cabeza, salio no obstante con la lucidez muy desenfocada, y paso una mala racha de desvarios. Durante un tiempo, se metio a conferenciante de temas abstrusos y divagatorios bajo el nombre de El Que Fue Y Ya No Es, que es el nombre artistico mas estrambotico que uno haya oido, aun habiendo oido ya casi de todo. (Me acuerdo, no se, de aquel fakir checo que se hacia llamar Sueno de Punta. O de aquella mujer-bala de un circo ruso que se anunciaba como La Mosca Moscovita. O de aquella cantante sicaliptica, natural de una aldea cercana a Estoril, que era conocida en la noche de Atenas como Esmeralda de Indochina.) Embauco, estafo, timo, chantajeo, intimido y engano cuanto pudo a quienes pudo. Conocio la carcel y la intemperie. Recorrio buena parte del mundo y buena parte de su calvario. Y asi hasta que se fue a vivir a Barcelona, donde una dama de la edad de su madre, aficionada a los perros y al espiritismo, le dio cobijo a cambio de afecto y proteccion, y proteccion y afecto le dio Walter hasta que la dama murio del mal del almanaque, dejandole a mi primo varios perros, varios espiritus desnortados por la casa y la casa misma, aparte de algunas pequenas propiedades agricolas y un manojo de joyas, y de eso tira.

Walter tiene la cara deformada por un chorreon de acido, cojea de una pierna y lleva tatuada en la espalda una enorme mariposa con atributos obscenos, regalo de unos facinerosos mexicanos que se tomaron su venganza con tinta y aguja. (Lo de la cara, por cierto, es resultado de un accidente que tuvo en casa de Ambroise van Cleft, el disipado restaurador de Amberes, al que, en un arrebato de insensatez y de furia, mi primo Walter le destrozo la casa y la cara, segun leemos con detalle en sus memorias.) (El origen de la cojera no lo se.)

El primo Walter, en resumen, fue aventurero y galan y hoy es ruina.

– Me dijo Corina que estabas aqui y he venido.

– Que de tiempo, Walter.

– Que de tiempo, Jacob.

Y salimos de los Billares Heredia, el cojeando y yo preguntandome que podia traerle por aqui.

A tia Corina le divierten las excentricidades de pensamiento del primo Walter y le distrae charlotear con el sobre filosofia y psicoanalisis, que son los temas obsesivos de mi pariente, aunque la verdad es que no pasa de ser un diletante, tendente al puro blablabla y a la distorsion teorica: «Para mi, Aristoteles tenia un defecto insalvable: que no era tan marica como Platon. Platon pensaba como un decorador de interiores, mientras que Aristoteles pensaba como un albanil. Y no se si me explico». (Y asi sucesivamente.)

Cenamos entre risas, motivadas por la desmesura verbal de Walter, y, a los postres, aun seguia preguntandome que marea le habia traido a nuestra orilla, ya que la posibilidad de una visita de cortesia quedaba descartada por completo: nadie hace una visita de cortesia a alguien despues de mas de diez anos sin tener la necesidad de realizar una visita de cortesia a ese alguien. La ultima vez que se dejo caer por aqui -hace mas de una decada, ya digo- se hospedo en casa durante una semana larga, porque mi padre le tenia simpatia y le abrio las puertas de par en par. Recuerdo que tio y sobrino salieron juntos una tarde y no volvieron hasta el mediodia siguiente, los dos molidos de cuerpo, pero con el espiritu entero y muy dichoso, hasta el punto de que mi padre estuvo riendose solo durante dias, recordando quien sabe que episodios de aquella excursion.

Acomodamos al primo Walter en la habitacion de huespedes y al rato salio de alli con una carpeta: «Te dejo estos papeles para que les eches un vistazo cuando puedas. Estoy ordenando el material para el segundo tomo de mis memorias. Ya me dices algo». Y seguimos charloteando durante un par de horas, porque tia Corina se reia con ganas de las ocurrencias del invitado imprevisto, y ver feliz a tia Corina compensa de todo. Incluso del primo Walter.

13

Los papeles walteristas.

El telefono suena.

Una revelacion en crudo.

Nos retiramos tarde a dormir. En la cama, me entretuve leyendo los papeles del primo Walter. Transcribo algunos fragmentos para que se hagan ustedes una idea de la condicion filosofica de nuestro huesped. Ahi van:

Los sexologos (ya sean titulados o televisivos) coinciden en senalar, a modo de advertencia severa, que la sexualidad no consiste exclusivamente en la penetracion. Bien. Hasta ahi de acuerdo: no podemos olvidar la lengua artistica, los latigazos en el culo, las bolas chinas electricas, el poder devorador de una boca, etcetera. En lo que lamento no estar de acuerdo con los sexologos es en la propaganda sesgada que les hacen a las caricias. ?Caricias? ?Lo que les hacemos a los perros y a los gatos? ?Caricias? Incluso acariciamos a un hamster muerto. ?Caricias? ?Las caricias son sexo? ?Venga ya! No estamos para tonterias, camaradas. El sexo no consiste exclusivamente en la penetracion. Por supuesto que no. El sexo es tambien otras muchas cosas: pellizcos que gangrenan la autoestima, lenguas ebrias, unas que escarban en las fronteras del dano, la apropiacion indebida de un alma ajena, el mal de ausencia que se traduce en un aullido nocturno, dientes que traspasan la barrera del dolor… Todo eso es tambien sexo, que duda cabe. Opciones de sexo. Sexo complementario. Pero, ?las caricias? No somos perros, ?verdad? No somos gatos, ?no es cierto? Sexo es terminar de practicar el sexo y plantearte al menos dos enigmas, a saber: 1) ?Me habre pasado un poco? y 2) ?Donde habra aprendido a hacer estas diabluras esta demonia trastornada? Y que luego te diga tu Conciencia: «Se te va a parar cualquier dia el corazon, payaso acrobatico». Y que tu Subconsciente te susurre: «Ju ju chunda chunda traca toma». (Porque el Subconsciente, como es bien sabido, se expresa a traves de formulaciones mas o menos onomatopeyicas.)

Y ahi va otro fragmento, que no le hizo bien a mi animo, por ser mi animo sensible a las razones amargas que se exponian en el:

Lamento decirlo, pero todo esta impregnado de la esencia venenosa del Tiempo: desde la piedra inerte que le arrojamos a un perro para que juegue (todos los perros son ludopatas) hasta nuestra nariz. Todo. Y la esencia del Tiempo es muy misteriosa. Y es muy misteriosa por una razon muy sencilla: porque el Tiempo es intemporal. Ese es su truco. Pero, a pesar de ser intemporal, el Tiempo le otorga a todo un aire de fugacidad melancolica. Ahi radica el misterio: el es intemporal, pero esta empenado en que todo sea fugitivo. -El Tiempo, mala gente.

El Tiempo te echa el guante -me refiero, claro esta, a su guante con puas- cuando cumples cuarenta anos, que son los que cumpli precisamente ayer, sin ir mas lejos, o sea. A partir de ahi, comienzas a tener una relacion muy conflictiva con tu cara, aunque no tanto por cuestiones cosmeticas como por cuestiones de tecnica teatral: tienes que aprender a sonreirle cada manana en el espejo a un desconocido. Tienes que aprender a dialogar con… ese. «Vamos, animo, superdotado, el mundo es tuyo.» Y ya no te lo crees, porque ya no te crees lo que ves: ese. Empiezas a ser mudo ante el espejo. No te apetece hablar con ese alienigena. Y esa falta de comunicacion te conduce a extremos muy curiosos: «?Y si me dejara el pelo largo?», te preguntas, en el caso de que aun tengas pelo. «Si, por que no», te respondes. Y te dejas crecer el pelo, y te crece, aunque con mucha lentitud, y entonces te das cuenta de que, con el pelo largo, tienes pinta de bruja cabreada o de vikingo malo. (Y a la peluqueria de cabeza, y nunca mejor dicho.) «?Y si me tinese las canas?» Y te las tines, como es logico, y entonces te das cuenta de que pareces un munecon, porque resulta mas llamativa tu falta de canas que las canas mismas. «?Y si me comprara otras gafas? ?Y si me tinera de rubio? ?Y si me dejase perilla? ?Y si me pusiera un pendiente?» (Oh, si, un pendiente: ahi tienes al Capitan Garfio, esforzado aspirante a Peter Pan.) Porque se trata de eso: de disfrazar al alienigena. Pero no puede ser. Hagas lo que hagas, pareceras el pedicuro yonki de los Rolling Stones. Asi que tienes dos opciones basicas: morirte de asco o morirte de risa. Ambas tienen sus ventajas y sus inconvenientes. Asi que tu sabras.

Dadas las circunstancias, me llamo la atencion el siguiente fragmento:

Los miembros de todas las familias se odian entre si con ese odio complice que se da entre los siameses: unidos por el costado, o por las orejas, o por el cerebro, o por un contrato matrimonial. (Los parientes, que extrana tribu.) De todas formas, sabes que fuera de la familia no hay nadie que te sienta como algo verdaderamente suyo, nadie que pueda quererte y odiarte a la vez con esa intensidad atavica. Fuera del ambito de la familia, las relaciones pueden resultar mas amables, mas racionales incluso, los golpes bajos menos ruines (en parte porque te duelen menos), y es que dentro de la familia no se razona con la razon -valga la redundancia-

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