asombrosa, cercana al cinismo. ?Tan facil resultaba para el todo aquello? Quiza no, pero obviamente mas facil que para ella. Santiago no tenia hijos y su matrimonio estaba destrozado. Cuando le confesara la verdad a Paula, probablemente ambos se sentirian liberados. Nada que ver con lo que sucederia en su caso, nada que ver.

Las nineras se llevaron a los excitados pequenos a sus casas. Papa Noel corrio a cambiarse de ropa. Cuando al volver entro en el comedor, los comensales, ya sentados en sus sitios, le dedicaron una ovacion en premio a su voluntariosa performance. La cena pudo empezar. Era tarde y reinaba un apetito generalizado; de modo que, cuando el primer plato hizo su aparicion, todos se abalanzaron sobre el de un humor excelente. Todos menos Susy, Susy habia perdido las ganas de comer. Estaba sorprendida y confusa por lo que habia visto hacia un rato en el jardin. La asaltaban un monton de dudas, pero la mas recurrente de todas ellas era: ?debia contarselo a Paula? Una duda clasica, por otra parte, que cada generacion ha resuelto segun las costumbres de su pais y su epoca.

SEGUNDA PARTE

Se habia puesto como una furia, como una autentica furia. Eso lo ratificaba en lo que siempre habia pensado: a las mujeres es imposible entenderlas, son seres extranos que viven en otra dimension. Realmente las mentes de hombres y mujeres no tenian nada que ver, desarrollaban una percepcion distinta del mundo. Mas que eso, no vivian en el mismo mundo… A cualquier ser humano en su sano juicio, si le regalan seis dias de vacaciones en un hotel, en un magnifico hotel, con todos los gastos pagados y tiempo para si mismo, suele ponerse contento. Logico, ?no? Pues no. Cuando le conto a Yolanda el detalle que habia tenido la empresa para con ellos, se subio por las paredes de pura indignacion. Resultaba que ella hubiera preferido no salir de la colonia, y la maravillosa estancia proyectada en Oaxaca le parecia algo cercano a la humillacion. ?Para volverse loco! Incluso lo habia acusado de haber sido el el promotor de la idea, asi la retiraba de la circulacion. ?Motivo? Se avergonzaba de ella, temia que no fuera a dejarlo en buen lugar, pensaba que no estaba a la altura para tratar con gente importante. Se desespero intentando convencerla de que el no tenia ni idea de aquella iniciativa sorpresa que, ademas, les estaba dedicada como un honor. No quiso ni darle opcion a hablar, lo sometio a una lluvia de reproches que lo dejo anonadado. Pero ?cual era el problema: preferia convivir una semana con la inaguantable dona Manuela en vez de pasar juntos y solos la Navidad? Yolanda se defendio de ese ataque diciendo cosas que no tenian el mas minimo sentido: queria conocer el ambiente en el que el se movia, le parecia una descortesia para con ella tener que vivir en un hotel, se habia traido ropa adecuada para estar en compania, habia esperado poder contar a sus padres como era el dia a dia de la colonia… Gilipolleces. Pero ?que eran aquellos delirios de grandeza, cual era la idea que se habia formado de la situacion, creia que siempre sucedia todo como la noche de Navidad? Harto de tantas recriminaciones, opto por decirselo bien claro:

– Yo aqui soy un currante, ?comprendes? Solo las chicas de la limpieza y los obreros estan por debajo de mi en el escalafon, y todos son mexicanos. Asi que ya te puedes quitar de la cabeza esas fantasias de alternar con las mujeres de los ingenieros. Puede que no te hayas enterado, pero esta organizacion funciona como el ejercito: los tecnicos de grado medio no estan al mismo nivel que los de grado superior, y los administrativos como yo somos el ultimo mono, ?el ultimo! Una cosa es que vieras que me hacian la pelotilla porque me habia vestido de mamarracho; saben muy bien que eso no esta en mis obligaciones y me doran la pildora. Pero otra muy distinta es que me consideren como uno de ellos. De eso nada, ?lo captas?, nada.

Entonces ella se echo a llorar con enorme desconsuelo y dijo entre sollozos:

– No se para que me he esforzado tanto para venir desde la otra punta del mundo.

Dario se maldijo mil veces. El, que no levantaba nunca la voz, le habia hablado como se habla a un enemigo. Era verdad, ?para eso habia venido la pobre Yolanda? Solo iban a estar unos dias juntos despues de un monton de tiempo sin verse y se organizaba una bronca a la primera de cambio. Aun estaba a tiempo de rectificar. Se acerco a ella, le hablo zalameramente:

– Venga, mujer, no llores. Yo te dire para que has venido. Has venido para estar conmigo, en el mejor hotel de una de las ciudades mas bonitas de Mexico. Estaremos los dos solos, tranquilos, felices, y nos pondremos morados de follar.

Ella se seco una lagrima y respondio con gesto decidido:

– No pienso follar. Te aseguro que no tengo la mas minima intencion de follar.

Entonces Dario no pudo resistir la colera y salio de la habitacion dando grandes zancadas:

– ?Al carajo! Me voy a dar una vuelta.

Subio a su todoterreno. Instintivamente puso rumbo a El Cielito. ?Perfecto, cojonudo, toma fiestas de Navidad! Llevaba mucha razon Yolanda, no deberia haber ido a Mexico. Gastarse un monton de pasta para discutir y montar numeros… para eso mejor haberles ahorrado el gasto a sus padres. Y si ellos insistian en darle el dinero, podria haberlo guardado para el puto piso aquel que habia comprado por su cuenta y que maldita la gracia que le hacia a el. ?Menuda perspectiva!, regresar a Espana para casarse y vivir ahogado por una hipoteca del demonio que se llevaria hasta el ultimo centimo que ganaran. ?Vaya aires que se daba la nina! Para eso mejor pasar la Navidad con su familia, era verdad, y asi el, encima, podria haber disfrutado de unos dias con sus chicas de El Cielito, tranquilo y en paz.

Condujo varios kilometros mas, renegando para si y apretando el acelerador. Su coche levantaba densas nubes de polvo. De pronto empezo a aflojar la velocidad y su enfado fue disipandose. Pero ?que estaba diciendo? La mujer que habia dejado llorando en la colonia algun dia se convertiria en su esposa. Y en cuanto a sus chicas… sus chicas solo eran unas prostitutas que se iban con cualquiera por dinero. ?Se habia vuelto completamente loco, le estaba sorbiendo el seso aquel maldito pais? Freno en seco y busco un arcen lo suficientemente ancho como para maniobrar el vehiculo y volver a casa.

Antes de abandonar Mexico, su madre se habia encargado de humillarla, como de costumbre. Durante su estancia navidena habia visitado la colonia diariamente. Sin embargo, se habia quedado poco rato junto a ella, apenas habian charlado o permanecido algun rato solas. Solo buscaba la exhibicion. Y se exhibio a placer. Desplego toda su parafernalia teatral, bien ensayada durante anos de representaciones espontaneas. Conto sus historias de amor y desamor a todo el que quiso escucharla. Rememoro en publico a sus maridos y se explayo relatando su lucha eterna contra los prejuicios, destino que debe sufrir toda mujer que no vive pendiente de las normas convencionales. Demostro una vez mas que ella no era una simple ama de casa, sino un ser en conflicto, alguien interesante y digno de atencion, una especie de heroina incomprendida.

Susy no se sintio con fuerza para pedirle que abandonara aquella actitud. Ya no. Estaba cansada. Habia dejado de indignarse, de rebelarse, de intentar reconducir la situacion. Su madre era asi y nunca cambiaria. Era asi en el recuerdo y en la actualidad, y no cambiaria jamas porque ni siquiera lo habia intentado una sola vez. Tenia la opcion de perdonarla, de aceptarla sin mas. Eso era justo lo que le habian aconsejado mil veces: sus amigos, su terapeuta, incluso su propio marido. Pero ella, como su madre, tampoco podia cambiar; probablemente no deseaba hacerlo. No la habia perdonado ni la perdonaria jamas. Cuando se lo habia propuesto, siempre surgia en su mente una negativa firme, categorica, petrea. No queria, simplemente no queria aceptarla. Sin embargo, si habia conseguido concitar el animo necesario como para no intervenir. La habia ayudado el cansancio. Harta, habia aprendido a distanciarse y se las ingeniaba para que su odio no fluyera con la incandescencia de una erupcion, para que quedara larvado como una falla volcanica. Por eso, durante aquellos dias interminables, habia procurado no estar presente en las conversaciones que su madre sostenia con la gente de la colonia. A ella no parecia importarle demasiado. Al contrario, quiza asi se sentia con mas libertad para perderse por sus floridos vericuetos biograficos. Lo peor no solian ser las barrocas cronicas de los fracasos sentimentales, sino las desviaciones narrativas que tenian a Susy como protagonista. Anos atras se habia visto obligada a escucharla, sintiendose el ser mas miserable del mundo, el mas pasivo, algo asi como si la expusieran en un circo de freaks, como si su madre, convertida en una madame de folletin, la obligara a mostrarse desnuda en un puticlub. Una noche que habia ido a visitarla, la oyo decir a unos amigos mientras ella permanecia en la cama intentando dormir: «La pobre Susy no ha tenido mas remedio que ser testigo de mi inestabilidad emocional. Estoy convencida de que eso ha influido en su caracter. Aunque, de hecho, es una chica bastante equilibrada, mas de lo que le corresponderia con una madre como yo. Sin embargo, es debil en extremo, vulnerable, infantil, su aparente reserva no deja de ser temor a que la hieran como han herido a su

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