como la pequena para las personas, y a su alrededor la hiedra amenazaba con taparlas. Hice como que me quedaba admirando las plantas trepadoras, esperando oir algun ruido, algun movimiento en el interior, y volvi al coche. Lo habia dejado aparcado en la parte mas ancha que habia encontrado dos o tres calles mas arriba y que, ahora me daba cuenta, me podria servir de punto de vigilancia, puesto que la calle era de una sola direccion y obligatoriamente tendrian que salir por aqui.

Pero seria mas tarde o quiza manana. Se habian hecho las tres y media, hora de comer algo para tomarme las pastillas y echarme un rato, no queria despilfarrar mis pocas energias el primer dia.

Me costo trabajo aparcar por los alrededores del hotel y cuando lo logre eran mas o menos las cuatro y cuarto. Pedi en un bar que me hicieran una tortilla francesa y un zumo de naranja y para rematar me tome un cortado. El cafe era tan bueno como el de la manana. Sentia cierta euforia, estaba contento y llame a mi hija. La tranquilice, le dije que me encontraba mejor que nunca, que el cambio de aires me estaba viniendo bien, que me ensanchaba los pulmones. No le conte que mi amigo Salva habia muerto.

Le dije que ya habiamos localizado la casa de Chris-tensen y que enseguida empezariamos a vigilar. A mi hija no le gustaba nada oirme hablar asi, todo lo que le sonara a obsesion le hacia decir «?ya!», asi que cambie de tema y le dije que era un sitio perfecto para pasar unas vacaciones, con muchas colonias de gente mayor extranjera. Y anadi algo que sabia que le agradaria: aprovecharia para ir mirando casas en alquiler y en venta, casas blancas con porche y un pequeno jardin para retirarme a vivir aqui y para que ella viniera a pasar todo el tiempo que quisiera.

– ?Y con que dinero? -dijo ella, que era lo que decia cuando una idea empezaba a gustarle.

Quiza habia sido muy egoista con Raquel y lamentablemente continuaba siendolo con nuestra hija. No la dejaba respirar, no la dejaba olvidarse del mal. Se lo recordaba constantemente persiguiendo demonios. Ella siempre decia que no tenia tiempo de arreglar el mundo y que queria ser una persona normal, una persona a la que no le hubiese ocurrido lo que le ocurrio a su familia, que por lo menos tendria derecho a eso, ?o no?

Y yo me preguntaba si era justo que Karin y Fredrik viviesen rodeados de flores y de inocencia.

Al llegar a la habitacion del hotel, me tumbe en la cama vestido, me medio tape con la colcha y encendi la television. No queria dormirme pero me amodorre y cuando abri los ojos estaba anocheciendo y sentia el hormigueo del mando en la mano. Habia descansado y tambien me habia atontado y fui dando tumbos hasta el bano como si estuviera borracho. No me habia quitado las lentillas y me escocian los ojos. Saldria a dar una vuelta hasta el puerto para respirar aire fresco de primera mano. La carretera hasta el Tosalet estaba llena de curvas, por lo que no me hacia ninguna gracia coger el coche de noche, esperaria al dia siguiente con una gran sensacion de tiempo perdido. No estaba aqui de vacaciones, no tenia tiempo de vacaciones. Las vacaciones eran para los jovenes, para gente con toda la vida por delante, porque a mi me esperaba el largo descanso a la vuelta de la esquina.

Las bellas luces del puerto no significaban nada frente a las luces que se podrian estar encendiendo en el jardin de los Christensen. Esas luces tenian un sentido, eran senales que encajaban en mi mundo y que me guiaban hacia el infierno perdido. Camine arriba y abajo del Paseo Maritimo, donde aun seguia abierto el puesto en que habia comprado el sombrero, ideando un plan de accion. Por la manana desayunaria pronto y subiria al Tosalet. Esperaria hasta que Fredrik saliese y le seguiria. Tomaria nota de lo que hacia. En dos o tres dias tendria una idea de cuales eran sus habitos. Aunque se tratase de un oficial condecorado de las SS, maestro en escapar de pais en pais, en cambiar de casa, de ciudad, no podria escapar de la edad, y la edad esta hecha y sobrevive a base de costumbres.

Aun no estaba seguro de como utilizaria la informacion que recogiese pero sabia que acabaria usandola. Conocer las costumbres de alguien y las personas con las que se relaciona es como conocer las puertas y ventanas de una casa, uno acaba viendo la forma de entrar. Porque, vamos a ver, ?que iba a hacer cuando verificase la autentica identidad de Fredrik? ?Capturarle y llevarle ante un tribunal acusandole de crimenes horribles, impensables en un ser humano? Ese tiempo habia pasado, ya no se juzgaba a nazis ancianos. Como mucho, se esperaba que muriesen y que con ellos muriese el problema de tener que extraditarlos, juzgarlos, encarcelarlos y remover una vez mas tanta mierda negra y apestosa.

Y pense, contemplando las estrellas, que aunque viejos y en las ultimas aqui estabamos todavia Fredrik y yo, y que podiamos levantar la cabeza y admirar su hermosa luz.

Y pense que aun se podria conseguir que a ese cerdo le temblaran las piernas y que yo pudiera morirme con la conciencia tranquila por el deber cumplido. Ya se que Raquel me preguntaria que a quien queria enganar, diria que lo hacia por puro placer y satisfaccion mios, y puede que tuviese razon, pero que mas daba el nombre que se le diese a lo que yo sentia.

2 La chica del pelo rojo

Sandra

Asi, la playa era muy comoda. Fredrik de vez en cuando nos traia un helado, un refresco, la sombra de sus anchos y huesudos hombros caia sobre nosotras. A Karin le gustaba hablar de Noruega, de la casa tan bonita que tenian en un fiordo y que en tiempos fue una granja. Ya no iban alli por el clima, la humedad se les metia en los huesos. Pero echaba de menos la nieve, el aire puro de la nieve azulada. Karin no era esqueletica como su mando. Debia de haber sido delgada en su juventud y gorda en la madurez, ahora era una mezcla de ambas cosas, una mezcla deformada. Miraba con esa expresion tan dificil, entre amigable y desconfiada, que no se sabia que pensaba realmente. O mejor dicho, lo que decia debia de ser una milesima parte de lo que pensaba, como toda la gente de edad que ha vivido mucho para al final acabar disfrutando de las pequenas cosas. No era raro que Karin llevase en su cesta de paja alguna novela con un hombre y una mujer besandose en la portada. Le gustaban mucho las historias romanticas y a veces me contaba alguna que se desarrollaba entre el jefe y la secretaria o entre un profesor y la alumna o entre el medico y la enfermera o entre dos que se habian conocido en un bar. Ninguna se parecia a la mia con Santi.

Era muy agradable dejarme llevar. Paseaba por la orilla, de la sombrilla de la pareja de noruegos al saliente de piedras, y del saliente de piedras a la sombrilla. No volvi a vomitar, teniamos toda el agua fresca que queriamos en la nevera portatil, una nevera muy buena que no existia en el mercado espanol. Casi ninguna de las cosas que usaban eran de aqui, salvo los pareos de ella, comprados en algun tenderete de la playa.

Sobre todo, eran pacificos. Se movian despacio, no hablaban alto, no discutian casi, todo lo mas un cambio de pareceres. No tenian nada que ver con mis padres, que se ahogaban en un vaso de agua a la minima contrariedad. A mis padres ni siquiera les habia dicho que estaba embarazada, no me creia capaz de tener que soportar uno de sus dramas. Aprovechaban cualquier ocasion para salirse de madre, para enloquecerse. Quiza por eso me habia liado con Santi, simplemente porque tenia buen caracter y era paciente y armonioso. Y, sin embargo, ya ves, no habia funcionado. A la media hora de estar con Santi me invadia una insufrible sensacion de perdida de tiempo, y esa era una razon de peso para que no me imaginara con el dentro de uno o dos anos.

Los noruegos y yo ibamos juntos a la playa alguna manana que otra, por lo que tampoco me empachaban demasiado. Cuando me dejaban en casa a veces ni siquiera bajaban del coche. Me despedian desde las ventanillas y me dejaban en paz.

Julian

Queria tomar algo antes de regresar al hotel, siempre he tenido la idea de que en los hoteles comer algo es mas caro que en la calle. Rehui los restaurantes que me iba encontrando porque no queria pasarme dos horas cenando sin muchas ganas. Asi que entre en un bar y me pedi una racion de ensaladilla y un yogur, tambien una

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