con el cielo sucio, del color de las aceras, y las casas parecian medio torcidas, a punto de venirse al suelo al menor temblor de tierra. Y eso es lo que estaba temiendo Modesto Ortega que sucediera en cualquier momento. La noticia haria tambalear a toda la ciudad. Iba a ser un monton de ruinas en el momento menos pensado. Sintio su corazon sepultado en una escombrera. No caminaban por la Gran Via ni por Valverde sino por un paisaje lleno de cascotes chamuscados y crateres humeantes. ?Que iba a ser de su vida sin las novelas de su amigo? ?Que les reservaba el futuro? Temio por el de Cortes. Sabia tan bien como el que no tenia mas ingresos que los que le venian de la editorial Dulcinea y que no habia hecho otra cosa en los ultimos veintidos anos que escribir novelas policiacas, de detectives y de intriga en general.

– ?Como le vas a pagar la pension a Dora? Sabes que me tienes para lo que necesites hasta donde yo pueda…

– Gracias, Modesto. Le he sacado al viejo otras treinta mil pesetas, aparte de las setentaidos mil de la novela. No pienso devolverselas. Voy abrir una agencia de detectives. Lo tengo muy bien pensado.

Mentira. Acababa de ocurrirsele en ese preciso instante.

Del susto, Modesto Ortega volvio a experimentar una sacudida en toda regla que le transporto del lado izquierdo de Cortes, por donde iba, al derecho, e igualmente sin que se diera cuenta de como habia sucedido.

– Mira lo que dices, Paco. Yo se lo que cuesta ganarse la vida con el publico. Eso es una lucha para empezarla de joven. A tu edad hay que olvidarse de peliculas. Y acuerdate de Sherlock Holmes…

– ?El nuestro?

– No, el autentico. Cuando a Conan Doyle, despues del exito que habia tenido con su Sherlock Holmes y de que todos creyeran que el y su personaje eran la misma cosa, le hicieron de Scotland-Yard, ?que paso?

– Si, no supo resolver ni su primer caso, y fracaso estrepitosamente. Yo no soy Conan Doyle. Yo no soy un lord. Esta decidido. Paso de la literatura a la vida. Me estaba anquilosando. Me lo ha dicho Espeja, y tiene razon. Se acabaron los Fred Madisson, los Thomas S. Callway, los Edward Ferguson, los Mathew Al Jefferson, los Peter O’Connor. Adios, Sam Speed, ha sido tu primera y ultima salida al mundo. A partir de ahora vuelvo a ser Francisco Cortes, mas concretamente Paco Cortes. La vida vuela, y todo estaba muerto.

– ?Como muerto? -le interrumpio escandalizado el abogado-. ?Y todo lo que yo he sacado de tus novelas? ?Esas descripciones, ese pintar como tu pintabas las cosas, que parece que las tienes delante?

– Nada. Ahora el personaje soy yo. Yo se quien soy, y sobre todo, yo se ya quien quiero ser, que no es el que era hasta ahora. Ahora, a lo mejor vas a ser tu el que tengas que contar mi vida -bromeo el ex novelista-. Yo soy el protagonista de mi propia novela. He dejado de ser el que se inventaba unos personajes, y voy a ser el que se inventa a si mismo. ?Me sigues? Como una novela de Unamuno. Esto a Dora le va a entusiasmar.

– ?Lo de Unamuno?

– No -preciso Cortes-. Precisamente lo contrario, lo de dejar de escribir libros. Y lo de Mariola sabe que no fue nada. Se acabo para siempre. Volveremos a vivir juntos, con la nina.

– Paco, te estas volviendo loco. Ha sido de trabajar veintidos anos para la editorial Dulcinea. Vamos a cambiar de editorial -y devolvio ese plural a Paco en justa correspondencia-. Es un disparate lo que vas a hacer. Tu sabes escribir novelas policiacas, y eso es lo a lo que tienes que dedicarte.

– Tu me puedes echar una mano. Siempre me lo has dicho. Los abogados estan tan cerca del delito que necesitan mas de los detectives que de la policia, y que cuanto peores son los delincuentes, mejores hacen a los abogados.

– ?Cuando te he dicho yo eso?

– Lorenzo tambien podra arrimar el hombro al principio.

Se referia a Lorenzo Maravillas, inspector de policia adscrito desde hacia tres anos a la comisaria de la calle de la Luna, y desde dos meses y medio tertuliano, y uno de los mas activos y entusiastas, de los ACP.

– En la ultima novela, en la que le acabo de dar a Espeja, saco un bar que se llama el Lowren; por el.

Los Amigos del Crimen Perfecto apreciaban esas atenciones. En todas las novelas solia meter Paco Cortes el retrato de alguno de los colegas, de la misma manera que no se olvidaba de Dora, ni de su hija, Violeta, o de colocar las cosas que ellos le contaban, en fin, guinos que se tomaban como gentilezas de su amigo.

– Loren parece una buena persona -admitio Modesto-. Pero ?en que te va a poder ayudar el?

– A lo mejor quiere ser socio mio. Podiamos hacer una sociedad. Un policia, un abogado y un detective. Es perfecto. Loren me pasa los casos, yo los resuelvo y tu defiendes a los criminales.

– Pero lo que llega a la comisaria de Loren suele ser gente que se quiere sacar el carnet de identidad.

Modesto no le encontraba logica a los proyectos de su amigo.

– Ademas, Paco, ?tu crees que Madrid da como para que haya otra agencia de detectives? Hay cuatro o cinco y sobran la mitad. Lo he visto en la tele el otro dia. Es como lo de los medicos. Me parece que la gente no se gasta una peseta en uno particular, si puede ir a uno del seguro. Asi que para eso esta la policia.

– No creas. Ahora con lo del divorcio y todas estas cosas nuevas la gente anda muy agitada, y necesita detectives que espien. Es la moda, y a la gente le gusta estar a la moda. Yo tambien lei ayer que desde que hay ley del divorcio se han separado en Espana ciento cincuenta mil matrimonios, y la cosa va en alza.

– ?Y que tiene eso que ver con las novelas que has escrito? Tu escribes de la mafia, de los contrabandistas, del hampa, de gente que aparece muerta con un cuchillo en la espalda en una habitacion cerrada, de detectives corruptos y prostitutas honradas, de organizaciones criminales, de asesinos profesionales…?Cuantos asesinos a sueldo conoces tu en la ribera del Manzanares?

– Lo importante es el metodo, Modesto. En cuanto tienes metodo, puedes resolver cualquier cosa. Todo eso es un mundo. Yo hablo mucho con policias. Soy como quien dice del Cuerpo, ya lo sabes. No te puedes figurar la cantidad de cosas que ven y la de casos que a los de la policia se les escapan. Todos casos increibles que estan pidiendo una mente sagaz.

– Si, pero esos se quedan sin resolver, y se quedan sin resolver porque detras no hay una peseta. ?De que viviras? ?Para que van a necesitar un detective? ?Te vas a pasar el dia siguiendo a una pareja para ver donde se adulteran, y hacerles un par de fotografias?

– Al principio, a lo mejor. Es como tocar el piano. En cuanto tienes el metodo, puedes interpretar lo que te apetezca. Al principio seran casos sin importancia, pero la gente que echa mano de los detectives es la de dinero, y donde hay dinero termina habiendo delito, y donde hay delito siempre hay alguien dispuesto a cometerlo, y una vez cometido, siempre aparece el que quiere delatarlo a la policia y otros que tratan de impedir que la policia lo sepa. A esa noria quiero subirme yo.

– No se…

– Esta decidido. Yo creo que no era escritor. En la vida hay que dar de vez en cuando un golpe de timon, como en las novelas, cuando se te atascan… Y no pasa nada. Saldre adelante.

– Pero ?como puedes sostener una cosa asi despues de haber escrito las novelas que has escrito? Si tu no eres novelista en Espana, ?quien lo va a ser? Tienes tanto talento como cualquiera, incluso mas, porque al fin y al cabo casi todos escriben de lo que ven. Eso no tiene ningun merito. Merito el tuyo, que hablas de cosas que te tienes que sacar de la imaginacion. No has estado nunca en Chicago, ni en Nueva York, ni en Londres, no has salido de Madrid en tu vida, pero cuando hablas de todas esas ciudades, estan vivas. Parece que estas alli. No se como lo consigues. Tu no has estado en Londres y yo si. Cuando me pasee por Hampstead, era igual que el barrio que sacas en El te de la seis. ?Te acuerdas cuando escribiste sobre el incendio del Hotel Majestic de Los Angeles, o de la cabana al lado del lago Michigan? Parece que te encontrabas delante. Todavia estoy oyendo los patos. ?Como sabias tu que en el lago Michigan habia patos? Yo los vi con mi mujer, cuando fuimos a llevar a Martita a estudiar alli. Mas que oyendo, parece que los estoy viendo. Esos personajes son ya mas que tu, Paco, que antes que tu pensaras en ellos no existian y que andan ahora sueltos llevando un poco de justicia por el mundo, de orden, de logica…Eso era muy…

Se estaba emocionando y resultaba incluso elocuente. Quiza en los tribunales se transformara tambien, y le viniese la facilidad de palabra.

– Dejalo, Modesto. Te lo agradezco igual. A lo mejor eres un buen abogado.

– Tu te podrias morir -continuo- y nadie se daria cuenta. Ahora, si tus personajes dejaran de existir, los lectores podrian denunciarte por asesinato, y demandarte por danos y perjuicios…

Aquello era un alegato…

Francisco Cortes, el autor de novelas policiacas, de detectives y de intriga en general, o lo que de el quedaba, se sintio conmovido. Pero no era persona que tomada una decision se volviera atras. Como decia Unamuno, al que

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