documentos que sobre la Semana Tragica existen en el convento, hasta concluir que las corazonianas, si bien sufrieron sacrilegio en la capilla, no pidieron que se tomara ninguna represalia sobre los asaltantes. No hubo testimonios acusadores de la superiora de la epoca, y tampoco denuncias a escala institucional. Entonces nos planteamos la siguiente pregunta como escenario de investigacion. Una venganza historica tiene que haberse llevado a cabo, de modo simbolico, sobre algo institucional. El motivo de este primer punto es obvio: ningun individuo de carne y hueso puede haber permanecido vivo desde las fechas de la Semana Tragica. Bien, si en principio descartamos la orden de las corazonianas como objetivo del vengador, ?que otra institucion puede quedar en pie desde aquellos tiempos?
La hermana Domitila lo interrumpio en ese momento, y con voz ligeramente angustiada, rogo:
– Hermano Magi, le ruego que sea muy cauto con lo que dice. Seria necesario subrayar con claridad que hablamos de hipotesis, de posibilidades quiza remotas.
El monje puso cara de contrariedad y parecio contar hasta tres para templar su paciencia y responder.
– Continue informando usted a los inspectores, hermana.
– No, no; es mejor que siga usted. Al fin y al cabo, de usted han partido las ideas definitivas.
– En absoluto, hermana; sus consideraciones han sido basicas para comprender que…
Alarmada porque volviera a plantearse una guerra intestina entre intelectuales, dictamine:
– Prosiga, hermano Magi. Estamos seguros de que los dos han contribuido a llegar al meollo de la cuestion. Pero ya que estaba usted en ello…
Con visible satisfaccion el fraile dijo:
– Pues bien, como decia, solo hay algo cuya nominalidad haya pervivido durante los anos: la familia Pinol i Riudepera en su calidad institucional de donante y protectora del convento.
Garzon y yo formamos un mismo cuerpo en la sorpresa.
– ?Como dice? -fue la pregunta que salio sin freno de mi alma.
– Solo los Pinol i Riudepera han ido sucediendose en las generaciones, y nunca, en ninguna epoca, han abandonado sus donaciones anuales a la comunidad corazoniana. Por lo tanto, como base, nos parecia licito investigar en los anales del convento para ver si algo habia sucedido en la Semana Tragica con la mencionada familia.
– ?Y que han encontrado? -solto a bocajarro Garzon sin poder contenerse ni un segundo mas.
– Hemos encontrado algo sorprendente. Don Luis Pinol i Riudepera si se distinguio en los dias posteriores al conflicto por una actitud de beligerancia contra los profanadores de la iglesia del convento. Es mas, parece ser que ordeno incluso persecuciones privadas para que fueran prendidos los culpables.
– ?Carajo! -exclamo el subinspector como si aquello le escandalizara hasta lo mas profundo del tuetano.
Mi pregunta se centro en el dato central.
– ?Han encontrado ustedes el nombre de las personas que fueron represaliadas?
– No en los legajos consultados hasta el momento; pero queremos abordar el tema desde diferente documentacion, para lo cual necesitamos mas tiempo.
– Hay algo que no entiendo, hermano Magi -objete-. Si descartamos a una persona individual porque no puede estar viva y tenemos que pensar en instituciones o descendientes como objetivo de una venganza, ?quien seria el vengador?
– Estariamos en lo mismo, inspectora, los descendientes de los represaliados o alguna institucion.
– Es muy facil ascender o descender en los arboles genealogicos de las familias influyentes, pero ?usted cree que el pueblo llano tiene tan claro lo que les pasa a sus bis o tatarabuelos? ?Y una institucion, que tipo de institucion se erige como vengadora utilizando algo tan extremo como un asesinato?
La hermana Domitila, que se veia profundamente turbada por el cariz que estaban tomando las cosas, intervino por fin.
– El hermano Magi piensa que quiza en la actualidad, con la recuperacion de la memoria historica y todos los grupos que se han creado para desenterrar muertos de la guerra y… en fin, que puede haberse creado alguna sociedad clandestina dispuesta a actuar y hacer publicidad de las injusticias del pasado.
– Pero como para llegar al asesinato…
– Como ustedes mismos apuntaron, el asesinato pudo ser casual. Ellos solo pensaban en robar la momia e ir haciendo un juego con la policia a partir de su posterior desmembramiento. Lo que ocurre es que el hermano Cristobal aparecio en mal momento y… le golpearon con demasiada fuerza.
Di un suspiro que contenia cierta decepcion y no poca desconfianza.
– ?Sociedades clandestinas…! No se que pensar, hermana.
– Llamelo como quiera. Puede tratarse de un punado de exaltados, de algunos miembros escindidos de algunos de los grupos de recuperacion de la memoria historica que existen ya. Y tampoco podemos descartar a un descendiente directo de un obrero represaliado. Ese tipo de cosas tan terribles suelen transmitirse por via oral de generacion en generacion. Y, de repente, algun individuo puede reaccionar de manera insolita e irracional con las informaciones que ha recibido.
– ?Un loco?
– Un loco con motivaciones, o que se basa en esos falsos motivos para vehicular su locura.
Garzon permanecia en silencio, quieto como un gato al acecho. En vano lo mire varias veces para que emitiera alguna opinion, parecia hechizado por las palabras de los monjes. Al comprobar que nuestra reaccion no era entusiasta, el hermano Magi dijo con humildad:
– Ustedes nos pidieron que elaboraramos una posibilidad de explicacion partiendo de las fuentes historicas y eso es lo que hemos intentado hacer. De ahi a que realmente las cosas hayan ocurrido como nosotros aventuramos puede haber una distancia infinita.
En ese momento la hermana Domitila dio rienda suelta a su malestar.
– Ademas, seria preferible que no encontraran ustedes ninguna vinculacion real con lo que decimos porque, ?se imaginan el escandalo? Uno de nuestros mayores protectores, una familia con tanto abolengo, y ahora salta a la luz publica lo que pudieron hacer mal sus antepasados. Seria algo terrible, demoledor.
– Si, supongo que la madre Guillermina no estaria muy contenta.
– Esta desolada, y ha dicho que quiere hablar sin falta con ustedes antes de que abandonen el convento.
– ?Pero usted ya le ha contado…?
– Inspectora, mi primer voto de obediencia es hacia la superiora de mi orden.
– Eso seria muy discutible. Su prioridad absoluta debe ser hacia las leyes de este pais.
La monja me miraba con cierto fuego incendiario en los ojos. El ecuanime hermano Magi intervino para limar aquella imprevista aspereza.
– Inspectora, en cualquier caso la madre priora no hara nada antes de haber cambiado impresiones con usted.
– Eso espero.
La reunion acabo de aquel modo abrupto y tenso. Mientras nos conducian hacia el despacho de la superiora, yo estaba cada vez mas enfadada. Realmente, el interior de un convento era un territorio donde la autoridad de la policia estaba claramente menguada. No podiamos circular a nuestro antojo, ni conservar un secreto ni improvisar un interrogatorio o cualquier otro movimiento de la investigacion. Era como si entre aquellas paredes no existieran las mismas leyes que afectan al resto de los ciudadanos.
Para colmo, la superiora estaba de tan mal talante como cuando la conoci. Aparecio en su despacho cuando Garzon y yo ya llevabamos un rato esperandola. Saludo someramente y se me encaro.
– Inspectora, sepa que no voy a tolerar en ningun caso, en ninguno, que se lance barro publicamente sobre el nombre de los Pinol i Riudepera. No se como se le ha ocurrido ir desenterrando trapos sucios de hace mas de cien anos para averiguar quien mato al hermano Cristobal; pero quiero que sepa que a mi me parece una soberana insensatez. Si son esas todas las ideas que la policia espanola puede aportar, estamos bien apanados los habitantes de este pais.
Ante semejante andanada me levante del asiento como si hubiera recibido una descarga electrica. Eleve la voz.
– Me alegra mucho que mencione a los habitantes de este pais; y me alegra porque asi puedo recordarle que tambien ustedes las monjas pertenecen a esa categoria. Esto es una investigacion criminal y, por lo tanto, se seguiran todas las vias de indagacion que se consideren necesarias, sean o no convenientes para la economia de las corazonianas.