tal vez no el de traer hijos medio tarados a este mundo. Ese arreglo jamas paso por la mente de Rolf Carle, alimentado por la literatura romantica, las novelas de caballeria y los rigidos preceptos honorables aprendidos en la infancia. Mientras ellas planeaban audaces combinaciones, el solo lograba acallar la culpa de amarlas a las dos pretextando que se trataba de un acuerdo temporal, cuya finalidad ultima era conocerse mas antes de formar una pareja; pero un contrato a largo plazo le parecia una perversion abominable. Se debatia en un conflicto insoluble entre el deseo, siempre renovado con poderosos brios por esos dos cuerpos opulentos y generosos, y su propia severidad que lo inducia a considerar el matrimonio monogamo como el unico camino posible para un hombre decente. No seas tonto, Rolf, ?no ves que a nosotras no nos importa? Yo no te quiero para mi sola y mi hermana tampoco, sigamos asi mientras estemos solteras y despues de casadas tambien. Esta proposicion fue una sacudida brutal para la vanidad del joven. Se hundio en la indignacion durante treinta horas, al cabo de las cuales pudo mas la concupiscencia. Recogio su dignidad del suelo y volvio a dormir con ellas. Y las adorables primas, una a cada lado, risuenas, desnudas, lo envolvieron otra vez en su niebla estupenda de canela, clavo de olor, vainilla y limon hasta enloquecer sus sentidos y anular sus secas virtudes cristianas.

Tres anos transcurrieron asi, suficientes para borrar las pesadillas macabras de Rolf Carle y remplazarlas por suenos amables. Tal vez las muchachas habrian ganado la pelea contra sus escrupulos y el se habria quedado junto a ellas para el resto de sus dias, cumpliendo con humildad la tarea de amante y de padrote por partida doble, si su destino no estuviera trazado en otra direccion. El encargado de senalarselo fue el senor Aravena, periodista de oficio y cineasta de vocacion. Aravena escribia en el diario mas importante del pais. Era el mejor diente de la pension, pasaba casi todos los fines de semana en la casa de Rupert y Burgel, donde disponia de una habitacion reservada. Su pluma tenia tanto prestigio, que ni la dictadura consiguio amordazarlo por completo y en sus anos de profesion gano una aureola de honestidad que le permitia publicar aquello que sus colegas jamas habrian osado. Hasta el General y el Hombre de la Gardenia lo trataban con consideracion respetando una formula de equilibrio mediante la cual el disponia de un espacio para moverse sin ser molestado dentro de ciertos limites, y el Gobierno proyectaba una imagen de liberalidad al mostrar sus articulos algo atrevidos. Hombre de evidente inclinacion por la buena vida, fumaba grandes cigarros, comia como un leon y era un bebedor esforzado, el unico capaz de derrotar al tio Rupert en los torneos dominicales de cerveza. Solo el se daba el lujo de pellizcar a las primas de Rolf en su nalgas portentosas, porque lo hacia con gracia, sin animo de ofenderlas sino de rendirles justo tributo. Vengan aqui mis adorables valkirias, dejen que este pobre periodista les ponga las manos en el culo, y hasta la tia Burgel se reia cuando sus ninas volteaban para que el les levantara ceremoniosamente las faldas de fieltro bordado y se extasiara ante esos globos cubiertos por calzones infantiles. El senor Aravena poseia una maquina filmadora y otra de escribir, portatil y ruidosa, con las teclas descoloridas por el uso, con la cual pasaba todo el sabado y medio domingo sentado en la terraza de la pension escribiendo sus cronicas a dos dedos, mientras consumia embutidos y tragaba cerveza. Me hace bien respirar el aire puro de las montanas, decia mientras aspiraba el humo negro de su tabaco. A veces llegaba con una senorita, nunca la misma, a quien presentaba como su sobrina y Burgel fingia creer el parentesco, esta casa no es uno de esos hoteles indecentes, que se han imaginado, solo a el le permito venir acompanado, porque se trata de un caballero muy conocido, ?no han visto su nombre en el periodico? A Aravena el entusiasmo por la dama de turno le duraba una noche, despues se hartaba de ella y la enviaba de regreso con el primer camion de hortalizas que bajara a la capital. En cambio con Rolf Carle podia pasar dias conversando y paseando por los alrededores de la aldea. Le comentaba las noticias internacionales, lo inicio en la politica local, guiaba sus lecturas, le enseno a usar la filmadora y algunos rudimentos de taquigrafia. No puedes quedarte en esta Colonia para siempre, decia, esto sirve para que un neurotico como yo venga a componer el cuerpo y desintoxicarse, pero ningun joven normal puede vivir en esta escenografia. Rolf Carle conocia bien las obras de Shakespeare, Moliere y Calderon de la Barca, pero no habia estado jamas en un teatro y no podia ver la relacion con la aldea, pero no era el caso discutir con ese maestro por quien sentia una admiracion desmesurada.

– Estoy satisfecho de ti, sobrino. Dentro de un par de anos puedes hacerte cargo de los relojes tu solo, es un buen negocio, le propuso el tio Rupert el dia que el muchacho cumplio veinte anos.

– En realidad no quiero ser relojero, tio. Creo que el cine es una profesion mas adecuada para mi.

– ?Cine? ?Y para que sirve eso?

– Para hacer peliculas. A mi me interesan los documentales. Quiero saber lo que ocurre en el mundo, tio.

– Mientras menos sepas mejor, pero si eso es lo que te gusta, haz como quieras.

Burgel casi se enferma cuando supo que partiria a vivir solo en la capital, ese antro de peligros, droga, politica, enfermedades, donde las mujeres son todas unas zorras, con perdon de la palabra, como esas turistas que llegan a la Colonia bamboleando la popa y echando la proa hacia delante. Desesperadas, las primas intentaron disuadirlo negandole sus favores, pero en vista de que el castigo era tan doloroso para ellas como para el, cambiaron de tactica y lo amaron con tanto ardor que Rolf bajo de peso en forma alarmante. Los mas afectados, sin embargo, fueron los perros, que al husmear los preparativos perdieron el apetito y vagaban con el rabo entre las piernas, las orejas

gachas y una insoportable mirada de suplica.

Rolf Carle resistio todas las presiones sentimentales y dos meses mas tarde partio a la Universidad, despues de prometer a su tio Rupert que pasaria los fines de semana con ellos; a su tia Burgel que se comeria las galletas, los jamones y las mermeladas que introducia en su equipaje, y a las primas que permaneceria en castidad absoluta para volver con renovadas energias a jugar con ellas bajo el edredon.

5

Mientras estas cosas sucedian en la vida de Rolf Carle, a poca distancia yo salia de la infancia. En esa epoca comenzo la desgracia de la Madrina. Me entere por la radio y vi su retrato en los pasquines comprados por Elvira a espaldas de la patrona, y asi supe que dio a luz un monstruo. Cientificos calificados informaron a la opinion publica que la criatura pertenecia a la Tribu III, es decir, se caracterizaba por la fusion de dos cuerpos con dos cabezas; genero xifodimo, por lo tanto presentaba una sola columna vertebral; clase monofaliana, con un ombligo para los dos cuerpos. Lo curioso fue que una cabeza era de raza blanca y la otra negra.

– Dos padres tiene el pobrecito, eso es seguro, dijo Elvira con una mueca de asco. A mi entender estas desgracias vienen por dormir con dos hombres en el mismo dia. Mas de cincuenta anos tengo y nunca he hecho eso. Yo, por lo menos, nunca deje que se mezclaran los humores de dos hombres en mi barriga, porque de ese vicio nacen renacuajos de circo.

La Madrina se ganaba la vida limpiando oficinas por las noches. Estaba desmanchando la alfombra en un decimo piso cuando se manifestaron las primeras molestias, pero siguio trabajando porque no supo calcular el tiempo de su parto y porque estaba furiosa consigo misma por haber sucumbido a una tentacion, pagandolo con ese embarazo bochornoso. Pasada la media noche sintio un liquido caliente correr entre sus piernas y quiso ir al hospital, pero ya era tarde, le fallaron las fuerzas y no pudo bajar. Llamo con todo el aire de los pulmones, pero en el edificio solitario no habia nadie para socorrerla. Resignada a ensuciar lo que acababa de limpiar, se echo en el suelo y pujo desesperada hasta expulsar a su hijo. Al ver al extrano ser bicefalo que habia parido, su desconcierto no tuvo limites y su primera reaccion fue deshacerse de aquello lo antes posible. Apenas pudo tenerse en pie cogio al recien nacido, fue al pasillo y lo lanzo por el bajante de la basura, luego regreso jadeante a lavar de nuevo la alfombra. Al dia siguiente, cuando el conserje entro al sotano, encontro el minusculo cadaver entre los desperdicios arrojados de las oficinas, casi intacto porque cayo sobre papel picado. A sus gritos acudieron las mesoneras de la cafeteria y en pocos minutos la noticia alcanzo la calle y se desparramo por la ciudad. Al mediodia el escandalo se conocia en todo el pais y hasta vinieron periodistas extranjeros para fotografiar al nino, porque esa combinacion de razas nunca se habia visto en los anales de la medicina. Durante una semana no se hablo de otra cosa, opacando incluso la muerte de dos estudiantes baleados por la Guardia en la puerta de la Universidad por agitar banderas rojas y cantar la Internacional. Llamaron desnaturalizada a la madre del bebe, asesina y enemiga de la ciencia porque no quiso entregarlo para investigacion en el Instituto de Anatomia, sino que insistio en enterrarlo en el cementerio de acuerdo a los preceptos catolicos.

– Primero lo mata y lo tira a la basura como si fuera un pescado podrido y despues quiere darle cristiana sepultura. Dios no perdona crimen semejante, pajarito.

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