muchisimo tiempo en casa.
Dale Davidson se mostro amable. Formulo sus preguntas con tono respetuoso. Dale Rubin interrogo a la testigo. Dio a entender que Tracy vivia enclaustrada y llevaba, en general, una existencia neurotica. Rubin termino algo nervioso y poco convencido de su propio argumento. Observe a los miembros del jurado y me introduje en sus mentes. Supe que consideraban desmedidas las insinuaciones del abogado. Tracy habia sido asesinada. Su vida hogarena carecia de importancia.
Davidson era amable. Rubin, casi educado. Gloria Stewart se mostro como una fiera.
Temblo. Sollozo. Miro a papa Beckett. Lloro, tosio y balbuceo. Su testimonio decia que el caso no estaba cerrado. El odio que sentia lleno la sala. Habia asistido al juicio de Robbie y habia presenciado como era condenado. Fue un fugaz momento de respiro en su odio. Esta vez, tenia otro de esos momentos. Todo aquello no era nada en comparacion con la fuerza conjunta del odio que mantenia a diario.
Cuando dejo el estrado de los testigos, paso junto a la mesa de la defensa y miro detenidamente a papa Beckett. Con un estremecimiento, siguio hasta su banco y tomo asiento. Su marido le paso un brazo por los hombros.
Yo nunca habia experimentado aquella clase de odio. Nunca habia tenido un objetivo de carne y hueso.
El juicio de Beckett continuo. Cuatro plantas mas abajo, tambien continuaba el de Simpson. Me cruzaba con Johnnie Cochran cada dia. Era un hombrecillo perfectamente pulcro y atildado. Vestia mejor que Dale Davidson y que Dale Rubin.
Sharon Hatch comparecio para testificar. En 1981 era la querida de papa Beckett, y dijo que lo habia abandonado. Papa Beckett se puso furioso al oirla. La amenazo e hizo otro tanto con sus hijos. Sharon miro a Dale Davidson. Papa Beckett miro a Sharon. Sharon dijo que papa Beckett nunca le habia pegado ni amenazado hasta el momento de abandonarlo. Segui la logica de Davidson. Estaba planteando el estado mental de papa Beckett antes y despues de la ruptura. Antes, estaba tranquilo; despues, se le habian cruzado los cables. Yo desconfiaba de aquella linea argumental. Contenia la insinuacion, dirigida contra una mujer inocente, de que en lo sucedido existia una relacion causa efecto. Tal linea argumental podia golpear a los varones del jurado en los huevos e inducirlos a tratar con conmiseracion a papa Beckett. Una golfa carente de sentimientos habia jodido al pobre viejo. Observe a Sharon Hatch. Intente descifrar sus pensamientos. Parecia pasablemente despierta. Tal vez supiese que papa Beckett ya estaba chiflado mucho antes de que rompiese con el. El tipo era un maton que se dedicaba a cobrar prestamos, un fetichista de las armaduras cuya galanteria con las mujeres constituia un sintoma del odio que le inspiraban, un psicopata sexual en estado de hibernacion. En su fuero interno sabia que deseaba violar y matar mujeres. La ruptura le habia proporcionado una excusa. Esta se basaba en una combinacion de una parte de rabia y dos de autocompasion. Y no podia fijarse como fecha de inicio de su odio hacia todo el genero femenino el dia en que Sharon Hatch le habia dicho: «Pierdete, encanto.» Papa Beckett ya se dirigia al punto culminante de su explicacion. Era como el Hombre Moreno de la primavera del 58. Senti un leve asomo de comprension hacia el Hombre Moreno. Y senti una gran descarga de odio hacia papa Beckett. Mi madre tenia cuarenta y tres anos y un humor caustico. Sabia poner en su sitio a los hombres debiles. Tracy Stewart estaba absolutamente indefensa. Papa Beckett la habia atrapado en su dormitorio, donde la muchacha era como un cordero en el matadero.
Dale Davidson y Sharon Hatch formaron un buen equipo. Entre los dos describieron a papa Beckett como una mecha deshilachada a punto de arder. Dale Rubin planteo ciertas objeciones. El juez Cowles acepto algunas y denego otras. Las protestas se referian a aspectos legales y apenas preste atencion. Yo volvia a estar en South Bay, en 1981, a medio paso de esa noche de hacia veintitres anos.
El juez anuncio un descanso. Papa Beckett se encamino hacia el calabozo contiguo a la sala de juicios. Dos policias de paisano entraron con Robbie, que venia esposado y con grilletes en los tobillos. Vestia ropa carcelaria. Los agentes lo instalaron en el asiento de los testigos y le quitaron las esposas y los grilletes. Robbie vio a Bill Stoner y a Dale Davidson y les hizo un gesto con la mano. Los dos hombres se acercaron a el, mientras todos los asistentes empezaban a sonreir y a charlar.
Robbie era duro de pelar. Alto y macizo, su indice de grasas en el cuerpo no debia de superar el 0,05 por 100. Lucia bigote poblado y larga cabellera color castano. Parecia capaz de alzar ciento cincuenta kilos y de correr cien metros en menos de diez segundos.
Se reemprendio el juicio. Los policias de paisano se sentaron cerca del estrado de los testigos. El juez ordeno que entrase papa Beckett, quien se sento al lado de Dale Rubin.
Robbie miro a papa. Papa miro a Robbie. Cada cual comprobo como estaba el otro y, a continuacion, aparto la mirada.
El secretario tomo juramento a Robbie, tras lo cual este respondio a algunas preguntas preliminares formuladas por Dale Davidson. Lo hizo con aire fanfarron. Se encontraba alli para solventar un agravio familiar. Con sus palabras estaba diciendo que sabia lo que se jugaba y que le importaba una mierda. Y decia algo mas: «Soy como soy y quien me ha hecho asi es mi padre.»
Papa observo a Robbie. Los Stewart, tambien. Davidson condujo a Robbie de vuelta a Redondo Beach, a la casa de Tracy y al apartamento de papa. Hizo varias protestas. El juez las desestimo o las acepto. Rubin parecia desconcertado e incapaz de frenar la carrerilla que traia Robbie, quien empezo a mirar directamente a su padre.
Davidson actuo despacio, con premeditacion. Llevo a Robbie hasta el momento preciso. Robbie se puso a balbucir y a sollozar. Llevaba a Tracy a la habitacion y se la entregaba a papa, que comenzaba a sobarla…
Robbie perdio el hilo. Vacilo y tropezo con sus propias palabras. Dale Davidson hizo una pausa. Suspendio su interrogatorio apenas por unos segundos, calculado con maestria superior. Luego le pregunto a Robbie si estaba en condiciones de continuar. Robbie se enjugo el rostro y asintio. Davidson le ofrecio un vaso de agua y le pidio que prosiguiese. Robbie retomo su relato como un actor profesional.
El estaba borracho. Papa violo a Tracy. A continuacion, dijo que tenian que matarla. La llevaron abajo. Papa la golpeo en la cabeza con una cachiporra…
Robbie vacilo otra vez. Vacilo como si respondiese a una senal, pero nadie le dio tal senal. Saco de dentro un llanto ruidoso y se puso a hipar. Lloro por su propia vida desperdiciada. No tenia intencion de matar a la muchacha. Su padre lo habia obligado. No lloraba por la muchacha a la que habia matado. Lloraba por su propia perdida.
Robbie era buen actor. Entendia como funcionaba el cambio de tono dramatico. Busco en su vieja autocompasion, extrajo algunas lagrimas y pulso, en un
Davidson guio a Robbie en su recuerdo de las andanzas de aquella noche y en sus primeros actos para borrar el rastro. Robbie se mantuvo en la historia que ya habia contado tantas veces y que habia sido grabada de manera oficial. Davidson le dio las gracias y paso el turno a Dale Rubin. En ese momento, Robbie volvio a hacerse real y tangible. Alli estaba Robbie, enfrentado a papa. Y sin ninguna tonteria vendible que distorsionara el maldito asunto.
Rubin intento desacreditar a Robbie. Le pregunto si habia llevado a Tracy a su casa el solo. Robbie respondio que no. Rubin volvio a formular la pregunta de diversas maneras en varias ocasiones. Robbie lo nego repetidamente y alzo la voz con cada nueva negativa. Ahora era todo orgullo. Sentado en la tribuna de los testigos, se pavoneo y repitio sus noes con inflexiones exageradas al tiempo que movia la cabeza arriba y abajo como si hablara con un jodido retrasado mental. Rubin le pregunto si por aquel tiempo solia meterse en peleas. Robbie contesto que era un tipo de sangre caliente. Le gustaba patear culos. Habia aprendido de su padre. Todas las cosas malas que sabia las habia aprendido de su padre. Rubin le pregunto si acostumbraba pegar a sus novias. Robbie repuso que no. Rubin expreso su incredulidad. Robbie anadio entonces que Rubin podia pensar lo