leer y el detesta los libros. Desde el colegio me interesaban los ninos, sobre todo el problema de los ninos enfermos y delincuentes; y mi novio no podia soportarlos.

– Y abandonaste al nino para ponerte a estudiar psicologia infantil.

El sol habia vuelto a iluminar las mansardas de la orilla derecha. Las de la izquierda flotaban en una sombra morada.

– Ahora tengo derecho a pedirte que me cuentes tu vida.

– ?Hmmm! Eso seria largo de contar. Tu tienes veinte anos…?Veintidos?… Y yo ya cumpli veintisiete. Perdi mucho tiempo tratando de encontrar mi camino. Estudie derecho y ciencias politicas en mi tierra y vine con intencion de hacer una especialidad en Paris; pero yo no quiero ser abogado, sino escritor. Sere escritor aun cuando tenga que vencer muchas resistencias. Mi hermana, por ejemplo, que no es sino una nina de sociedad festejada por todo el mundo… La muy tonta acaba de romper su noviazgo con un excelente muchacho, hijo de nuestro embajador en Washington… Tu tienes sus mismos ojos: luminosos, de color violeta, al traves de los cuales veo bosques en el sur de Chile, ciudades que no conozco, caminos en los Andes, mares del sur que cabrillean al sol en una lejania dorada, un estrecho canal de Venecia donde el agua negra y aceitosa chapotea en la escalinata de marmol de un palacio viejo…

– No te burles de mi.

?La sorpresa que tendria mi hermana si me oyera hablar de ella! De sus ojos pequenitos, enrojecidos, abotargados, un poco miopes -usa lentes en la oficina- habia extraido yo aquellos ojazos inmensos y aterciopelados de Rose-Marie.

– ?Y tu hermana no quiere que seas escritor, no es eso? ?Y que dice tu mama?

– Ella murio hace muchos anos y apenas la recuerdo. Mi abuela es como mama. Es una de esas senoras educadas a la antigua, en un colegio de monjas, y vive entre sus amigos y los viejos amigos de papa hablando de cosas serias: de si en su tiempo el Presidente de la Republica se habia dejado manejar por los militares; de si el alza del dolar no le permitira venir este ano a Belgica, a visitar a una hermana que tiene en el convento…

– ?Mama estudio en Belgica en el Sagrado Corazon! ?A lo mejor conoce a tu tia monja!

– Sobre todo, a raiz de la muerte de papa, mi abuela se empena en que yo regrese a ponerme al frente de los negocios. La muerte sorprendio al pobre papa cuando se disponia a viajar a Nueva York, a una reunion de presidentes del Banco Mundial de Reconstruccion y Fomento… ?Has oido hablar de eso?… ?No sabes lo que es?… Fuera de este, mi padre nunca quiso aceptar ningun cargo y detestaba la politica. Preferia dar vuelta a caballo por sus cafetales, pasar temporadas con amigos, parientes, ninos, sirvientas, en la casa vieja que habia arreglado como para recibir un ejercito… Los jardines, con el rio que pasa por en medio golpeando las piedras: el jardin es francamente bonito. Y mi abuela cree que a mi van a ofrecerme todas las posiciones que papa no quiso nunca aceptar: candidaturas, ministerios, embajadas, senaturias… Si me voy de Paris en junio es solo para arreglar rapidamente mis cosas alla y regresar en Navidad a escribir. Me gustaria pasar la Navidad con una muchacha como tu, concretamente contigo…

El frio nos arrojo por fin de la orilla del agua. Al refugiarnos en un cafe del Quai des Orfevres, pedi dos tazas de te. Aquello me parecia de buen tono.

– Tu sabes que yo no puedo prescindir de mi taza de te. Se me pegaron ciertas costumbres inglesas que tenia papa…

Rose-Marie prefirio tomarse un cafe con leche. Yo tuve que beber mi taza de te y pedir repeticion aunque esa bebida insipida no me gusta y me hace sudar. Le conte el tema de mi nueva novela. No el de Cain y Abel, que me parecio vulgar y extrano en aquel ambiente, sino otro que se me ocurrio cuando a traves de los cristales veiamos desfilar por la calle una apretada columna de automoviles con los faros encendidos.

LA ISLA DEL CARIBE

– Cena en la casa de un personaje, seguida de un baile para presentar en sociedad a su hija menor. La ciudad es la capital de un pais sudamericano o centroamericano. En todo caso recuerda, por muchos aspectos, a cualquiera de los que componen nuestro continente. Es un pais tipico… ?me entiendes?… arquetipicamente hispano-americano. ?Quieres un Cinzano?… ?Por favor, un Cinzano v un whisky!… Ministros del despacho, antiguos embajadores, directores de periodicos, generales, banqueros, gerentes, millonarios, un obispo, senoras de sociedad, en fin, el Estado, la politica, la economia y la riqueza: la oligarquia para decirlo con una sola palabra. Se habla de un conato de revolucion, pero los ministros tranquilizan a todo el mundo y los generales sonrien displicentes. Rumores alarmantes circulaban aquella tarde en el club y se comenta una baja espectacular de los valores en la Bolsa. Dos o tres industriales acusan al gobierno de inmovilismo, al ejercito de debilidad ante las huelgas recientes y al congreso de falta de accion. Los negocios se paralizan. Las senoras intervienen para hablar de la insolencia de las sirvientas desde el establecimiento de las prestaciones sociales… No hago sino resumir.

– Vas a tener que leermelo un dia de estos. Podemos comer la semana entrante con un escritor chileno que es amigo mio.

La idea no es mala y podria resultar atractiva cinematograficamente. El dialogo subrayaria la personalidad de los invitados, ya implicita en su aspecto fisico. En cambio, en la novela, su descripcion fisica para fundamentar sus palabras, alargaria demasiado la escena y le restaria animacion…

– Un vago malestar planea sobre la mesa deslumbrante de blancura, cuyas copas refractan la luz de la enorme arana de cristal que cuelga del cielo raso. La duena de la casa agita la campanilla de plata. Su marido procura reavivar la conversacion y esboza un ataque al ministro de Hacienda, sentado frente a el, pero los nuevos impuestos han dejado de interesar. Para abreviar, me salto cincuenta paginas…

Tal vez lo mejor seria relatar la escena como la estoy viendo ahora, y dejar a cargo del lector su reconstruccion fisica. Le ayudaria con toques muy breves, por ejemplo: 'Su marido -un hombre gordo, rubicundo, que parpadea continuamente y agita los dedos de la mano derecha con un movimiento nervioso- le dice al ministro: A veces me pregunto, o les pregunto a mis colegas del Consejo de Administracion, si el Gobierno nos esta confundiendo con la gallina de los huevos de oro. El rostro del ministro, tan sombrio y triste de ordinario, se aclaro con una imperceptible sonrisa, etc.'

– Los criados, el cocinero, el jardinero, las sirvientas, los choferes de los invitados, de centenares de invitados jovenes que no han podido comenzar a bailar en el salon porque los musicos no llegan: toda esa gente subalterna ha desaparecido. Alguien se asoma a la calle por una ventana del salon y con el rostro descompuesto informa que se oyen disparos a lo lejos, del lado del Palacio presidencial. El general se levanta de la mesa precipitadamente, con la servilleta en la mano, seguido de los ministros, y corre al despacho, pero el telefono no tiene corriente. De pronto, se apaga la luz y solo los candelabros de la mesa alumbran una multitud aterrada, agitada, convulsa. No puedo detenerme a contarte como, ante las noticias cada vez mas alarmantes que difunde la Radio Nacional ocupada por los revolucionarios, los invitados resuelven abandonar la ciudad en los yates del Club Nautico del cual casi todos son socios…

Tendria que empezar a presentar en este momento la figura de un jefe, de alguien resuelto y animoso que impone silencio golpeando el vaso con una cucharilla, y esboza un plan de accion que todos, aterrados, aceptan sin poner objeciones.

– En el embarcadero de los yates, no habia un grumete para soltar un cabo, ni un maquinista para poner en marcha los motores, ni un piloto para empunar el timon. Vestidos de frac, pero en mangas de camisa, los jovenes ocupan rapida y eficazmente esas vacantes y la expedicion zarpa a la media noche con destino a la isla del club, mientras las llamas de un incendio lejano enrojecen el cielo de la ciudad.

Los ojos de Rose-Marie eran dos ascuas. Tanto para ella como para mi habian desaparecido los vasos de Cinzano, el bistrot, los muelles, el Sena, Paris, la noche.

– ?Sigue, sigue!

– Los oligarcas llegan a la isla, una bella isla tropical. A la orilla de una caleta rodeada de rocas se alinean unas cuantas construcciones de madera que los pescadores utilizan en sus excursiones. Seria largo contarte como esas gentes de mundo organizan su vida, construyen instalaciones sanitarias trasladando a tierra las de algunos yates, montan con un motor de barco una planta de alumbrado, levantan nuevos y mas comodos alojamientos, etc. Al cabo de tres anos la isla tiene una pequena ciudad, un muelle, un acueducto, y los robinsones han comenzado a entrar en contacto con los paises vecinos del continente. Truecan la pesca, los cocos, los huevos de tortuga, el carey, por los articulos que les hacen falta. Aquello ha comenzado a crecer. Las necesidades impuestas

Вы читаете El Buen Salvaje
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату