de cartas y servia alcohol fuera de horario. Las putas trabajaban el bar. La comida era buena. Ellis daba de comer a los policias de El Monte con un descuento considerable. Luego, vendio el Desert Inn a un tipo llamado Doug Schoenberger. Doug le cambio el nombre por el de The Place y dejo florecer el juego, la prostitucion y las apuestas. Doug estaba conchabado con un ex policia de El Monte llamado Keith Tedrow. Keith vio la escena del crimen de Jean Ellroy y difundio un rumor absurdo acerca del cuerpo de esta. Dijo que el asesino le habia arrancado un pezon de un mordisco. Keith se dio de baja en el Departamento de Policia de El Monte e ingreso en el de Baldwin Park. Murio asesinado en el 71. Habia aparcado el coche, una mujer se acerco a el y le pego un tiro. Luego alego locura transitoria y se libro de la carcel. Al parecer, Keith intentaba extorsionarla. Doug Schoenberger vendio The Place y se traslado a Arizona. Murio asesinado a mediados de los 80. El crimen quedo sin resolver. El principal sospechoso era el propio hijo de Doug.

Roy y Jana conocian el Desert Inn. No opinaban bien del lugar y apenas tenian informacion de interes.

Nosotros necesitabamos nombres.

Necesitabamos nombres de antiguos asiduos del Desert Inn y de los locales de copas del valle de San Gabriel. Teniamos que descubrir con que personas se relacionaban en 1958. Teniamos que establecer un abanico de amistades y conocidos. Teniamos que descubrir nombres que encajaran con las caracteristicas fisicas de la Rubia y del Hombre Moreno. Teniamos que crear un circulo concentrico de nombres cada vez mas amplio. Teniamos que encontrar dos nombres en un lugar inmenso y en un tiempo lejano.

Roy y Jana nos dieron tres:

Una antigua camarera del Desert Inn, que ahora trabajaba en un Moose Lodge de la localidad. Una antigua camarera del Stan's Drive-In. Una antigua encargada de barra del Desert Inn.

Encontramos a las dos primeras. No sabian nada del caso Jean Ellroy ni pudieron aportar nombre alguno. Roy y Jana se habian confundido de tiempo y de gente. La camarera trabajaba en el Simon's Drive-In. La otra no habia trabajado en el Desert Inn, sino en The Place. La clientela en este era mucho mas joven.

Bill y yo hablamos del Desert Inn. Lo situamos en el contexto de finales de junio de 1958.

Ellis Outlaw se disponia a cumplir una sentencia por conducir en estado de ebriedad. Ellis proveia a los palurdos de la zona y a apostadores ilegales. Proveia a matones de la localidad y a sus compinches con mierda que esconder de los policias. Margie Trawick vio a la Rubia y al Hombre Moreno, pero solo una vez. Myrtle Mawby, tambien. Margie trabajaba a tiempo parcial. Myrtle tambien. El Hombre Moreno era un tipo de la zona, probablemente. El Desert Inn se habia convertido en el local de moda. Era muy posible que el Hombre Moreno hubiera pasado por alli antes de esa noche y hubiera dejado su imagen en un centenar de bancos de memoria. Hallinen y Lawton se pasaron todo el verano delante del Desert Inn. Anotaron nombres en las libretas, y alli quedaron. Era posible que cierta gente les hubiera mentido. Era posible que cierta gente los conociera. Era posible que la Rubia le debiera dinero a Ellis Outlaw. Era posible que el Hombre Moreno le comentase a alguien que la enfermera era una jodida calientapollas. Era posible que alguien opinara que la muy puta se lo tenia merecido. Era posible que cierta gente mintiera a la policia.

Bill y yo estuvimos de acuerdo.

El drama de nuestro crimen se representaba dentro de unos limites muy estrechos. La Rubia y el Hombre Moreno habian tenido suerte y habian desaparecido por las rendijas.

Teniamos que descubrir dos nombres y relacionarlos con un fugitivo que seguia oculto.

23

Kanab, Utah, quedaba recien cruzada la frontera de Arizona. La calle mayor tenia tres manzanas de longitud. Los hombres del pueblo llevaban botas vaqueras y parkas de nailon. La temperatura era veinte grados mas baja que la del sur de California.

El trayecto nos condujo a Las Vegas y a una zona de suaves colinas mas alla de la ciudad. Ocupamos dos habitaciones en un Best Western y nos acostamos pronto. Teniamos que ver a George y Anna May Krycki por la manana.

Bill habia llamado a la senora Krycki un par de dias antes. Yo escuche la conversacion desde un telefono supletorio. En 1958, la senora Krycki tenia una voz chillona. A pesar de los anos transcurridos, la conservaba igual. Mi padre solia burlarse de sus gestos espasmodicos.

Le costo creer que la policia siguiese interesada en un caso tan antiguo. Se referia a mi como «Leroy Ellroy, ese chico espastico». Su marido habia intentado ensenar a Leroy Ellroy a manejar una escoba, pero Leroy Ellroy habia sido incapaz de aprender.

La senora Krycki accedio a que hablaramos con ella. Bill le dijo que la visitaria con su companero. Pero no le explico que su companero era Leroy Ellroy.

Bill paso dos dias burlandose de mi. Me llamaba Leroy y me preguntaba continuamente donde tenia la escoba. La senora Krycki habia declarado a la policia que Jean Ellroy nunca bebia. Una noche yo habia llegado a casa y habia encontrado a mi madre y a la senora Trycki bastante trompas.

La casa de los Krycki en Kanab se parecia mucho a la que tenian en El Monte. Era pequena y sencilla y estaba bien cuidada. Al llegar encontramos al senor Krycki barriendo el camino de acceso. Recorde su postura, mas que su rostro. Bill comento que tenia una gran tecnica con la escoba.

Nos apeamos del coche. El senor Krycki dejo la escoba y se presento. La senora Krycki salio de la casa. Al igual que ocurria con Peter Tubiolo, aun era reconocible a pesar de haber envejecido. Se acerco a nosotros y nos saludo con gestos nerviosos, como aquellos de los que solia burlarse mi padre.

Nos indico que entrasemos en la casa. El senor Krycki se quedo fuera con la escoba. Tomamos asiento en el salon. La tapiceria del mobiliario era chillona y desparejada: cuadros escoceses, rayas, dibujos geometricos y motivos de flores. El efecto general era de agitacion.

Bill se presento y enseno la placa. Yo pronuncie mi nombre. Espere un instante y agregue que era hijo de Jean Ellroy.

La senora Krycki hizo algunos gestos y se sento con las manos bajo las piernas. Me dijo que habia crecido mucho. Anadio que jamas habia visto un chico tan espastico como yo; era incapaz hasta de manejar una escoba. Dios sabia que su marido habia intentado ensenarme. Comente que nunca se me habian dado bien las escobas. La senora Krycki no se rio.

Bill se dirigio a la senora Krycki: queriamos hablar de Jean Ellroy y de su muerte. Necesitabamos que fuese absolutamente sincera.

La senora Krycki empezo a hablar. Bill me dirigio un gesto que significaba: «No la interrumpas.»

La mujer dijo que la llegada de mexicanos habia echado a perder el valle de San Gabriel y ella y George se habian visto obligados a dejar El Monte. Su hijo, Gaylord, vivia ahora en Fontana. Tenia cuarenta y nueve anos y cuatro hijas. Jean era pelirroja. Freia palomitas de maiz y las comia con cuchara. Jean habia alquilado la casita de atras luego de responder a un anuncio en el periodico. «Creo que este lugar sera seguro», habia dicho. La senora Krycki pensaba que Jean se habia trasladado a El Monte para esconderse.

La mujer guardo silencio. Bill le pidio que explicara su ultimo comentario. La mujer dijo que Jean era culta y refinada. Demasiado para lo habitual en El Monte. Le pregunte por que pensaba tal cosa. La senora Krycki respondio que Jean leia libros condensados publicados por el Reader's Digest. En El Monte, destacaba claramente. No pertenecia a aquel lugar. Habia llegado alli por alguna razon misteriosa.

Bill le pregunto de que solia hablar Jean. La senora Krycki explico que de sus aventuras en la escuela de enfermeria. Le pedi que describiese aquellas aventuras, pero ella dijo que no recordaba nada mas.

Le pedi a la senora Krycki que me hablase de la relacion de mi madre con los hombres. Contesto que salia casi todos los sabados por la noche. Nunca llevaba hombres a casa. Nunca se vanagloriaba de ellos, ni siquiera los mencionaba. Le pregunte acerca de mi madre y la bebida. Ella contradijo anteriores declaraciones.

En una ocasion, George habia notado que el aliento de Jean olia a alcohol. Otro dia, encontro dos botellas vacias en los matorrales. Jean llevaba a casa botellas envueltas en bolsas de papel marron. Casi siempre se la veia cansada. El matrimonio Krycki sospechaba que era alcoholica.

La senora Krycki dejo de hablar. La mire a los ojos y asenti. A continuacion, me solto una retahila de datos acerca de mi madre.

Jean tenia un pezon deformado. La senora Krycki habia visto el cuerpo en el deposito de cadaveres. Reconocio

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