– Me ayudan otros jovenes, con los que el se lleva bien, pero dudo de que tenga amigos personales al margen de la parroquia.
– Tampoco novia.
– Aunque se trata de algo muy privado, seria capaz de afirmar que no. Si se hubiera enamorado de una chica, creo que me lo hubiera contado, tiene mucha confianza en mi. Aunque nunca pierdo la esperanza de que aqui encuentre a una buena muchacha de la parroquia a la que seguro que hara muy feliz.
– Dado que confia en usted, ?no le ha contado nada que le hubiera sucedido y por lo que se sintiera preocupado?
– No; hay periodos en los que esta mas callado, mas ensimismado, pero no ha tenido ultimamente un comportamiento que me llamara la atencion.
– ?Que relacion tiene Juanito con el convento de las corazonianas?
– Perdone, pero no entiendo la pregunta.
– Durante mucho tiempo ha suministrado las frutas y verduras al convento. ?Nunca le dijo nada en relacion a ese hecho?
– No, le aseguro que no.
– Cuando los periodicos informaban sobre la muerte del hermano Cristobal y el robo del cuerpo de fray Asercio, ?alguna vez intercambiaron comentarios sobre las noticias?
– No, inspectora, jamas. Como puede imaginar, nuestras conversaciones tienden siempre hacia lo positivo. Ademas, no tenia ni idea de que Juanito sirviera la fruta al convento de las corazonianas.
– Pues es raro que estando este caso en boca de todos, el no se lo mencionara, siquiera como una curiosa coincidencia.
– Que nos trataramos con confianza no significa que fuera muy hablador. Nos comunicabamos, por supuesto, pero los temas giraban siempre alrededor de las actividades de la parroquia.
– ?Que hay de su hermano Miguel?
– No lo conozco mucho, pero no tienen nada que ver. Miguel se ha adaptado muy bien a la vida y a la sociedad. Aunque, desde luego, tampoco es tan buen chico y colaborador como su hermano mayor.
– ?Anda en malas companias?
– No creo, pero Juanito siempre se rie porque dice que es muy mujeriego.
– ?Se llevan bien?
– Juanito lo adora; y el otro tambien le demuestra carino. A veces viene a buscarlo en su moto y se van juntos.
– Padre, escucheme atentamente: si por alguna razon uno de los dos hermanos se pone en contacto con usted…
Bajo la vista y dijo en un susurro:
– Lo se, les avisare, se que es mi obligacion.
Un
– Pero, inspectora; eso ralentizara las pesquisas, y no tenemos tiempo, hay que actuar.
– ?Actuar, actuar! ?Y como, donde, con quien?
– Usted dijo que Juanito senalaba hacia el convento, que debiamos volver alli.
– Si, correcto, pero digame, ?que hacemos en el convento, con quien hablamos, que le preguntamos? Primero habra que pensar.
– De acuerdo, inspectora, voy en busca del loquero, como dice Villamagna. ?Y usted que va a hacer?
– Pensar, Fermin, pensar; esa cosa tan practica e inusual.
– La veo en una hora. ?En comisaria?
– Alli estare.
Una vez sola entre en un bar, me sente a una mesa y pedi un cafe. Tal y como planeaba, me puse a pensar: ?Lledo se habia obsesionado con la momia del beato hasta el punto de proyectar el robo de su cuerpo? ?Por que razon logica? ?De donde surgio esa obsesion? No se pueden encontrar razones de indole habitual en un individuo que presenta problemas de personalidad; de acuerdo, una obsesion insana nace en un tipo de caracter patologico sin que el origen sea comprensible. Quiza el cura siempre estuviera hablandole de la santidad o quiza penso que tener en su poder aquella reliquia podia traerle un poco de suerte, como si fuera un talisman. Pero entonces, ?como se habia atrevido a pedir ayuda a su hermano para cargar con el cuerpo del beato y para que le sirviera de complice en el asesinato de Eulalia Hermosilla? Probablemente se horrorizo al tener que atacar al hermano Cristobal y comprobar despues que lo habia matado. La desesperacion le hizo pedir ayuda. Pero su hermano era un chico normal, que se hubiera espantado al contarle lo sucedido, que nunca hubiera accedido a cooperar en una locura semejante, que incluso le hubiera disuadido de hacerla… Y las monjas corazonianas, ?habia alguna que estuviera al tanto de aquella obsesion de Juanito? ?Y la nota gotica proponiendo juegos intelectuales? Aquel chico, que se dedicaba a un trabajo manual y que apenas si habia tenido instruccion, ?era capaz de idear algo tan alambicado, de caligrafiar letras goticas con la pericia de un maestro? Y si contaba con un complice, ?quien era este, su hermano, un muchacho aun mas joven que el y de similares caracteristicas culturales? Pero sobre todo, ?para que y por que iban a meterse en una complicacion de tal magnitud? Poniendonos en una hipotesis absurda: si un loco coleccionista de momias medievales les hubiera encargado cometer ese robo, ?por que iban ahora a trocear la momia como si se tratara de una res en el mercado? ?Dios, aquel era sin duda el caso mas enrevesado con el que me habia enfrentado en toda mi carrera de policia! Pero no era su complicacion lo que me alteraba los nervios, sino su aparente estupidez, su absurdo, su gratuidad. Cualquier movil que se me ocurria era de una indole tan fantasmal, tan alejada de lo que normalmente galvaniza a la gente en la vida cotidiana, que no podia por menos de descartarlo un minuto despues. Y toda aquella investigacion historica, tan primorosamente dibujada, tan encajada en la realidad de las escasas pruebas, ?habia sido una alucinacion, un modo de forzar las cosas? Porque nadie podia negar que los pedazos del pobre beato se habian hallado en los lugares donde habian existido conventos quemados en la Semana Tragica, alguien los habia puesto alli. ?Quien, Juanito Lledo? ?Juanito Lledo era el vengador que habiamos buscado en la figura del tal Caldana? La intensidad de mis pensamientos, junto a la frustracion que me ocasionaban tantas preguntas sin respuesta logica, me levantaron un inicio de jaqueca. Por fortuna vino a librarme de el una llamada de Garzon.
– Inspectora, ?sigue pensando aun?
– He cubierto mi cupo para mas de un mes.
– ?Con algun resultado?
– Un dolor de cabeza incipiente. Cuanto mas pienso menos razones encuentro para todo lo que ha sucedido.
– Se lo dije, pensar es fatal. ?Por que no se viene por comisaria? Ha llegado un primer informe de la Cientifica sobre el interior de la furgoneta. Han encontrado pelos, quiza de Lledo.
– Enseguida estare ahi.
Quiza el subinspector estaba en lo cierto, quiza frente a las complicaciones hay que actuar primero y sacar consecuencias despues.
Cuando llegue habia una reunion en el despacho de Coronas a la que tambien asistia el inspector jefe. Ya que yo me habia detenido a pensar, habian sido ellos quienes se habian dedicado a la accion.
– Petra, han hallado restos de fibra muscular antigua en la furgoneta. Y las huellas dactilares de Lledo coinciden con las de los guantes de latex que conservabamos -dijo el comisario para recibirme-. De modo que queda demostrado: Juan Lledo es, como minimo, el ladron de la momia; ya veremos si tambien se confirma que es el doble asesino.
– Desde que golpeo a Sonia nunca lo habia dudado, senor. Lo que me intriga es saber por que.
– Las intrigas, para los guionistas de cine. Nosotros tenemos que seguir el hilo, el ovillo aparecera al final.