aereas.
Fawcett creia que no podria sacarse el maximo provecho al equipamiento del doctor Rice en un entorno como el Amazonas: las radios que llevaban consigo eran tan voluminosas que solo podrian utilizarse en las travesias en barco, y la observacion y la fotografia aereas no necesariamente permitirian ver mas alla del dosel que formaba la vegetacion. Existia tambien el riesgo de aterrizar en zonas hostiles. El
Sin embargo, Fawcett sabia que un aeroplano podia llevar incluso al explorador mas inepto a los lugares mas reconditos.
El doctor Rice afirmo que iba a «revolucionar las tecnicas de la exploracion y de la cartografia geografica».30 La expedicion -o, al menos, la grabacion que Santos pretendia hacer- se denomino
Aquel mes de septiembre, mientras Rice y su equipo se dirigian hacia el Amazonas, Fawcett conocio a un intrepido corresponsal de guerra britanico y antiguo miembro de la RGS llamado George Lynch. Este tenia buenos contactos tanto en Estados Unidos como en Europa, y frecuentaba el Savage Club de Londres, donde escritores y artistas se reunian, tomaban copas y fumaban cigarros. Lynch, de cincuenta y seis anos, le parecio a Fawcett un «hombre altamente respetable, de caracter intachable y de excelente renombre».31 Y, lo mas importante, tambien le fascinaba la idea de encontrar Z.
A cambio de un porcentaje de los beneficios que pudieran devengarse de la expedicion, Lynch, mucho mas avezado que Fawcett en el plano comercial, se ofrecio a ayudarle a conseguir dinero. Fawcett habia centrado sus esfuerzos por encontrar financiacion en la RGS, menoscabada economicamente. Ahora, con la ayuda de Lynch, buscaria apoyo en Estados Unidos, ese nuevo y bullicioso imperio en constante expansion hacia nuevas fronteras y rebosante de capital. El 28 de octubre, Jack escribio a Windust para decirle que Lynch habia ido a Estados Unidos «para ponerse en contacto con millonarios».32 Consciente del poder de la leyenda de Fawcett y del valor comercial de su historia -«la mejor historia de exploracion que creo se ha escrito en nuestros tiempos»,33 como la definio Fawcett-, en un principio Lynch recurrio a sus contactos en los medios de comunicacion. En cuestion de dias, se habia asegurado miles de dolares vendiendo los derechos del relato de la expedicion de Fawcett a la North American News-paper Alliance, o NANA, un consorcio de publicaciones con presencia en casi todas las principales ciudades de Estados Unidos y Canada. El consorcio, que incluia el
Lynch tambien vendio los derechos de la expedicion de Fawcett a periodicos de todo el mundo, de modo que decenas de millones de personas de practicamente todos los continentes leerian el devenir de su viaje casi en tiempo real. Aunque Fawcett temia trivializar sus empenos cientificos con tanta «jerga periodistica», agradecia cualquier ayuda financiera. Ademas, aquel despliegue de medios le garantizaba la gloria absoluta. Lo que mas le alegro, no obstante, fue un cable de Lynch en el que le informaba que su propuesta estaba generando el mismo entusiasmo entre prestigiosas instituciones cientificas estadounidenses. Estas fundaciones no solo tenian mas dinero que sus homologas europeas, sino que ademas se mostraban de acuerdo con la teoria de Fawcett. El director de la American Geographical Society, el doctor Isaiah Bowman, habia sido miembro de la expedicion en la que Hiram Bingham descubrio el Machu Picchu, un enclave que los cientificos del momento nunca esperaron encontrar. El doctor Bowman dijo a un periodista: «Conocemos al coronel Fawcett desde hace muchos anos como un hombre de caracter firme y de absoluta integridad. Le profesamos una confianza absoluta, tanto en su capacidad y en su competencia como en su fiabilidad como cientifico».34 La American Geographical Society ofrecio a la expedicion una subvencion de mil dolares; el Museum of the American Indian anadio otros mil dolares.
El 4 de noviembre de 1924, Fawcett escribio a Keltie, diciendole: «Por el cable y las cartas de Lynch, deduzco que todo el asunto […] esta estimulando la fantasia de los estadounidenses. Supongo que se trata de la vena romantica que ha erigido y sin duda erigira imperios».35 Tras advertir a la institucion britanica que estaba a punto de saberse que «un Colon moderno ha sido rechazado en Inglaterra»,36 le ofrecio una ultima oportunidad para respaldar la mision. «La RGS me formo como explorador, y no quiero que se quede fuera»37 de una expedicion que sin duda iba a hacer historia, dijo. Finalmente, con Keltie y otros partidarios presionando a su favor, y con cientificos de todo el mundo considerando seriamente la posibilidad de la existencia de Z, la Royal Society voto por apoyar a la expedicion y ayudar a completar el equipamiento.
El total ascendio a apenas cinco mil dolares, menos que el coste de una de las radios del doctor Rice. No era suficiente para que Fawcett, Jack o Raleigh pudiesen cobrar un salario, y gran parte de la financiacion ofrecida por los periodicos se recibiria una vez concluido el viaje. «Si no regresan, no habra nada»38 de lo que pueda vivir la familia, le dijo Nina mas tarde a Large.
«No es una suma que inspiraria a la mayoria de los exploradores»,39 comento Fawcett a Keltie. Pero anadia en otra carta: «En cierto sentido, me alegro de que ninguno de los tres vaya a ganar un centimo a menos que el viaje tenga exito, ya que nadie podra decir que ibamos tras el dinero al emprender esta peligrosa empresa. Es una investigacion cientifica honrada fomentada por su interes y su valor excepcionales».40
Fawcett y Jack visitaron la RGS, donde los resentimientos y las frustraciones parecian haber desaparecido de pronto. Todos les desearon suerte. Reeves, el conservador cartografico de la Royal Society, recordo tiempo despues el «joven admirable» que era Jack: «Corpulento, alto y fuerte, como su padre».41 Fawcett expreso su gratitud a Reeves y a Keltie, que nunca habian vacilado en apoyarle. «Me alegrara inmensamente narraros la historia completa dentro de tres anos»,42 les dijo.
De vuelta en Stoke Canon, Fawcett, Jack y el resto de la familia se sumieron en un frenesi de embalajes y planes. Se decidio que Nina y Joan, que contaba entonces catorce anos, se trasladarian a la isla portuguesa de Madeira, donde la vida era mas asequible. Brian, que estaba disgustado porque su padre no le habia escogido a el para la expedicion, habia desviado su atencion hacia la ingenieria ferroviaria. Con la ayuda de Fawcett, encontro un empleo en una compania de Peru y fue el primero en partir hacia Sudamerica. La familia acompano a Brian, quien entonces tenia solo diecisiete anos, a la estacion de tren.
Fawcett dijo a Brian que seria responsable del cuidado de Nina y de su hermana mientras ellos estuviesen de expedicion, y que cualquier ayuda economica que su hijo pudiera enviarles contribuiria a que sobrevivieran. La familia hizo planes para el regreso de Fawcett y de Jack como heroes. «Al cabo de dos anos estarian de vuelta y, en cuanto yo tuviera mi primer permiso, todos volveriamos a encontrarnos en Inglaterra -recordo Brian tiempo despues-. Luego la familia se instalaria en Brasil, donde sin duda estaria el trabajo de los anos venideros.»43 Brian se despidio de ellos y subio al tren. Mientras este se ponia en marcha y empezaba a alejarse, los miro desde la ventanilla y lentamente vio desaparecer a su padre y a su hermano en la distancia.
El 3 de diciembre de 1924, Fawcett y Jack se despidieron de Joan y de Nina y subieron a bordo del