vicisitudes tendra su destino, que relacion se establecera entre Gilabert -ese personaje que se llama como yo sin ser yo- y los otros personajes de la obra, cual sera el estilo que logre imponerse sobre los demas, etcetera. Despues de un ano, el proyecto esta acabado y perfilado hasta en sus mas minimos detalles. Con la ayuda de Teresa Galvez, Antonio ha logrado escribir cientos de paginas que configuran la futura novela, caracterizan su caprichosa oscilacion, describen las distintas tramas y subtramas y agotan un numero considerable de finales descartados: Gilabert muriendo en un accidente de coche, Gilabert saludando animosamente en una playa de Rio, Gilabert tocando el violin con sus nietos, Gilabert disfrazado de Borges en el lavabo de un prostibulo, Gilabert cantando borracho sobre unos esquis en Montserrat, Gilabert golpeando y rompiendo con la cabeza un espejo que de tan sucio no le duplica, Gilabert sonando que es capaz de concluir su novela y despertandose en el capitulo sexto, Gilabert conociendo personalmente a Lopez y desapareciendo fulminado por un rayo… Gilabert tocandose los cojones. [10]

Por fin, todo esta ya listo y calculado y nada parece el resultado de la improvisacion. Solo falta algo fundamental: escribir la novela. Pero el tiempo pasa y Lopez apenas consigue alumbrar fatigosamente unas debiles paginas. Harta ya de tan sospechosa postergacion, Teresa Galvez urde un plan: sin que Antonio se entere buscara un titulo cualquiera y presentara a un certamen literario el «proyecto» de novela como si ya fuera una novela. Toda esa absurda multiplicacion de farragos verbales, todas esas disparatadas ideas sin sentido ni conexion, pasan, por el capricho de la maquiavelica estudiante, a convertirse en una novela. Antonio, que asistira con su mujer a la cena del certamen, morira del infarto que le produce escuchar el nombre del ganador; es decir, el suyo. De esta forma rigurosamente extrana, al leer la «novela» ganadora -que dadas las luctuosas circunstancias que rodearon la noche del premio se convertira en un morboso best seller-, Silvia descubre la existencia de la estudiante y amante de su marido.

– Me conto tambien algo de un hermano de Antonio que trabaja en un banco en Valencia.

– Si, Luis se queda muy impresionado tras leer la novela (o proyecto de novela) de su hermano y descubrir facetas insospechadas en el. En el texto, a Luis le parece descubrir a un nuevo hermano, a una nueva persona cuyos sentimientos e ideas son un mensaje del que lentamente se convierte en destinatario. Esa lectura obsesiva de la novela de Antonio transformara mucho a Luis, que abandonara el banco y dejara de ser el ejecutivo de traje y corbata que habia sido hasta entonces. Para intentar la busqueda de una explicacion que de sentido a su vida, Luis decide trasladarse a vivir a Barcelona, donde comienza la enloquecedora tarea de leer, releer e interpretar las paginas que Antonio dejo escritas. La resolucion del argumento no es mas que la historia de una suplantacion entre hermanos: Luis termina trabajando con Teresa en un nuevo texto literario que resulta ser la continuacion de la novela anterior. Algo parecido al amor ira naciendo entre ellos.

– En torno a este argumento basico, me dijo usted que su intencion era la de articular un juego literario que llegase a ofrecer tramas y subtramas alternativas, dejando siempre abierta la significacion ultima que pueda darle el lector.

– En efecto, me gustaria que fuera posible hacer participar al lector en las propias reflexiones que al autor le llevan a definir sus personajes; a tantear y a decidir entre diferentes opciones, a deducir que cada alternativa no anulara la existencia de las otras, a entender que la novela sera un abanico sin fin que se abre en otros abanicos posibles.

– Se produciria asi una simetria ludica entre su protagonista y usted: Lopez es el protagonista de la novela que usted escribe y usted es el protagonista de ficcion de la novela que escribe Lopez; los dos se escriben mutuamente como protagonistas de sus respectivas novelas.

– Si, pero ya he dicho que el hecho de que el protagonista de la novela de Lopez se llame como yo, no implica que sea como yo; porque, si esa equivalencia se produjera, mi novela seria autobiografica y ello, tanto mi pudor natural como mi timidez, no me lo permitirian.

– Entonces tendra que inventarse un personaje que, llamandose como usted, sea distinto a usted.

– En realidad, Lopez lo intenta con desesperacion; todo el dia se esfuerza en trazar ese rostro; su vida casi depende de dar forma a ese personaje, de conferirle un alma que lo haga creible. Ademas disfruta de un ano sabatico que podria ser trascendental para su vida; un ano sabatico que Antonio solicito a la universidad despues de sufrir un colapso psicologico que le impedia dar las clases. El esta convencido de que escribir una buena novela le convertira en un hombre de exito, posibilitandole abandonar las clases que tanto le abruman.

– Pero ?consigue progresar Lopez en su novela, consigue definir y tramar una historia para su personaje, o todo se queda en el simple delirio circular al que le somete su febril y esteril imaginacion?

– A duras penas, porque nunca llega a encontrar una estructura narrativa capaz de articular, con minima coherencia, la inevitable dispersion de sus pensamientos; una estructura narrativa que le lleve a la definicion de su personaje. Por ello, las supuestas reflexiones que escribe para acercarse a la novela, no dejan de ser una empanada mental, un aleatorio mosaico de sentimientos y anecdotas que nunca adquiriran demasiado sentido.

– ?En que consiste esa tendencia dispersiva de Lopez?

– En creerse capaz de escribir una novela tan extraordinaria, imaginativa y compleja, tan universal, enrevesada y sorprendente, que la epopeya del protagonista coincida finalmente con la del heroico lector que consiga recorrerla sin desfallecer.

– Me esta usted hablando de un verdadero delirio.

– Asi es. De hecho, Lopez se trastorno hace algunos anos al tener que terminar su tesis doctoral a plazo fijo; ya sabes, esas deadlines que la administracion impone a los doctorandos que se resisten a crecer… Entonces se encerro con los personajes de Borges (especialmente con Funes, Hladik y Dalhmann) y creo un mundo propio del que, obviamente, ya no conseguiria salir. Es decir, que el muy imbecil se paso seis meses con una fecha limite marcada en rojo en el calendario. No te parezca extrano; sin ir mas lejos, mi sobrinita Cuca invirtio diez anos en terminar su master de enfermeria. Pero dejame volver a Lopez: el muy infeliz apenas comia, ni paseaba, ni hablaba. Se imagino miles de veces frente al implacable tribunal, profiriendo un monologo indeciso sobre el simbolo del laberinto y las manchas del tigre. Sentia entonces en su piel la recriminacion severa de los profesores, el escandalo de convocarles para eso… (Para un acto ritual en el que un candidato alterado, realmente un enfermo, se somete a las humillaciones publicas de un grupo de supuestas eminencias de indiscutible caracter sadico.) Antonio se paso esos seis ultimos meses tomando anfetaminas para no dormir y, cuando caia rendido, sonaba invariablemente que se encontraba desnudo frente a los cinco expectantes catedraticos, y que su madre se esforzaba en hacerle llegar una manta y una taza de cafe con leche desde la ventana de un aula tan gelida como inhospita.

Llovia ahora con intensidad y el ritmo acompasado del limpiaparabrisas sonaba, en su mecanica oscilacion, como un metronomo que dividiera el tiempo en perfectas partes iguales. Las mismas lineas paralelas, las mismas simetrias prolongadas hasta perderse en la luz blanca de los faros, agravaban de algun modo los sentimientos de opresion y soledad. Prendio un cigarrillo que castigo todavia mas sus ojos danados por el sueno y el llanto. No podia creer la noticia de que Antonio hubiera fallecido. Como cada viernes, habia salido de copas hasta muy tarde y al volver se habia encontrado las tres insistentes llamadas de Victor en el contestador. Repetian casi con las mismas palabras el mismo mensaje: «Luis, soy Victor, llamame inmediatamente a casa aunque llegues tarde; tengo que darte una mala noticia». Cuando le llamo, Victor le dijo que Antonio habia fallecido -de lo que parecia un ataque al corazon- justo despues de habersele concedido el premio Gracian de novela. Luis habia notado un vuelco en el estomago y las piernas le flaquearon obligandole a sentarse. Lloro y sintio la necesidad de abrazar a alguien que no encontro. Victor le habia dicho que su madre y Silvia estaban en el Hospital Clinico; que la pobre senora estaba destrozada y que le habian tenido que suministrar un potente sedante.

Todavia llevaba en la sangre el alcohol de los bares nocturnos de Valencia, y el sabor del cafe que se habia tomado antes de salir le subia a la boca en una amargura espesa y sin limites. Queria abandonar esa noche. Por un momento le parecio que conducia en el interior de una pesadilla, pero la conciencia de una realidad enteramente fisica le repetia, con la misma insistencia de la lluvia en la chapa del coche, que ya nunca podria despertar, que ya nunca mas volveria a sentir la vida junto a su hermano. Puso la radio en el momento en que emitian las senales horarias del boletin informativo de las cuatro de la madrugada. La primera noticia hablaba de Antonio. Escucho perplejo el tono y la voz del locutor de siempre; le parecia increible que estuviera hablando de el

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