punto a mi presencia como para no saber con quien estaba? ?Me confundiria con alguna de sus anteriores esposas? Pare frente a un semaforo en rojo. ?Como puedes ser tan bestia, Petra Delicado?, me pregunte. Una cosa era evidente, dar y recibir amor no logra cambiar una personalidad. Alli estaba yo, despues de haber sido objeto de un entranable homenaje verbal de mi marido, dandole al caletre con los pros y los contras de una relacion. Nunca aprenderia a disfrutar de lo que tenia entre las manos. Solo me consolaba suponer que aquel era un mal compartido por toda mi generacion: analisis y mas analisis de los sentimientos. Una lacra.
Garzon me esperaba con cara de circunstancias.
– Inspectora, se que le va a sentar como una patada, pero…
– Si, ya lo se; me espera el doctor Beltran. Me lo han dicho por telefono.
– Sonia le ha preparado una bateria de veinte sospechosos, de los que el ha seleccionado a uno.
– ?Que ha hecho esa chica, como ha conseguido dar con tantos psicopatas en tan poco tiempo, ha puesto un anuncio en el periodico o algo asi?
Mi colega se reia como un bendito. Aquello le divertia a mas no poder.
– Ya ve, inspectora, tendra que variar su consideracion sobre esa muchacha.
– Si, antes creia que era un poco distraida, ahora estoy convencida de que es subnormal.
– En realidad nadie le dijo claramente que tenia que hacer una investigacion… digamos relativa.
– Olvidela, y asi de paso no me la recuerda. ?Que tal le fue con las monjas ayer?
– Bien. Todas firmaron su declaracion, el juez Manacor estara contento.
– ?Le invito la superiora a tomar el te?
– Si, pero tuve que declinar la invitacion, era muy tarde.
– La pobre debe de aburrirse como una ostra, siempre encerrada alli.
– No me extrana. Pero ?sabe lo que me llamo mas la atencion? Le conte a la hermana Domitila las teorias del hermano Magi. Me escuchaba con una atencion prodigiosa, y ponia una cara como si todo le fascinara y le jodiera a la vez. Creo que se ha dado cuenta de que la teoria del monje es mejor que la suya, aunque no lo reconocio. Dijo que era una hipotesis demasiado arriesgada.
– Y no le falta razon. ?Le ha ensenado el informe a Coronas?
– Si, me ha comentado que es muy interesante, que lo ha pasado muy bien leyendolo.
– ?Vaya morro que le echa! Estoy segura de que en estos momentos le importa tres carajos que resolvamos el caso o no. Ya tiene todos los focos de tension neutralizados: el jefe superior, los periodistas… debe estar incluso encantado. Cuanto mas dure el caso mas dura nuestro relumbron mediatico.
– Es usted dura como una piedra.
– Mi nombre me predestina, Garzon. ?Donde esta el loquero?
– Lo han pasado a su despacho. ?Puedo estar presente en la conversacion?
– ?Por supuesto, y sacar fotos tambien! Vamos alla.
El sospechoso que Beltran habia escogido era un hombre de cuarenta y cinco anos, paciente habitual externo de un psiquiatrico municipal. Estaba diagnosticado como esquizofrenico con delirios religiosos. Contaba con antecedentes policiales leves. En un par de ocasiones habia agredido a gente desconocida en un bar causandoles contusiones de escasa importancia. Su ficha psiquiatrica habia evitado que fuera condenado ni siquiera a una multa.
– He conversado un par de veces con el y las conclusiones que he sacado me indican que puede tratarse de un claro sospechoso.
– ?Podemos conocer esas conclusiones?
– Medicamente no creo que tengan interes para ustedes. Ademas hay cosas que nos son dictadas por una cierta intuicion que proporciona la experiencia.
– Doctor Beltran, quiero hablarle con toda sinceridad: el curso de la investigacion nos esta llevando por derroteros que no confirman la hipotesis de un psicopata asesino.
– ?La han descartado entonces?
– Aun no estamos en condiciones de descartar nada de modo absoluto.
– En ese caso no veo que tiene de malo continuar con la via de investigacion que hemos iniciado.
– Explorar todas las posibilidades es interesante, pero el tiempo con el que contamos no es ilimitado y…
– ?Un momento, inspectora Delicado! A mi me han dicho que realice un estudio diagnostico de un posible psicopata asesino y eso es lo que he hecho. Si desean que interrumpa mi trabajo no tengo el menor inconveniente; pero en cualquier caso les recuerdo que son ustedes quienes me han llamado. ?Quiere que le comente las caracteristicas del hombre encartado si o no?
Me mordi la lengua. Lo hubiera despedazado alli mismo a mordiscos verbales e incluso fisicos, le hubiera hablado de los profesionales oportunistas y amantes de la exhibicion mediatica, pero en el fondo aquel tipo llevaba razon: alguien lo habia llamado, aunque no fuera yo.
– Le escucho con atencion, doctor.
– Aqui lo tiene todo escrito. El hombre se llama Isaac Reverter, es soltero y vive solo. Despues de su diagnostico se le interno en una institucion mental de la que se fugo. Mas tarde fue ingresado de nuevo y tras un tiempo de medicacion, pudo salir en regimen ambulatorio. Un taller mecanico le contrato para un trabajo de media jornada.
– Nada parece demasiado sospechoso hasta aqui.
Me lanzo una mirada desafiante. Estaba irritado; quiza era la primera vez que alguien no acataba su autoridad cientifica, mostrando escaso interes en sus ideas. Continuo, tenso.
– Cierto, pero tuvo que cambiar dos veces de trabajo porque amenazo a algun companero con matarlo por mandato divino.
– Eso es bastante corriente en esquizofrenicos, ?no?
– No sabia que tenia usted conocimientos de psiquiatria.
– Los medios de comunicacion se han ocupado mucho de esos temas, creo que ahora todos sabemos un poco.
– ?Me concede que yo puedo saber ligeramente mas que usted, solo ligeramente?
– En ningun momento he dudado de sus conocimientos.
– Muchas gracias. En ese caso le dire que he pasado visita medica con ese hombre y me parece que puede tener pulsiones asesinas. Ademas, en el hospital de dia dicen que tiene mucho ascendiente sobre un pequeno grupo de enfermos, que a veces lo han oido impartiendoles doctrina sobre la Virgen y los Santos.
– ?Que tipo de doctrina?
– No lo se, inspectora. El personal sanitario no entro en tantos detalles. El caso es que ese hombre es inteligente y frio. Ha respondido a mis preguntas con agresividad contenida. Ademas, creo que esta ocultando cosas deliberadamente.
– Habra que averiguar donde estaba durante los momentos del asesinato.
– Eso ya es cosa suya. Si quiere asesoria psiquiatrica cuando lo interrogue, estare disponible.
Salio con el aire de un hombre seriamente ofendido. Garzon, que no habia abierto la boca durante toda la conversacion, lo hizo por fin.
– Ira a quejarse a los jefes, seguro. Les dira que estamos obstaculizando su cometido, que prestamos oidos sordos a los informes cientificos que nos facilita.
– Ya me lo imagino, pero me da igual. Que Coronas cargue con las consecuencias de sus actos.
– Y sin embargo la logica del medico es intachable: el presenta unos informes que nosotros le hemos pedido.
– Lo que ha hecho ese tipo es mandar dar caza a unos cuantos locos que cuadran en su mierda de diagnostico.
– ?Quien sabe, a lo mejor siguiendo sus indicaciones llegamos a alguna conclusion que nos sorprende!
– Pura teoria.
– ?Como calificaria usted toda la investigacion que estamos llevando a cabo?
– Pura fantasia.
– ?Y entonces?
– Entonces, calma. Todo se andara.
– ?Como me gustaria tener su sangre fria, inspectora!
– Y a mi su hermoso bigote, Fermin, pero cada cual a lo suyo. Digale a Yolanda que haga un primer