– Hare que te acepte ese libreto, asi sea lo ultimo que yo haga en mi vida.
– No estas pensando seducirlo…
– ?Como crees que se consiguen las cosas en este medio?
El sabado amanecio lloviendo y siguio cayendo agua durante el dia y toda la noche, mientras Mimi se afanaba preparando una cena ascetica a base de arroz integral, considerado elegante desde que los macrobioticos y los vegetarianos empezaron a asustar a la humanidad con sus teorias dieteticas. El gordo se va a morir de hambre, mascullaba yo picando zanahorias, pero ella se mantuvo inconmovible, mas preocupada de arreglar floreros, encender palos de incienso, seleccionar musica y distribuir almohadones de seda, porque tambien se habia puesto de moda quitarse los zapatos y echarse en el suelo. Eran ocho comensales, todos gente de teatro, excepto Aravena, quien llego acompanado por ese hombre de pelo de cobre que solian ver con su camara en las barricadas de alguna remota revolucion, ?como era que se llamaba? Le estreche la mano con la vaga sensacion de haberlo conocido antes.
Despues de la comida Aravena me llamo aparte y me confeso su fascinacion por Mimi. No habia logrado desprenderse de ella, la sentia como una quemadura reciente.
– Es la feminidad absoluta, todos tenemos algo de androginos, algo de varon y hembra, pero ella arranco de si misma hasta el ultimo vestigio del elemento masculino y fabrico esas curvas esplendidas, es totalmente mujer, es adorable, dijo secandose la frente con su panuelo.
Mire a mi amiga, tan cercana y conocida, sus facciones dibujadas con lapices y pinceles, sus senos y caderas redondos, su vientre liso, seco para la maternidad y el placer, cada linea de su cuerpo hecha con invencible tenacidad. Solo yo conozco a fondo la naturaleza secreta de esa criatura de ficcion, creada con dolor para satisfacer los suenos ajenos y privada de los suenos propios. La he visto sin maquillaje, cansada, triste, he estado junto a ella en sus depresiones, enfermedades, insomnios y fatigas, quiero mucho al ser humano fragil y contradictorio que hay detras del plumaje y la bisuteria. En ese momento me pregunte si ese hombre de labios gruesos y manos hinchadas sabria indagar en ella para descubrir a la companera, la madre, la hermana, que es en verdad Mimi. Desde el otro extremo de la sala ella percibio la mirada de su nuevo admirador. Tuve el impulso de detenerla, de protegerla, pero me contuve.
– A ver, Eva, cuentale una historia a nuestro amigo, dijo Mimi dejandose caer junto a Aravena.
– ?De que la quiere?
– Algo picaro, ?verdad? insinuo ella.
Me sente con las piernas recogidas como un indio, cerre los ojos y durante unos segundos deje vagar la mente por las dunas de un desierto blanco, como siempre hago para inventar un cuento. Pronto acudieron a esas arenas una mujer con enaguas de tafetan amarillo, pincelazos de los paisajes frios sacados por mi madre de las revistas del Profesor Jones y los juegos creados por la Senora para las fiestas del General. Comence a hablar. Mimi dice que tengo una voz especial para los cuentos, una voz que, siendo mia, parece tambien ajena, como si brotara desde la tierra y me subiera por el cuerpo. Senti que la habitacion perdia sus contornos, esfumada en los nuevos horizontes que yo convocaba. Los invitados callaron.
– Eran tiempos muy duros en el sur. No en el sur de este pais, sino del mundo, donde las estaciones estan cambiadas y el invierno no ocurre en Navidad, como en las naciones cultas, sino en la mitad del ano, como en las regiones barbaras…
Cuando termine de hablar, Rolf Carle fue el unico que no aplaudio con los demas. Despues me confeso que tardo un buen rato en regresar de aquella pampa austral por donde se alejaban dos amantes con una bolsa de monedas de oro, y cuando lo hizo estaba determinado a convertir mi historia en una pelicula antes que los fantasmas de ese par de pillos se apoderaran de sus suenos. Me pregunte por que Rolf Carle me resultaba tan familiar, no podia deberse solo al hecho de haberlo visto en television. Eche un vistazo al pasado, a ver si me lo habia encontrado antes, pero no era asi y tampoco conocia a nadie como el. Quise tocarlo. Me aproxime y le pase un dedo por el dorso de la mano.
– Mi madre tambien tenia la piel pecosa. Rolf Carle no se movio y tampoco intento retener mis dedos. Me dijeron que estuviste en la montana con los guerrilleros.
– He estado en muchos sitios.
– Cuentamelo…
Nos sentamos en el suelo y el respondio a casi todas mis preguntas. Me hablo tambien de su oficio, que lo llevaba de un lado a otro observando el mundo a traves de una lente. Pasamos el resto de la noche tan entretenidos que no notamos cuando los demas partieron. Fue el ultimo en irse y creo que lo hizo solo porque Aravena se lo llevo a remolque. En la puerta anuncio que estaria ausente por unos dias filmando los disturbios en Praga, donde los checos enfrentaban a piedrazos los tanques invasores. Quise despedirme con un beso, pero el me estrecho la mano con una inclinacion de cabeza que me resulto algo solemne.
Cuatro dias despues, cuando Aravena me cito para firmar el contrato, seguia lloviendo y en su lujosa oficina habian colocado baldes para recoger las goteras del techo. Tal como me explico el director sin preambulos, el guion no calzaba ni remotamente en los moldes habituales, en realidad todo eso era un enredo de personajes estramboticos, de anecdotas inverosimiles, carecia de romance verdadero, los protagonistas no eran hermosos ni vivian en la opulencia, resultaba casi imposible seguir la pista de los acontecimientos, el publico se perderia, en resumen le parecia un embrollo y nadie con dos dedos de frente correria el riesgo de producirlo, pero el lo haria porque no resistia la tentacion de escandalizar al pais con esos adefesios y porque Mimi se lo habia pedido.
– Sigue escribiendo, Eva, tengo curiosidad por saber como va a terminar ese sartal de disparates, dijo al despedirse.
Las inundaciones comenzaron al tercer dia de lluvias y al quinto el Gobierno decreto estado de emergencia. Las catastrofes a causa del mal tiempo eran habituales, nadie tomaba la precaucion de limpiar las acequias o destapar las alcantarillas, pero esta vez el temporal sobrepaso todo lo imaginable. El agua arrastro los ranchos de los cerros, desbordo el rio que atraviesa la capital, se metio en las casas, se llevo los automoviles, los arboles y la mitad del estadio deportivo. Los camarografos de la Televisora Nacional se subieron en botes de goma y filmaron a las victimas en los techos de sus viviendas, donde esperaban con paciencia ser rescatados por los helicopteros militares. Aunque pasmados y hambrientos, muchos cantaban, porque habria sido una estupidez agravar la
desgracia lamentandose. La lluvia ceso al cabo de una semana con el mismo metodo empirico empleado anos atras para combatir la sequia. El Obispo saco al Nazareno en procesion y todo el mundo salio detras rezando y haciendo mandas debajo de sus paraguas, ante las burlas de los empleados del Instituto Meteorologico, quienes se habian comunicado con sus colegas en Miami y podian asegurar que, de acuerdo a las mediciones de los globos sonda y las octavas de nubes, el aguacero iba a durar nueve dias mas. Sin embargo, el cielo se despejo tres horas despues que el Nazareno volvio al altar de la catedral mojado como un estropajo, a pesar del baldaquino con que intentaron protegerlo. Su peluca destino, le corrio un liquido oscuro por el rostro y los mas devotos cayeron de rodillas convencidos de que la imagen sudaba sangre. Eso contribuyo al prestigio del catolicismo y aporto tranquilidad a algunas almas inquietas por el empuje ideologico de los marxistas y la llegada de los primeros grupos mormones, compuestos por candorosos y energicos jovenes en camisas de manga corta, que se introducian en los hogares y convertian a las familias desprevenidas.
Cuando se detuvo la lluvia y sacaron la cuenta de las perdidas para reparar los danos y organizar de nuevo a la ciudadania, aparecio flotando cerca de la Plaza del Padre de la Patria un ataud de modesta confeccion, pero en perfecto estado. El agua lo habia llevado navegando desde un rancherio del cerro en el oeste de la ciudad por diversas calles convertidas en torrentes, hasta depositarlo intacto en pleno centro. Al abrirlo descubrieron a una anciana durmiendo apacible. Yo la vi en el noticiario de las nueve, llame al canal para averiguar los detalles y parti con Mimi rumbo a los refugios improvisados por el Ejercito para albergar a los damnificados. Llegamos a unas grandes tiendas de campana donde se amontonaban las familias esperando el buen tiempo. Muchos habian perdido hasta los documentos de identidad, pero en las carpas no reinaba la tristeza, aquel desastre era un buen pretexto para descansar y una ocasion de hacer nuevos amigos manana verian como salir de la mala situacion, hoy era inutil llorar por lo que el agua se llevo. Alli encontramos a Elvira flaca y brava, en camisa de dormir, sentada en una colchoneta, contandole a un circulo de oyentes, como se habia salvado del diluvio en su extrana arca. De este modo recupere a mi abuela. Al verla en la pantalla la reconoci de inmediato, a pesar del pelo blanco y el mapa de arrugas en que se habia transformado su cara, porque nuestra larga separacion no habia rozado su espiritu, en el fondo seguia siendo la misma mujer que me cambiaba cuentos por platanos fritos y por el derecho de jugar a la muerte en su feretro. Me abri paso, me abalance sobre ella y la estreche con la premura acumulada