegurarse sus servicios en el futuro. Y solicio financiacion a la RGS.

«Como comprendera, en estos momentos nos resulta un poco incomodo efectuar una promesa en firme con respecto a lo que podria hacerse tras la guerra -respondio Keltie a una de sus solicitudes-. Si, al menos, pudiera esperar…»34

«Me hago viejo y, me atreveria a decir, me estoy volviendo impaciente con los meses y los anos perdidos»,1' se quejaba

Percy Harrison Fawcett fue considerado «el ultimo de los exploradores individualistas», aquellos que se aventuraban a internarse en zonas sin cartografiar con poco mas que un machete, una brujula y una determinacion casi divina. Esta es una fotografia de 1911, el ano de su cuarta gran expedicion al Amazonas.

A los dieciocho anos, Fawcett se graduo en la Royal Military Academy de Gran Bretana, donde aprendio a ser «un lider natural tic los hombres […] audaz».

Sandhurst Collection, Royal Military Academy Sandhurst

A los dieciocho anos, Fawcett se graduo en la Royal Military Academy de Gran Bretana, donde aprendio a ser «un lider natural de los hombres […] audaz».

Sandhurst Collection, Royal Military Academy Kandharst

E. A. Reeves, el conservador cartografico de la Royal Geographical Society fue el encargado de convertir a Fawcett en un caballero explorador.

Durante siglos, los europeos concibieron el Amazonas como un paisaje mitico donde los indigenas podian tener la cabeza en el centro del pecho, tal como refleja esta ilustracion del siglo XVI. Cortesia de la Hispanic Society of America (Nueva York)

El legendario reino de El Dorado segun una ilustracion del siglo XVI impresa en Alemania.

Cortesia de la Hispanic Society of America (Nueva York)

(Arriba) Un miembro de la expedicion de 1919-1920 del doctor Rice pone en funcionamiento un equipo de radiotelegrafia -precursor de la radio- que permitia a la expedicion recibir mensajes del mundo exterior.

Cortesia de la Royal Geographical Society

(Derecha) La expedicion del doctor Rice de 1924-1925 incorporaba un anclado que revolucionaria la exploracion: el avion.

(Arriba) Brian, el hijo menor de Fawcett, estudio a fondo los diarios de su padre e ilustro sus aventuras con algunos dibujos. Los que, como este, se publicaron en A traves de la selva amazonica en 1953 y contribuyeron a alimentar aun mas la leyenda de Fawcett.

Henry Costin, ayudante de Fawcett durante muchos anos, posa en 1914 con una tribu amazonica que nunca antes habia visto a un hombre blanco.

El aclamado biologo James Murray fue miembro de la Expedicion Antartica Britanica de Shackleton, y tiempo despues acompano a Fawcett en un terrible viaje al Amazonas.

Un indigena del rio Xingu pesca con arco y flecha en 1937. Muchos cientificos creian que el Amazonas no podia proveer suficiente alimento para sustentar a una civilizacion extensa y compleja.

Jack, el hijo mayor de Fawcett, que sonaba con ser una estrella de cine, acompano a su padre en su letal busqueda de Z.

«Fuertes como caballos y muy entusiastas»: Jack Fawcett y su mejor amigo, Raleigh Rimell, en la expedicion de 1925.

Cortesia de la Royal Geographical Society

Percy Fawcett con Raleigh Rimell y un guia poco antes de que la expedicion desapareciera.

Cortesia de la Royal Geographical Society

«Nunca rae habia sentido tan bien», escribio Jack

Fawcett a su madre durante la fatidica expedicion.

En 1928, e1 comandante George M. Dyott organizo la primera gran expedicion para rescatar a Fawcett.

Relato periodistico sobre Albert de Winston, el actor de Hollywood que, en 1933, habia prometido encontrar a Fawcett vivo o muerto.

Extracto de «Deep in the Fearful Amazon Jungles, Savages Seize Movie Actor Seeking to Rescue Fawcett» («En las profundidades de la temible jungla amazonica, unos salvajes secuestran a un actor que trataba de re sea lar a Fawcett»), Washington Post, 30 de septiembre de 1934

(Abajo) Brian Fawcett, a quien su padre no recluto para la expedicion de 1925, finalmente tambien acabo sintiendose atraido por la jungla.

(Arriba) El periodista brasileno Edmar Morel con Dulipe, el «dios blanco del Xingu», que en la decada de 1940 se convirtio en la figura central del misterio de Fawcett

En 1951, Orlando Villas Boas, el venerado pionero brasileno, creyo haber encontrado pruebas del destino de Fawcett.

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