– Aunque la hermana Domitila este despistada, yo estoy seguro de haberle oido comentar al hermano que en los dias venideros se disponia a hacer al beato un analisis de ADN.
– De acuerdo, ?y que podria eso cambiar?
– Quiza mucho, quiza se podia descubrir que la momia de fray Asercio no era medieval, sino un cuerpo mucho mas reciente, un cuerpo de principios de siglo que suplantaba al beato.
– Pero el beato estaba a la vista de todo el mundo, bajo su urna de cristal.
– Inspectora, un muerto se parece mucho a otro y sobre todo si se le hace un tratamiento con cera en la cara.
– ?Dios eterno, todo esto es una locura, hermano Magi!
– Si lo es, inspectora, el propio caso lo es. ?No se habia dado cuenta?
La mente me funcionaba con toda intensidad y hasta temi que una nube de vapor se desprendiera de mi pelo. Pero el hermano historiador estaba lanzado en sus hipotesis.
– Haya sido quien haya sido queria que su crimen fuera espectacular, reivindicaba algo con el: una pretendida injusticia historica quiza.
– ?Como cual?
– Si le contesto ya no sere especulativo, sino que tendre que echar mano directamente de la imaginacion, y eso viola todos mis principios intelectuales. Pero un posible motivo podria ser la venganza de algun descendiente de una victima de la represion que siguio a la quema de conventos, tanto en 1909 como en el 36. Quiza esa persona sabia que en vez del santo habian colocado a un familiar, muerto de manera infamante cuando asaltaba un convento.
– ?Por favor, por favor, hermano; deje en paz su imaginacion! Todo esto es demasiado. Demasiado complicado, demasiado absurdo, demasiado… ?demencial!
– ?Un policia nunca especula?
– No, y le dire por que: porque el objetivo final de nuestro trabajo no es escribir un libro o hacer un doctorado, sino meter en la trena al culpable de un crimen. ?Sabe lo que es la trena?
– Si.
Se habia quedado serio ante mi tono desabrido y brusco. Miro al suelo. Las arrugas faciales de sus sesenta anos se marcaron con profundidad. Dijo mansamente:
– Le aseguro que todas estas hipotesis las he elaborado solo con la intencion de ser util para ustedes.
Me arrepenti de mi reaccion. No hay como apreciar un poco de humildad ajena para advertir la propia soberbia.
– Disculpeme, hermano, se lo ruego; pero debe de intentar comprenderme: en nuestro oficio solemos trabajar con presupuestos muy concretos: bandas de delincuentes, traficantes, gente del hampa… y los asesinatos que resolvemos o intentamos resolver siempre estan en la esfera de lo basico. Cuando hay una venganza es por drogas o celos y sucede en un lapso corto. Por eso todo esto se me escapa, me obliga a violentar de tal forma mis metodos de trabajo que acabo por ponerme muy nerviosa.
– La comprendo bien. Todo esto es una locura, lleva razon. Ni siquiera va a tomar en consideracion oficialmente las cosas que le he dicho, ?verdad?
– De eso nada; por supuesto que las tomare. Necesito que me escriba todos esos datos historicos de modo muy sucinto para que yo pueda hacer un informe despues. Mandemelos por correo electronico a esta direccion.
– Pero es que… es que tambien habia hecho una pequena lista con los conventos que desaparecieron y…
– Adjuntela al envio, por favor.
Una vez en los jardines del convento aspire el aire del atardecer. El silencio era magnifico, alado, delicioso, una presencia en si mismo. ?Por que no me quedaba alli una temporada? Quiza los frailes me alquilaran una celda aunque fuera una mujer. Ellos vivian en aquel silencio, nada que ver con mi habitat normal. Dos mundos distintos. Por eso las especulaciones del hermano Magi me pillaban tan a trasmano. Por eso el mundo del delito le quedaba tan lejos a el. Y sin embargo, habiamos coincidido en un punto importante: algo habia en aquel cuerpo momificado que habia desencadenado aquel vendaval.
Conduje de vuelta a Barcelona sin poner la radio. Era un intento de perpetuar el silencio que habia degustado en Poblet. Inutil, por supuesto, ya que en el coche rugia el motor, y las marchas arrastraban su propio sonido y el trafico de la autopista atronaba tambien. Un concierto estridente donde ni siquiera pensabas en hallar la paz. Y sin embargo, mi mente estaba poblada de fantasmas silenciosos: los monjes, las monjas, las momias, los muertos de antiguas guerras… Para contrarrestar tanta imagineria funebre puse un CD con musica de
Garzon estaba aburrido cuando llegue.
– ?Que ha pasado, inspectora?
– Nada, todo lo que tenia que pasar ya paso. Eso es la historia, ?no?
– ?Que tal la version del hermano?
– Mas elaborada que la de la hermana, pero todo queda en familia al final: historia. Si quiere mas detalles busque en mi correo electronico. La contrasena es castana.
– ?Castana? ?Nunca me lo habia dicho!
– Es un fruto muy noble, y de el se extrae el sabroso marron glace. Y ahora hasta manana, me largo a casa porque no puedo mas.
– El juez insiste en que las monjas no han firmado sus declaraciones. Y como no hay quien las haga pasar por comisaria…
– Vaya usted solo al convento. De paso le cuenta a la hermana Domitila la version de su colega historiador, a ver que le parece.
– ?Yo solo al convento? A lo mejor no me dejan entrar.
– Seguro que si, y la superiora le invitara a tomar el te. Dele conversacion, le encanta charlar.
– Pero inspectora…
– Hasta manana, Garzon, la historia de Espana ha podido conmigo. Manana sera otro dia.
Le deje con la palabra en la boca, pero no queria hablar mas, otra replica por mi parte hubiera contenido alguna groseria de gran calado. Llegar a mi casa me supo a gloria. Era como La Meca para el peregrino musulman, como el estado de Sion para un judio ultraortodoxo, como quemar un convento para un anarquista barcelones.
Al abrir la puerta de mi refugio oi que el telefono sonaba en la oscuridad. Corri al salon sin encender la luz y descolgue:
– ?Es usted Petra Delicado? -pregunto una voz femenina.
– Si, al habla.
– Mire, senora; que mi hija acabara viviendo con una policia nunca habia sido mi ilusion.
La interrumpi inmediatamente.
– ?Quien es usted?
– Soy Silvia, la madre de Marina. Y le aseguro que tolero que viva con usted de vez en cuando porque no me queda mas remedio. Pero eso no significa que vaya a soportar sus excentricidades para con la nina. ?En que cabeza cabe que un policia de tres al cuarto lleve a mi hija a una comisaria y le muestre escenas de violencia y…
– Un momento, disculpe. Esto es una casa particular y yo no deseo hablar con usted. Si tiene algo que decirme pongase en contacto con mi abogado.
– ?Increible, valiente desfachatez! No dude de que lo hare. Y, encima, ha aleccionado a mi hija para que no me contara nada y he tenido que enterarme por terceros. La advierto seriamente de que…
– ?Basta, tengo mejores cosas que hacer que hablar con una nina pija como usted!
Colgue el telefono con la brusquedad del trueno. El corazon me palpitaba con una fuerza inusual. Estaba mas fuera de mis casillas que si me hubiera enfrentado a un temible delincuente. Me servi un whisky sin hielo ni agua. Me lo bebi a tragos rapidos y cortos, como una medicina. Entonces oi cerrarse la puerta de la calle. Me di cuenta de que habia hecho todos los movimientos solo iluminada por el alumbrado de la calle que se colaba por las ventanas. Marcos me deslumbro encendiendo la del techo. Exclamo:
– ?Pero que haces a oscuras?
Salte sobre el como un depredador que hubiera estado aguardando a su presa, conteniendo el hambre y la