Esos fueron momentos de confusion, pero por fin decanto la polvareda, callo el ruido y amanecio el primer dia de la democracia.
En muchos lugares la gente no se entero del derrocamiento de la dictadura, entre otras cosas, porque tampoco sabian que el General habia pasado tantos anos en el poder. Permanecian al margen de los acontecimientos contemporaneos. En esta desmesurada geografia existen en el mismo instante todas las epocas de la historia. Mientras en la capital los magnates se comunican por telefono para discutir de negocios con sus socios en otras ciudades del globo, hay regiones de los Andes donde las normas del comportamiento humano son las que trajeron cinco siglos antes los conquistadores espanoles y en algunas aldeas de la selva los hombres deambulan desnudos bajo los arboles, como sus antepasados de la Edad de Piedra.
Esa era una decada de grandes trastornos y prodigiosos inventos, pero para muchos en nada se diferenciaba de las anteriores. El pueblo es generoso y perdona con facilidad, en el pais no hay penas de muerte o de cadena perpetua, de modo que los beneficiados por la tirania, los colaboradores, soplones y agentes de la Seguridad, pronto fueron olvidados y pudieron incorporarse de nuevo a esa sociedad donde habia espacio para todos.
Yo no supe detalles de lo ocurrido hasta muchos anos mas tarde, cuando por curiosidad le eche un vistazo a la prensa de esa epoca, porque en Agua Santa no fue noticia. Ese dia hubo una fiesta organizada por Riad Halabi para reunir fondos para reparar la escuela. Empezo temprano con la bendicion del cura, quien en un principio se opuso a ese pasatiempo, porque servia de pretexto para apuestas, borracheras y navajazos, pero luego hizo la vista gorda porque la escuela se estaba desmoronando desde la ultima tormenta. Despues se llevo a cabo la eleccion de la Reina, coronada por el Jefe Civil con una diadema de flores y perlas falsas fabricadas por la maestra Ines, y en la tarde comenzaron las rinas. Acudieron visitantes de otros pueblos y cuando alguien con una radio de pilas interrumpio gritando que el General habia huido y la muchedumbre estaba echando abajo las prisiones y descuartizando a los agentes, lo hicieron callar, no fuera a distraer a los gallos. El unico en abandonar su sitio fue el Jefe Civil, quien partio de mala gana a su oficina para comunicarse con sus superiores en la capital y pedir instrucciones.
Volvio un par de horas mas tarde diciendo que no habia que preocuparse por esa vaina, en efecto habia caido el Gobierno, pero todo seguia como antes, de modo que ya podian comenzar la musica y el baile y paseme otra cerveza que vamos a brindar por la democracia. A medianoche Riad Halabi conto el dinero reunido, se lo entrego a la maestra Ines y regreso a casa cansado, pero contento, porque su iniciativa habia dado buenos frutos y el techo de la escuela estaba asegurado.
– Cayo la dictadura, le dije apenas entro. Me habia quedado todo el dia cuidando a Zulema en una de sus crisis y lo estaba esperando en la cocina.
– Ya lo se, hija.
– Lo dijeron por la radio. ?Que significa eso?
– Nada que nos importe, eso ocurre muy lejos de aqui.
Pasaron dos anos y se consolido la democracia. Con el tiempo solo el gremio de los taxistas y algunos militares anoraban la dictadura. El petroleo siguio manando de las profundidades de la tierra con la abundancia de antes y nadie se preocupo demasiado en invertir las ganancias, porque en el fondo creian que la bonanza iba a durar eternamente. En las universidades, los mismos estudiantes que se habian jugado la vida para derrocar al General, se sentian defraudados por el nuevo Gobierno y acusaban al Presidente de someterse a los intereses de Estados Unidos. El triunfo de la Revolucion Cubana habia hecho estallar un incendio de ilusiones en todo el continente. Por alla habia hombres cambiando el orden de la vida y sus voces llegaban por el aire sembrando palabras magnificas. Por ahi andaba el Che con una estrella en la frente dispuesto a combatir en cualquier rincon de America. Los jovenes se dejaban crecer las barbas y aprendian de memoria conceptos de Carlos Marx y frases de Fidel Castro. Si no existen las condiciones para la revolucion, el verdadero revolucionario debe crearlas, estaba escrito con pintura imborrable en los muros de la Universidad. Algunos, convencidos de que el pueblo jamas obtendria el poder sin violencia, decidieron que era el momento de tomar las armas. Comenzo el movimiento guerrillero.
– Quiero filmarlos, anuncio Rolf Carle a Aravena.
Asi fue como partio a la montana siguiendo los pasos de un joven moreno, callado y sigiloso, que lo condujo de noche por unos senderos de chivos hasta el sitio donde se ocultaban sus companeros. Asi fue como se convirtio en el unico periodista en contacto directo con la guerrilla, el unico que pudo filmar sus campamentos y el unico en el cual los comandantes depositaron su confianza. Y asi fue tambien como conocio a Huberto Naranjo.
Naranjo habia pasado los anos de su adolescencia asolando los barrios de la burguesia, convertido en el jefe de una pandilla de marginales, en guerra contra las bandas de muchachos ricos que recorrian la ciudad en sus motos cromadas, vestidos con chaquetas de cuero y armados con cadenas y cuchillos imitando a las patotas de las peliculas. Mientras los senoritos se quedaron en su sector ahorcando gatos, destrozando a navajazos las butacas de los cines, manoseando a las nineras en los parques, metiendose en el Convento de las Adoratrices para aterrorizar a las monjas y asaltando las fiestas de quinceaneras para orinarse sobre la torta, el asunto quedaba practicamente en familia. De vez en cuando la policia los detenia, se los llevaba a la Comandancia, llamaba a los padres para arreglar las cosas como amigos y en seguida los soltaban sin dejar registro de sus nombres. Son travesuras inocentes, decian benevolos, en pocos anos creceran, cambiaran las chaquetas de cuero por traje y corbata y podran dirigir las empresas de sus padres y el destino del pais. Pero cuando invadieron las calles del centro para untar con mostaza y aji picante los genitales de los mendigos, marcar a cuchillo las caras de las prostitutas y atrapar a los homosexuales de la calle Republica para empalarlos, Huberto Naranjo considero que ya bastaba. Reunio a sus compinches y se organizaron para la defensa. De este modo nacio La Peste, la banda mas temida de la ciudad, que se enfrentaba a las motos en batallas campales, dejando un reguero de contusos, desmayados y heridos de arma blanca.
Si aparecia la policia en furgones blindados con perros de presa y equipos antimotines y lograba caerles encima por sorpresa, los de piel blanca y casaca negra volvian indemnes a sus hogares. El resto era apaleado en los cuarteles hasta que la sangre corria en hilitos entre los adoquines del patio. Pero no fueron los golpes los que acabaron con La Peste, sino una razon de fuerza mayor que condujo a Naranjo lejos de la capital.
Una noche su amigo, el Negro del boliche, lo invito a una misteriosa reunion. Despues de dar la contrasena en la puerta, fueron conducidos a un cuarto cerrado donde habia varios estudiantes, que se presentaron con nombres falsos. Huberto se acomodo en el suelo junto a los demas, sintiendose fuera de lugar, porque tanto el Negro como el parecian ajenos al grupo, no provenian de la Universidad, ni siquiera habian pasado por el liceo. Sin embargo, pronto advirtio que recibian un trato respetuoso, porque el Negro habia hecho el servicio militar especializandose en explosivos y eso le daba enorme prestigio. Les presento a Naranjo como el jefe de La Peste y como todos habian oido hablar de su coraje, lo recibieron con admiracion. Alli escucho a un joven poner en palabras la confusion que el mismo llevaba en el pecho desde hacia varios anos.
Fue una revelacion. Al principio se sintio incapaz de comprender la mayor parte de esos discursos inflamados y mucho menos de repetirlos, pero intuyo que su lucha personal contra los senoritos del Club de Campo y sus desafios a la autoridad, parecian juegos de ninos a la luz de esas ideas oidas por primera vez. El contacto con la guerrilla cambio su vida. Descubrio con asombro que para esos muchachos la injusticia no era parte del orden natural de las cosas, como el suponia, sino una aberracion humana, se le hicieron evidentes los abismos que determinan a los hombres desde su nacimiento y decidio poner toda su rabia, hasta entonces inutil, al servicio de esta causa.
Para el joven, entrar en la guerrilla fue una cuestion de hombria, porque una cosa era batirse a cadenazos con los chaquetas negras y otra muy diferente manejar armas de fuego contra el Ejercito. Habia vivido siempre en la calle y creia no conocer el miedo, no retrocedia en las batallas con otras pandillas ni pedia clemencia en el patio del cuartel, la violencia era una rutina para el, pero nunca imagino los limites a los cuales tendria que llegar en los anos venideros.
Al comienzo sus misiones fueron en la ciudad, pintar paredes, imprimir folletos, pegar afiches, producir mantas, conseguir armas, robar medicamentos, reclutar simpatizantes, buscar lugares para ocultarse, someterse a entrenamiento militar. Con sus companeros aprendio los multiples usos de un trozo de plastico, a fabricar bombas caseras, sabotear cables de alta tension, volar rieles y caminos para dar la impresion de que eran muchos y estaban bien organizados, eso atraia a los indecisos, reforzaba la moral de los combatientes y debilitaba al enemigo. Los periodicos dieron publicidad a estos actos criminales, como fueron llamados, pero luego hubo