agonia en la que las palabras habian sido sustituidas por gemidos y suspiros de dolor. Uno de ellos hizo una foto y Luis se volvio en un gesto violento.

– Vete a la mierda, hombre, ya esta bien, ?no te parece?

Cerro el acceso a la sala dando un portazo y volvio a abrazarse a su madre. Ella repetia llorando el nombre de su hijo muerto. Lo hacia en diminutivo, como queriendo regresar a una infancia de Antonio que ahora se alejaba a gran velocidad. Una mujer con uniforme verde se acerco a la senora Rodenas y le hizo unas preguntas burocraticas sobre el cadaver. Esta respondio en voz baja, como cuando al acostarse les contaba cuentos a Antonio y a el en los veranos de Vilassar.

– Beatriz, a mi me gustaria que la novela reflexionara sobre si misma, doblandose y desdoblandose en multiples miradas y perspectivas; me gustaria que algunos personajes la percibieran desde distintos angulos y realidades: un periodista podria criticar la misma novela que el lector tiene enfrente, un personaje estaria intentando crear a otro personaje que tal vez seria mas verosimil que el, un prologuista podria cobrar vida propia a traves de las notas a pie de pagina que le convierten progresivamente en un personaje mas de la novela. La propia obra se convertiria de esta forma en una monstruosa maquinaria de fagocitacion; todo podria estar dentro y fuera, el premio literario, la edicion, la publicacion, las criticas de prensa, las cartas que distintos personajes se escriben entre si, las numerosas conversaciones que se refieren a la novela que nadie y todos escriben. El texto seria asi un proceso abierto en el que todos los personajes filosofan sobre el artificio de la propia obra, explicitandolo y haciendolo evidente hasta lograr sugerir la presencia del autor, hasta oirle respirar, hasta verlo en la desdicha de su solitaria frustracion.

– A usted le interesaria hacer participe al lector de un proceso ludico.

– Si, ?te imaginas? «La primera novela juguete.» Ruedas y muelles que aparecen y desaparecen en el interior de una trama que nadie sabe que direccion finalmente tomara. Nosotros mismos podriamos ser, con nuestras conversaciones, personajes de la novela, que entrariamos y saldriamos de ella, que expondriamos nuestras dudas y nuestras decisiones, que perteneceriamos y no perteneceriamos al texto.

– El propio lector seria el verdadero protagonista de la novela, ?no?… usted podria escribir «la primera novela interactiva de la historia…». Por cierto, ?en que podria consistir una novela interactiva?

– Pues, por ejemplo, en lineas del tipo: «Hola, lector, ?estas ahi? Si estas ahi di 'si'. Lo has pensado pero no lo has dicho… Sigues sin decirlo. Bien, asi me gusta; ahora, tocate el menton… No, en serio, tocatelo. Si no te tocas el menton no interactuas y, por lo tanto, no puedes seguir leyendo esta novela (pasan cinco minutos). Lector, sigues sin tocarte el menton. ?Pero no te das cuenta de que si esta novela se consagra y se hace universal, si consigue horadar las durisimas barreras del tiempo, perteneceras al extenso linaje de lectores que se tocaron el menton, que interactuaron y celebraron el rito milenario que nos justificaria a todos? Lector, imaginate cuantos millones de hombres y mujeres y ninos (en los colegios seria sublime…) se hubieran tocado ya el menton si a Dante, en la Edad Media, se le hubiera ocurrido proponerte esta practica. ?Ya te has tocado el menton? Bien, asi me gusta. Ahora frunce el ceno… Y ahora imaginate que estas preso en una carcel de Marruecos, que acaban de detenerte hace unas horas con un kilo de hachis en el coche. Imaginate rodeado de muchos ojos de presos que hablan en arabe en la oscuridad (casi no entra la luz y la poca que entra desaparecera cuando llegue la noche) riendose de ti, de tu miedo, de tus ingenuos tiquismiquis con la comida que no has podido probar, de tu falta de familiaridad con el olor a mierda, de tu inutil mosqueo frente a la trama sexual que preparan contigo a mitad de la noche. Lector, ?sientes ya el canguelo en el estomago? ?Consigues situarte en ese infierno al cerrar los ojos? ?Presientes la mala leche del vigilante y el dolor en la espalda que podria ocasionarte con su famoso barrote de madera de cedro? Lector, haz un esfuerzo por estar alli, en la carcel de Marruecos, con el olor a mierda y la mirada y los cuchicheos de los presos, para los que tu vas a ser el exquisito manjar sonado desde hace anos. No, lector, seguro que no te estas esforzando lo suficiente para estar alli; consigue musica arabe y hazla sonar, embadurnate de mierda, date con un palo de cedro en la espalda hasta que percibas de verdad la mala leche del vigilante, siente las manos sucias y masculinas hurgandote en los bajos; ?las sientes?; ?notas ahora cuan lejos esta de ti, lector, en este preciso momento de realidad implacable, en este presente de tus ojos cerrados (bueno, no, no los cierres del todo porque de hacerlo dejarias de seguir las instrucciones que yo te estoy escribiendo en otro presente distinto al tuyo), en este presente que se multiplicara sin disminuir su horror durante tres anos y un dia? ?Te has dado cuenta ya de que aunque llores desconsoladamente durante horas, aunque asegures en tu frances macarronico (con ayuda de las manos) que tu abuelo fue embajador en Mexico o que el kilito de hachis era para consumo personal, se van a descojonar de ti? Lector, llora un poco para comprobarlo. Ves, es inutil, porque para que tu voz se filtre entre las jerarquias de la prision y llegue al cuerpo diplomatico, han de acontecer tal cumulo de…

– Senor Gilabert, no se lo tome usted mal, pero creo que para avanzar un poco, lo ideal seria que trazaramos un mapa que nos permitiera visualizar con cierta claridad a los personajes, que nos posibilitara definirlos, progresar…

– Desde luego, pero sin que ello nos limitase en la posibilidad de hacer bruscos cambios argumentales. No quiero pensar en unos personajes o en un argumento demasiado definidos, porque ello nos llevaria a algo excesivamente rigido y estatico. Prefiero pensar en multiples caracteres que, en realidad, sean el mismo, en varios argumentos que, en realidad, sean desdoblamientos de un unico argumento; es decir, que las formas de la trama superen la propia trama tanto en intensidad como en fuerza literaria, dejando en el lector un efecto de lucidez que le haga dudar de su propia condicion de realidad, que le cree una incertidumbre que le implique en la novela, transformandole en un personaje capaz de salir y entrar, de escribir y ser escrito, de tocarse el menton y fruncir el ceno…

– Usted quiere hacer una novela enteramente metaliteraria, una novela en la que la literatura este dentro de la literatura el maximo numero de veces.

– En efecto, que lleve los posibles desdoblamientos de la ficcion y la realidad hasta sus ultimas consecuencias. De hecho, inicialmente, yo habia pensado en un personaje que escribe sobre otro escritor, que escribe, a su vez, una obra sobre otro escritor. Como en diferentes estratos de realidad, cada uno de esos escritores podria tener una pequena historia y diferentes motivaciones que le impulsan a escribir pensando en otro escritor. Cada uno seria escrito por el escritor que le antecede, formando una cadena de escritores escritos por otros. El personaje que muriera o dejara de ser escrito daria fin a toda la cadena, porque el segundo dejaria de escribir al tercero y el tercero al cuarto y asi sucesivamente. [13]

– Seria como un cuadro que estuviera dentro de otro y de otro, hasta que solo vieramos los infinitos marcos que se pierden en un centro que terminaria siendo un punto apenas visible y conceptualmente infinito.

– El problema, Beatriz, es que es muy dificil escribir una novela con un argumento en el que se entrecruzan tantas realidades; ese tipo de idea es mas sugerible que realizable, es mas propicia para un relato breve, para un cuento.

– Bueno, de momento tenemos una historia que reproduce un poco la nuestra, la que tenemos usted y yo, porque la relacion que tiene Antonio con Teresa Galvez -ella ayudandole a plantear una novela a el- refleja un poco la nuestra. ?No?

– Desde luego, aunque nosotros no tenemos una relacion amorosa.

– No, senor Gilabert, eso esta claro… por cierto, ?que relacion tiene Antonio con la estudiante?

– Creo que podria ser algo clandestina. Podrian reunirse en el despacho de Antonio y dejarse notas en sus respectivos buzones de la facultad, creando nuevos textos que aparecerian como otros textos dentro del texto general de la novela y que, junto a las cartas, los graffitis que lee Antonio en los lavabos, las citas de Borges, las pequenas resenas de prensa y demas, crearian otros planos metaliterarios, otros textos que participarian en la intertextualidad general. Claro que la idea de que Teresa tuviera un buzon nos obligaria a elevarle el rango a profesora ayudante, porque una simple estudiante de doctorado no tendria un buzon con su nombre en una facultad.

– ?Como ve usted a Silvia, la mujer de Antonio?

– Bueno, Silvia tiene una mentalidad de pija. De pija que ha estudiado piano durante anos en el salon de su casa sin pasar de primer curso, sin pasar de tocar el piano en las propias clases de piano, frente a resignadas profesoras que escuchan la misma pieza cada semana sin ninguna mejoria. Creo que las pijas de

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