en esos anos de ausencia. En cambio Elvira me beso sin aspavientos, como si en su alma no hubiera transcurrido el tiempo, nos hubieramos visto el dia anterior y todas las modificaciones en mi aspecto no fueran mas que una enganifa de sus ojos cansados.

– Imaginate, pajarito, tanto dormir en el cajon para que la muerte me agarre preparada y al final lo que me agarra es la vida. Nunca mas me acuesto en un ataud, ni cuando me toque ir al cementerio. Quiero que me entierren de pie, como un arbol.

La llevamos a casa. En el taxi durante el trayecto, Elvira contemplo a Mimi, nunca habia visto nada parecido, opino que era como una enorme muneca. Mas tarde la palpo por todos los lados con sus sabias manos de cocinera y comento que tenia la piel mas blanca y mas suave que una cebolla, los senos duros como toronjas verdes y olia a la torta de almendras y especies de la Pasteleria Suiza, luego se puso los anteojos para observarla mejor y entonces ya no le cupo duda alguna de que no era criatura de este mundo. Es un arcangel, concluyo. Mimi tambien simpatizo con ella desde el primer momento, porque aparte de su mamma, cuyo amor jamas le habia fallado, y yo, no contaba con familia propia, todos sus parientes le habian vuelto la espalda al verla en un cuerpo de mujer. Tambien ella necesitaba una abuela. Elvira acepto nuestra hospitalidad en vista de que se lo pedimos con insistencia y ademas el aguacero se habia llevado todos sus bienes materiales, excepto el feretro, contra el cual Mimi no tuvo objeciones, a pesar de que no armonizaba con la decoracion interior. Pero Elvira ya no lo queria. El ataud le habia salvado la vida una vez y no estaba dispuesta a correr ese riesgo de nuevo.

A los pocos dias regreso Rolf Carle de Praga y me llamo. Me paso a buscar en un jeep destartalado por el maltrato, enfilamos hacia el litoral y a media manana llegamos a una playa de aguas translucidas y arenas rosadas, muy diferente al mar de olas abruptas donde yo habia navegado tan a menudo en el comedor de los solterones. Chapoteamos en el agua y descansamos al sol hasta que nos dio hambre, entonces nos vestimos y partimos en busca de un meson donde comer pescado frito. Pasamos la tarde mirando la costa, bebiendo vino blanco y contandonos las vidas. Le hable de mi ninez, cuando servia en casas ajenas, de Elvira salvada de las aguas, de Riad Halabi y otros hechos, pero pase por alto a Huberto Naranjo, a quien nunca mencionaba, por el firme habito de la clandestinidad. Por su parte Rolf Carle me conto del hambre de la guerra, la desaparicion de su hermano Jochen, de su padre colgado en el bosque, del campo de prisioneros.

– Es muy extrano, nunca habia puesto estas cosas en palabras.

– ?Por que?

– No lo se, me parece que son secretos. Son la parte mas oscura de mi pasado, dijo y despues se quedo mucho rato en silencio con los ojos fijos en el mar y otra expresion en sus ojos grises.

– ?Que paso con Katharina?

– Tuvo una muerte triste, sola en un hospital.

– Esta bien, se murio, pero no como tu dices. Busquemos un buen final para ella. Era domingo, el primer dia con sol en esa temporada. Katharina amanecio muy animada y la enfermera la sento en la terraza en una silla de lona, con las piernas envueltas en una cobija. Tu hermana se quedo mirando los pajaros que comenzaban a armar sus nidos en los aleros del edificio y los nuevos brotes en las ramas de los arboles. Estaba abrigada y segura, como cuando se dormia en tus brazos bajo la mesa de la cocina, en verdad en ese momento sonaba contigo. No tenia memoria, pero su instinto conservaba intacto el calor que tu le dabas y cada vez que se sentia contenta, murmuraba tu nombre. En eso estaba, nombrandote alegremente, cuando se le desprendio el espiritu sin darse cuenta.

Poco despues llego tu madre a visitarla, como todos los domingos, y la encontro inmovil, sonriendo, entonces le cerro los ojos, la beso en la frente y compro para ella una urna de novia, donde la acosto sobre el mantel blanco.

– Y mi madre, ?tienes un buen destino para ella tambien? pregunto Rolf Carle con la voz quebrada.

– Si. Del cementerio regreso a su casa y vio que los vecinos habian puesto flores en todos los jarrones para que ella se sintiera acompanada. El lunes era el dia de hacer pan y ella se quito el vestido de salir, se puso el delantal y comenzo a preparar la mesa. Se sentia tranquila, porque todos sus hijos estaban bien, Jochen habia encontrado una buena mujer y formado una familia en algun lugar del mundo, Rolf hacia su vida en America y ahora Katharina, libre por fin de ataduras fisicas, podia volar a su antojo.

– ?Por que crees que mi madre nunca ha aceptado venir a vivir conmigo?

– No se… tal vez no quiera salir de su pais.

– Esta vieja y sola, estaria mucho mejor en la Colonia con mis tios.

– No todos sirven para emigrar, Rolf. Ella esta en paz, cuidando su jardin y sus recuerdos.

11

Durante una semana fue tanto el trastorno provocado por las inundaciones, que no destacaron otras noticias en la prensa y a no ser por Rolf Carle, la masacre en un Centro de Operaciones del Ejercito habria pasado casi desapercibida, ahogada en las aguas turbias del diluvio y los contubernios del poder. Se amotino un grupo de presos politicos y despues de apoderarse de las armas de sus guardianes, se atrinchero en un sector de los pabellones. El Comandante, hombre de iniciativas subitas y animo impavido, no solicito instrucciones, simplemente dio orden de pulverizarlos y sus palabras fueron tomadas al pie de la letra. Los atacaron con armamento de guerra, mataron a un numero indeterminado de hombres y no quedaron heridos porque a los sobrevivientes los reunieron en un patio y los remataron sin clemencia. Cuando a los guardias se les paso la borrachera de sangre y contaron los cadaveres, comprendieron que seria dificil explicar su accion a la opinion publica y tampoco podrian confundir a los periodistas alegando que se trataba de rumores infundados. La estampida de los morteros mato a las aves en vuelo y del cielo cayeron pajaros muertos en varios kilometros a la redonda, imposibles de justificar porque ya nadie estaba dispuesto a creer en nuevos milagros del Nazareno. Como indicio complementario, una fetidez implacable escapaba de las fosas comunes saturando el aire. Como primera medida no permitieron acercarse a ningun curioso y trataron de cubrir la zona con un manto de soledad y de silencio. El Gobierno no tuvo mas alternativa que respaldar la decision del Comandante. No se puede arremeter contra las fuerzas del orden, esas cosas ponen en peligro a la democracia, mascullo furioso el Presidente en la intimidad de su gabinete. Entonces improvisaron la explicacion de que los subversivos se habian eliminado entre ellos y repitieron la patrana tantas veces, que acabaron por creerla ellos mismos. Pero Rolf Carle sabia demasiado sobre esos asuntos para aceptar la version oficial y sin esperar que Aravena lo comisionara, se metio donde otros no se atrevieron.

Obtuvo una parte de la verdad de sus amigos en la montana y el resto lo averiguo con los mismos guardias que exterminaron a los prisioneros y a quienes basto un par de cervezas para hablar, porque ya no podian seguir soportando el asedio de la mala conciencia. Tres dias despues, cuando empezaba a esfumarse el olor de los cadaveres y ya habian barrido los ultimos pajaros podridos, Rolf Carle tenia pruebas irrefutables de lo sucedido y estaba dispuesto a luchar contra la censura, pero Aravena le advirtio que no se hiciera ilusiones, por television no podia asomar ni una palabra. Tuvo la primera pelea con su maestro, lo acuso de timorato y complice, pero el otro fue inflexible. Hablo con un par de diputados de la oposicion y les mostro sus peliculas y fotografias, para que vieran los metodos empleados por el Gobierno para combatir la guerrilla y las condiciones infrahumanas de los detenidos. Ese material fue exhibido en el Congreso, donde los parlamentarios denunciaron la matanza y exigieron que las tumbas fueran abiertas y se llevara a juicio a los culpables. Mientras el Presidente aseguraba al pais que estaba dispuesto a llegar hasta las ultimas consecuencias en la investigacion, aunque para ello tuviera que renunciar a su cargo, una cuadrilla de conscriptos improvisaba una cancha deportiva asfaltada y plantaba una doble hilera de arboles para cubrir las fosas, los expedientes se perdieron en los vericuetos de la administracion judicial y los directores de todos los medios de prensa fueron citados al Ministerio del Interior para advertirles sobre las consecuencias de difamar a las Fuerzas Armadas. Rolf Carle continuo insistiendo con una tenacidad que acabo por vencer la prudencia de Aravena y las evasivas de los diputados, quienes al menos aprobaron una tibia amonestacion al Comandante y un decreto ordenando que los presos politicos fueran tratados de acuerdo a la Constitucion, tuvieran juicios publicos y cumplieran sus penas en las carceles y no en centros especiales, donde ninguna autoridad civil tenia acceso. Como resultado, nueve guerrilleros recluidos en el Fuerte El Tucan fueron trasladados al Penal de Santa Maria, medida no menos atroz para ellos pero que sirvio para cerrar el caso e impedir que creciera el escandalo, empantanado en la indiferencia colectiva.

La misma semana Elvira anuncio que habia un aparecido en el patio, pero no le prestamos atencion. Mimi

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