para el corazon. Por eso yo no debo abusar.
Sin dejar de escucharle, pero siguiendo el ritmo de la musica con un movimiento que implicaba a todo su cuerpo, Sandra se levanto y comenzo a desvestirse y a llevarle hacia la habitacion, tirandole levemente de la corbata como a un perrito al que se le conduce a hacer pipi. Al llegar a la cama, ella retiro la colcha de seda haciendola inflarse y volar hacia el suelo. Luego siguio desvistiendose sin que su cuerpo cimbreante perdiera un solo contrapunto del ritmo musical.
– Espera -dijo el, en un tono que queria imponer una cierta autoridad-, no te quites todavia el sosten ni las bragas.
Cumplio la orden con docil sumision y siguio bailando mientras Gilabert no dejaba de parlotear ni por un instante de su novela.
– He pensado que podriamos ir al Caribe tu y yo -dijo, aflojandose la corbata con lentitud-, asi podriamos tomar notas de detalles para que alguna de las parejas pudiera fugarse en romantica peregrinacion…
– Claro, podrian ser Antonio y Teresa, o Luis y Silvia.
Le dijo que tambien se dejara puestos los pendientes. Luego se tendio en la cama y ella hizo lo mismo. Ahora ya estaba como se la habia imaginado la noche anterior: reclinada sobre su pecho, luciendo el regalo entre la melena negra, acariciandole y mirandole con sus ojos fulgurantes.
– ?Cuando nos vamos?
– ?Adonde?
– Al Caribe.
– Ah, ?pero lo dices en serio?
– Si, claro.
– Es que como todo el rato hablas de cosas que solo pasan en la novela, y como dices que hay un personaje que se llama como tu y que me vas a meter a mi tambien, me hago un lio.
– En este caso me refiero a nosotros, a las personas de carne y hueso que somos nosotros. Si me dices que si, manana mismo llamare a mi agencia de viajes y reservare los billetes.
– Hombre, asi, de repente… Pero bueno, si, me encantaria; podriamos ir a Puerto Rico, asi veria a mi familia; ya hace tres anos que no los veo.
– Me parece muy bien, nos podemos ir la semana que viene.
– ?Y que le diras a tu mujer?
– Pues nada, que me han invitado a un congreso de editores en Puerto Rico y que tengo que ir.
Gilabert se incorporo y quedo sentado en la cama. Se dio cuenta de que no tenia ganas de seguir ahora hacia el acto sexual; de repente, a la sucesion de imagenes que le habia producido la mulata en el Caribe se habian agregado el informe de Flores y la fiebre de su nieta, formando una espesa nube que derivaba hacia la angustia y la ansiedad. Cerro los ojos y apoyo la frente sobre su mano derecha, como restableciendose de un gran esfuerzo intelectual.
– ?Que te pasa? -dijo ella, al notar su intranquilidad.
– Estoy muy cansado; esta noche me la he pasado escribiendo y pensando.
Desde el salon comenzo a sonar el pitido agudo del telefono movil y Gilabert, en calzoncillos, se apresuro a responder.
– Gustavo, soy yo, la nina tiene casi cuarenta de fiebre. He llamado al medico, a Palacios, y me ha dicho que la lleve a la consulta porque no puede venir; dice que alli la podran ver con aparatos. Me tendrias que acompanar.
– Bueno, pues termino en diez minutos la reunion y voy para alla…
Al colgar, maldijo esta moda que han impuesto los medicos actuales de no visitar a domicilio a sus pacientes. Luego, mientras se vestia a toda velocidad, le explico la urgencia y le dijo que la llamaria con los billetes cerrados para el viaje. Sandra, ademas del de Gilabert, solo tenia otros pocos compromisos semanales, con lo que llamando por telefono los podria cancelar y dejar para mas adelante.
– Me parece un sueno que vayamos juntos a Puerto Rico. Te llevare a la casa donde naci y al colegio donde fui de pequenita; te ensenare las mejores playas y te presentare a mis hermanas y a mis padres, te gustaran.
– Yo habia pensado que saliese con alguien, pero sin demasiada conviccion; es decir, que Antonio la sedujera realmente y que ella se viera atraida hasta dejar al otro por el.
– Lo pensara muchas veces pero no terminara de decidirse. Esta permanente indecision llegara a exasperar a Teresa, que le presionara para que se comprometa mas, para que de el paso de separarse de Silvia. Tambien le sugerira hacer un viaje, un viaje que les permitiera convivir unos dias juntos fuera de Barcelona, pero el, muy paranoico, no se atrevera, temiendo que las sospechas de Silvia o una prueba definitiva acelerasen su separacion y le obligasen a cambiar demasiado bruscamente de vida. Esta permanente sensacion de ser espiado por Silvia, le introducira en una angustia que terminara en impotencia sexual.
– Si, la somete asi a una reclusion que la lleva a cuestionarse su relacion con el, a pensar incluso en dejarle. Pero ella esta enamorada y eso la retiene dia tras dia, tarde tras tarde, aguantando sumisamente sus miedos, sus irrealidades, sus imaginaciones absurdas, su fracaso; hasta cimentar un resentimiento contra la situacion, contra ese desequilibrio que la mantiene bloqueada y anonima. Por eso, de forma un tanto inconsciente, cuando ella le robe el disco del ordenador con el diario, cuando ella lo presente al premio y lo titule a su antojo, se estara rebelando, se estara lanzando a publicar su relacion a los cuatro vientos, a explicarla, a contarla.
– Es un morbo anadido con el que ella puede fantasear.
– Si, Teresa deberia ser el personaje mas perverso de la novela. Creo que incluso podria entender la relacion con Antonio como un reto maquiavelico cuya finalidad consistiria en destruir su matrimonio con Silvia; un reto que equivaliese a su afirmacion como mujer, a demostrarse a si misma su capacidad de seduccion, de manipulacion, de juego.
– ?Por que no? Ademas, podria ser un proceso posterior o paralelo al amor, un proceso que se va generando a partir de la insatisfaccion que le supone estar relacionada con un paranoico.
– Ella solo le da algunas ideas sueltas e inconexas que matizan (en la medida que podamos hablar de matices en este personaje carente de ellos) el caracter de Gilabert; ideas que Antonio incorpora en sus notas, en su diario; pero, en realidad, su verdadera participacion consiste en leer el diario sin que Antonio se entere; es decir, en leerlo de una forma diferente: ella se da cuenta de que ese texto puede ya constituir una novela y lo presenta al premio como tal. Ese simple hecho la convierte en coautora, y no de una forma tan inocente, porque ella esta sumergida en las mascaras de Borges, en los heteronimos de Pessoa, en «Pierre Menard, autor del Quijote», y sabe que es el lector el que crea la obra, que no es la misma Biblia la que lee san Agustin y la que lee Marx. Por eso tambien, cuando presenta el texto al premio de novela, esta jugando a un juego que conoce. Al final, incluso, se puede sugerir que ella va a manipular a Antonio, creandole crecientes paranoias, fabricando sadicamente su enfermedad, aduenandose de su vida… y, en cierta medida, hasta de su muerte. Ella podria simular ser su mejor confidente, su unico apoyo, solo para poder destruir asi la poca estabilidad que Antonio conservaba.
El tiempo que esta transcurriendo ha comenzado a desdibujar su cara. Recuerdo la sensacion que me produce su sonrisa, pero ya no soy capaz de retener el color preciso de sus labios, el tono oscuro de sus ojos cuando se achinan hacia la periferia de su cara, el momento hipnotico en el que su sonrisa parece preludiar el