– Toma del frasco, Carrasco. Tiran con bala, nino. Menuda. Esa es de las que pican. Para que luego digamos que las mujeres todo se lo creen.
Miguel sonrio torcido; miro a su novia encima de su cabeza y se puso serio:
– Estais hablando de lo que no sabeis. Era mejor si no sacabas esta conversacion a relucir. Ya te lo dije.
– Tu la has seguido, Miguel. A mi no me digas nada. Yo te adverti, lo primero, que no era con animo de entrometerme en la vida de nadie. Si te ha escocido lo que ha dicho tu novia, conmigo alla peliculas.
– Anda, mira, date una vuelta, ?sabes? Dejame ya. Habeis metido la pata y se ha terminado.
– ?Jo, que tio! – dijo -. Ahora se pone que yo he metido la pata. ?No te fastidia? Ahora las paga conmigo. No se le puede ni tocar.
Miguel no contestaba. Intervino Paulina:
– Tiene razon. Tu no tenias por que querer arreglarle la vida a nadie. Bastante tienes ya con la tuya, para meterte a redentor de la ajena. Te contestan por pura educacion, pero tu has estado inoportuno, eso no quiere decir.
– ?Tu tambien? Pues vaya una forma de cogerlo entre medias a uno. No lo entiendo, te juro.
– Esta bien claro – dijo Miguel -. Mas claro no han podido decirtelo. Cuando tu novia te lo dice, por algo sera, Sebastian.
Alicia dijo:
– No estoy hablando contigo, Alicia. Tu ya has hablado de mas. Asi que mutis por el foro.
– Pero bueno, Miguel – dijo Sebas -, yo lo que digo es una cosa: ?somos amigos, si o no? Porque es que si lo somos, como yo me lo tengo creido, no comprendo a que viene todo esto, francamente. Que no podamos tener ni un cambio de impresiones sobre las cosas de cada cual.
– No lo comprendes, ?eh? – Miguel hizo una pausa y resoplo por la nariz,
Sonrio con franqueza. Sebas hablo:
– Chico, es que das unos cortes que lo dejas a uno patidifuso. Te pones la mar de serio y de incongruente. Pero por mi parte, figurate. Mejor lo sabes tu. Por descontado, desde luego, y ademas…
Miguel lo interrumpia:
– Acaba ya, que apestas. No se hable mas. Saca tabaco, anda.
– A saber donde andaran esos otros – dijo Paulina.
Sebastian se acerco a asomarse al otro tronco para ofrecer tabaco a Santos. Estaban Carmen y el muy mimosos, haciendose caricias.
– ?Eh! – dijo Sebas -; a ver si os vais a dar el lote ahora, aqui, en publico. ?Quieres fumar?
– ?Es a mi?
– No, sera a aquel otro.
– Gracias, chato. De momento no fumo.
– Bueno, pues hasta luego, ?eh? A disfrutar.
Sebastian volvio de nuevo hacia su corro. Alicia le pregunto:
– ?Que es lo que hablabas con ellos?
– Nada, que estan ahi a novio libre.
– Pues tu dejalos a los chicos, que ellos vivan su vida.
– A buena parte vas. Pierde cuidado, que ya se encargan ellos de vivirla.
– Pero a base de bien – dijo Miguel -. Chico, en mi vida he visto otra pareja mas colocados el uno por el otro.
– Pues di que esta la vida hoy en dia como para eso – comentaba Paulina.
– Mujer, si no se tiene un poquito de expansion de vez en cuando – replicaba Miguel-, saltas del sabado al lunes que ni te enteras de que estas en el mundo.
– Pues lo que es el, me parece a mi que esta para pocas. El mejor dia le da un patatus.
– Ca. Si lo vieron por la pantalla este invierno, y esta mas sano que sano – dijo Sebas – No le encontraron nada. Los pies sucios. No es mas que la constitucion esa que tiene, que se ve que no es de engordar.
– Lo que yo no acabo de ver claro – dijo Paulina – es la vida que se traen, ni lo que piensan para el porvenir. Llevan de novios un par de anos lo menos y antes los matan que ocurrirseles apartar una peseta.
– Pues eso ya es peor – comento Alicia.
– Como lo oyes – decia Sebastian -. No le escuece el bolsillo a este. Lo mismo para irse con la novia a bailar a una sala de fiestas de las caras, o comprarla regalos, que para alternar con nosotros por los bares.
– Pues mira, si a el le parece que puede hacerlo, hace bien. Eso nadie lo puede achacar como un defecto – dijo Miguel.
– Dejate. Aqui el que mas y el que menos sabemos lo que es tener diez duros en la cartera. Y lo que escuecen. Pero eso no quita tampoco para que sepamos tambien pensar en el manana – le replicaba Sebastian.
– ?En el manana…! – decia Miguel echando atras la cabeza-. Demasiado nos estamos ya siempre atormentando la sesera con el dichoso manana. ?Y hoy que? ?Que lo parta un rayo? Di tu que el dia que quieras darte cuenta, te llega un camion y te deja planchado en mitad de la calle. Y resulta que has hecho el canelo toda tu vida. Has hecho un pan como unas hostias. Tambien seria una triste gracia. Ya esta bien; ?que demonios de cavilar y echar cuentas con el manana punetero! De aqui a cien anos todos calvos..Esa es la vida y nada mas. Pues claro esta que si.
Sebastian lo miraba pensativo y hablo:
– Ya ves, lo que es en eso, Miguel, no estoy contigo. El chiste esta precisamente en arriesgarse uno a hacer las cosas, sin tener ni idea de lo que te pueda sobrevenir. Ya lo sabemos que asi tiene mas exposicion. Pero lo otro es lo que no tiene ciencia y esta al alcance de cualquiera.
– Y que te crees tu eso. ?Conque no tiene exposicion vivir la vida segun viene, sin andarse guardando las espaldas? ?No tiene riesgo eso? Para eso hace falta valor, y no para lo otro.
Pasaban unos cantando. Sebastian no sabia que contestar.
– Hombre – repuso -, si vas a ver, riesgo tiene la vida por dondequiera que la mires.
– Pues vayase lo uno por lo otro y el resultado es que no la escampas por ninguna parte. Y por eso mas vale uno no andarse rompiendo la cabeza ni tomarse las cosas a pecho.
– Si, pero menos. Tambien hay que tener… Alicia canturreaba:
– Tomar la vida en serio… es una tonteria… Paulina y ella rompieron a reir.
– ?La insensatez de las mujeres! – decia Sebastian, Luego extendia el brazo y atraia a Paulina hacia si:
– Ven a mi vera, ven. Paulina hizo un resorte brusco: