para el lo mas dificil de sobrellevar en la montana. En cada visita a la ciudad corria al primer prostibulo que surgiera a su paso y durante unos instantes, siempre demasiado breves, se hundia en el marasmo abismante de una sensualidad urgente, rabiosa y finalmente triste, que apenas aliviaba el hambre acumulada sin darle en realidad ninguna dicha. Cuando podia ofrecerse el lujo de pensar en si mismo, lo agobiaba el anhelo de tener en los brazos a una muchacha que fuera solo suya, de poseerla por completo, de que ella lo esperara, lo deseara y le fuera fiel. Y pasando por encima de todas las reglas que imponia a sus combatientes, me invito a tomar un cafe.

Aquel dia llegue muy tarde a la casa, levitando en estado de trance.

– ?Que te pasa? Tienes los ojos mas claros que nunca, me pregunto Mimi, que me conocia como a si misma y podia adivinar mis penas y alegrias aun a la distancia.

– Estoy enamorada.

– ?Otra vez?

– Ahora es en serio. He esperado a este hombre durante anos.

– Ya veo, el encuentro de dos almas gemelas. ?Quien es el?

– No puedo decirtelo, es un secreto.

– ?Como que no puedes decirmelo! Me cogio por los hombros, alterada. ?Acabas de conocerlo y ya se interpuso entre nosotras?

– Esta bien, no te enojes. Es Huberto Naranjo, pero nunca debes mencionar su nombre.

– ?Naranjo? ?Es el mismo de la calle Republica? ?Y por que tanto misterio?

– No lo se, Mimi, dijo que cualquier comentario puede costarle la vida.

– ?Siempre supe que ese tipo acabaria mal! A Huberto Naranjo lo conoci cuando era un chiquillo, le estudie las lineas de la mano y vi su destino en los naipes, no es para ti. Hazme caso, ese nacio para bandido o para magnate, debe andar metido en contrabando, en trafico de marihuana o en algun otro negocio sucio.

– ?No te permito que hables asi de el!

Para entonces viviamos en una casa cerca del Club de Campo, la zona mas elegante de la ciudad, donde habiamos encontrado una vivienda antigua y pequena, al alcance de nuestro presupuesto. Mimi habia logrado mas fama de la que jamas sono y se habia vuelto tan hermosa, que no parecia de material humano. La misma fuerza de voluntad empleada en cambiar su naturaleza masculina, la coloco al servicio de refinarse y de convertirse en actriz. Depuso todas las extravagancias que podrian confundirse con vulgaridad, paso a dictar la moda con sus trajes de marca y su maquillaje de luces y sombra, pulio su lenguaje, reservando algunas groserias solo para casos de emergencia, paso dos anos estudiando actuacion en un taller de teatro y modales en un instituto especializado en la formacion de reinas de belleza, donde aprendio a subir a un automovil con las piernas cruzadas, a morder hojas de alcachofa sin alterar la linea de su lapiz de labios y a bajar la escalera arrastrando una invisible estola de armino. No oculto su cambio de sexo, pero tampoco hablaba de ello. La prensa sensacionalista exploto esa aura de misterio, atizando la candela del escandalo y de la maledicencia. Su situacion dio un vuelco dramatico. Al pasar por la calle se volvian a mirarla, las colegialas la asaltaban para pedirle un autografo, tuvo contratos para telenovelas y montajes teatrales, donde demostro un talento histrionico que no se habia visto en el pais desde 1917, cuando el Benefactor trajo de Paris a Sarah Bernhardt, ya anciana, pero aun magnifica a pesar de equilibrarse sobre una sola pierna. La aparicion de Mimi en el escenario aseguraba una platea llena, porque la gente viajaba de provincia para ver a esa criatura mitologica de quien se decia que tenia senos de hembra y falo de varon. La invitaban a desfiles de moda, como jurado en concursos de belleza, a las fiestas de caridad. Hizo su entrada triunfal en la alta sociedad para el Baile de Carnaval, cuando las familias mas antiguas le dieron un espaldarazo al recibirla en los salones del Club de Campo. Esa noche Mimi pasmo a la concurrencia al presentarse vestida de hombre, con un suntuoso disfraz de rey de Thailandia, cubierta de falsas esmeraldas, conmigo del brazo ataviada como su reina. Algunos recordaban haberla aplaudido anos atras en un sordido cabaret de sodomitas, pero eso, lejos de danar su prestigio, aumentaba la curiosidad. Mimi sabia que nunca seria aceptada como miembro de esa oligarquia que por el momento la buscaba, era solo un bufon exotico para decorar sus fiestas, pero el acceso a ese ambiente le fascinaba y para justificarse sostenia que era util para su carrera de artista. Aqui lo mas importante es tener buenas relaciones, me decia cuando me burlaba de esas veleidades.

El exito de Mimi nos aseguro bienestar economico. Ahora viviamos frente a un parque donde las nineras paseaban a los hijos de sus patrones y los choferes sacaban a orinar a los perros finos. Antes de mudarnos regalo a las vecinas de la calle Republica las colecciones de peluches y almohadones bordados, y embalo en cajones las figuras de porcelana fria fabricadas por sus propias manos. Tuve la mala idea de ensenarle esa artesania y durante largo tiempo paso sus ratos libres preparando masa para modelar diversos adefesios. Contrato un profesional para que decorara su nueva morada y el hombre casi sufre un colapso al ver las creaciones de Materia Universal. Le suplico que las mantuviera guardadas donde no pudieran alterar sus disenos de arquitectura interior y Mimi se lo prometio, porque el era muy agradable, de edad madura, pelo gris, ojos negros. Entre ellos surgio una amistad tan sincera, que ella se convencio de que habia encontrado al fin la pareja senalada por el zodiaco. La astrologia no falla, Eva, en mi carta astral esta escrito que voy a vivir un gran amor en la segunda mitad de mi destino…

Durante largo tiempo el decorador nos visito con frecuencia, influyendo definitivamente en la calidad de nuestras vidas. Junto a el nos aproximamos a refinamientos hasta entonces desconocidos, aprendimos a escoger los vinos, antes creiamos que el tinto se tomaba de noche y el blanco de dia, apreciar el arte, interesarnos en las noticias del mundo. Dedicabamos los domingos a galerias de pintura, museos, teatro, cinematecas. Con el asisti por vez primera a un concierto y el impacto fue tan formidable que no dormi en tres dias, porque la musica quedo resonando dentro de mi, y cuando pude hacerlo sone que era un instrumento de cuerdas, de madera rubia con incrustaciones de nacar y clavijas de marfil. Por largo tiempo no me perdi ninguna funcion de la orquesta, me sentaba en un palco del segundo piso y cuando el director levantaba su batuta y la sala se llenaba de sonidos, se me caian las lagrimas, no podia soportar tanto placer. Arreglo la casa en blanco, con muebles modernos y un par de detalles antiguos, tan diferente a lo que habiamos visto, que durante semanas nos dimos vueltas en los cuartos, extraviadas, temerosas de mover algun objeto y no recordar despues su lugar exacto o de sentarnos en una poltrona oriental y aplastarle el soplido a las plumas; pero, tal como el nos aseguro desde el principio, el buen gusto crea adiccion y finalmente nos habituamos y acabamos burlandonos de algunas chabacanerias del pasado. Un dia ese hombre encantador anuncio que partia a Nueva York, contratado por una revista, hizo sus maletas y se despidio de nosotras con genuino pesar, dejando a Mimi sumida en la desolacion.

– Calmate, Mimi. Si se fue, quiere decir que no era el hombre de tu destino. El verdadero aparecera pronto, le dije y la logica irrefutable de este argumento le aporto algo de consuelo.

Con el transcurso del tiempo la armonia perfecta de la decoracion sufrio alteraciones, pero el ambiente de la casa se volvio mas acogedor. Primero fue la marina. Le conte a Mimi lo que significo para mi el cuadro de los solterones y ella decidio que la causa de mi fascinacion tenia un origen genetico, con seguridad provenia de algun antepasado navegante que me habia transmitido en la sangre la invencible nostalgia del mar.

Como eso calzaba con la leyenda del abuelo holandes, ambas rastreamos anticuarios y remates hasta dar con un oleo de rocas, olas, gaviotas y nubes, que compramos sin vacilar y pusimos en un sitio de honor, destruyendo de un plumazo el efecto de los grabados japoneses seleccionados con tanto esmero por nuestro amigo. Despues adquiri poco a poco toda una familia para colgar en la pared, antiguos daguerrotipos destenidos por el tiempo: un embajador cubierto de condecoraciones, un explorador de grandes bigotes y escopeta de dos canones, un abuelo con zuecos de madera y pipa de ceramica mirando hacia el futuro con altivez. Cuando tuve una parentela de alcurnia, buscamos minuciosamente la imagen de Consuelo. Yo las rechazaba todas, pero al cabo de una larga peregrinacion dimos por fin con una joven delicada y sonriente, vestida de encajes y protegida por una sombrilla, en un jardin de rosas trepadoras. Era lo bastante hermosa como para encarnar a mi madre. En mi infancia solo habia visto a Consuelo con delantal y alpargatas realizando vulgares tareas domesticas, pero siempre supe que en secreto era como la exquisita senora de la sombrilla, porque asi se transformaba cuando estabamos solas en el cuarto de servicio y asi deseo preservarla en mi recuerdo.

En esos anos intente recuperar el tiempo perdido. Estudiaba bachillerato en una academia vespertina para obtener un diploma que despues no me sirvio de nada, pero entonces me parecia indispensable. Trabajaba durante el dia como secretaria en la fabrica de uniformes militares y por las noches llenaba mis cuadernos de cuentos. Mimi me habia rogado que dejara ese empleo de pacotilla y me dedicara solo a escribir. Desde que vio

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