Mi amiguita, una de aquellas noches, se habia cansado de acariciarme la nuca con la una y ahora me mordia una oreja. Me cuchicheo al oido:

– Estoy cansada, vamonos…

Pero don Pepe estaba diciendo… (?Resultaria la anecdota que conto don Pepe con cholos peruanos que se ausentan de Lima, o con rotos chilenos que salen de Santiago a pasar una temporada en Vina del Mar?) Porque don Pepe decia:

– Hace unos dias lei en una revista en la dentisteria, donde me estan arreglando la caja de dientes, una historia maravillosa. Una estudiante americana, medio bohemia, se hizo amiga de dos 'clochards'. Los veia todos los dias en la placita de la Contrescarpe, cuando se dirigia a la Sorbona. Una vez les regalo una botella de vino, otra un paquete de cigarrillos, mas tarde una bufanda vieja. Los queria como a esas palomas del atrio de Notre- Dame, o a esos perritos que se ven pasar en la cubierta de una barcaza del Sena, al lado de unos trapos que se secan al sol. En el verano anterior sus padres la invitaron a pasar dos meses en la Costa Azul y la muchacha les pidio que le permitieran llevar a sus dos amigos de la plaza de la Contrescarpe. Los condujo primero a una casa de banos y con la promesa de dos botellas de vino logro que se banaran de la cabeza a los pies. Los metio en una barberia del barrio y finalmente en el Bon Marche les compro desde la boina hasta los zapatos. Cuando llegaron a Niza los instalo en una 'suite' del hotel donde se hospedaban sus padres. Desayunaban en la cama, comian en los mejores restaurantes, el alcalde de Niza les dio una fiesta, los fotografos los seguian a todas partes…

– Bueno, y ?que paso? -pregunto Nicole, poniendo los codos sobre la mesa y hundiendo la cabeza entre las manos. Estaba pendiente del labio de don Pepe, pegada al cual se agitaba convulsivamente una colilla apagada desde hacia mucho rato.

– Al cabo de ocho dias regresaron a Paris en el primer tren. A los 'clochards' y a mi nos hace falta Paris.

– ?Que idiotas! -exclamo Nicole.

Cada dia me convenzo mas de la imposibilidad de escribir una novela social hispanoamericana, quiero decir 'de sociedad', en un ambiente falsamente aristocratico que resulta insolito en aquellas tierras.

Toccata y Fuga sobre el mismo tema:

Me pregunto don Pepe quienes eran esos tipos con quienes me habia visto conversando.

– El gordo, moreno, de gafas oscuras, es un Embajador.

– No necesitas decirmelo. Por un reflejo condicionado pienso en el Principe de Taillerand.

– Esta tarde tengo que acompanarlo a hacer compras. Quiere unos vestidos para su senora, que llegara el mes entrante a reunirsele en un pais escandinavo. ?Es cierto, me pregunto, que en el verano las escandinavas se banan desnudas?

– Y ese tipo bajito, delgadito, con un colmillo de oro, ?quien era?

– El secretario general del Ministerio de Minas, delegado a una conferencia de transportes… en Ginebra. Cuando usted llego me estaba diciendo: Primero, yo no voy a perder dos meses en Ginebra cuando es la primera vez que vengo a Paris. Segundo: no entiendo nada de transportes porque soy un empleado del Ministerio de Minas. Tercero: no tengo instrucciones del Gobierno. Cuarto: llegue ayer a Paris pero la conferencia de transportes de Ginebra se clausuro hace ocho dias. El otro companero, joven y simpatico, es Consul en alguna ciudad de Italia donde no hay nada que hacer, por lo cual ha resuelto instalarse en Paris.

– ?Dices un Consul? Pienso en Napoleon Bonaparte.

?Ay! ?Quien supiera escribir! ?Nos tomamos un Ricard mientras llega aquel hombre?

Nota: Descubrimiento a traves de don Pepe de una America locuaz, esteril, oportunista, ingenua, rechinante con los millonarios argentinos, elegante con las chilenas que se vestian en las casas de modas de la Avenue Montaigne, pedante y galicada con los escritores colombianos, peruanos, bolivianos, centroamericanos, que dictaban conferencias en los salones de la Amerique Latine; y exotica con los mariachis mexicanos, los tanguistas portenos y los saxofonistas cubanos.

Pasada la segunda guerra -cuando Europa todavia tenia rotos los fundillos y vivia de la misericordia americana- centenares de hispanoamericanos ricos, o enriquecidos subitamente a la sombra de gobiernos inescrupulosos, vinieron a Paris. Su simbolo era el cabaret de 'La Nouvelle Eve', en la Place Pigalle: un almacigo de lindas francesitas que bailaban con los senos desnudos y se parecian a Chantal.

Me sigue intrigando la idea de por que es teoricamente imposible una novela de sociedad hispanoamericana. Todas las que conozco con esas pretensiones son cursis. En Europa las hay que se desarrollan en un medio aristocratico (Tolstoi); o profundamente burgues (Balzac); o en un medio aristocratico que se aburguesa (Proust); o pequeno-burguesas (Dostoiewsky); o proletarias y populares (Gorki). En Hispanoamerica el unico tipo de novela teorica y practicamente factible es la popular, con personajes extraidos de la masa anonima, del campo, de la tierra… ?Por que? Mi novela de Cain y Abel era posible por ser popular; la de La Isla del Caribe es imposible por pretender pintar un falso mundo aristocratico.

La America de los hispanoamericanos se ensombrecio subitamente, se resquebrajo en mil pedazos, se convulsiono, se desperto cualquier dia para encontrar que era muy diferente de como se habia acostado la vispera. Los dictadores huyeron uno a uno dejando pueblos empobrecidos y exasperados; estallaron revoluciones y golpes de Estado; aqui y alla surgieron dictadores o juntas militares, etc. Los precios de las materias primas se desplomaron en el mundo entero e Hispanoamerica comenzo a zozobrar en un oceano de papel moneda. Los hispanoamericanos huyeron de Paris y 'La Nouvelle Eve' cerro sus puertas. Mi viejo amigo recuerda estas cosas con una colilla apagada pegada al labio superior.

– Se acabo el desfile militar y comenzaron a pasar funcionarios anonimos, burocratas insignificantes, politiqueros vulgares, gentes que hablaban por los codos y comian con los dedos. ?Cierto? ?No estoy diciendo tonterias? Como ves, el continente sigue desfilando por los Campos Eliseos…

– Y luego vienen las peregrinaciones que recorren diecisiete paises en quince dias, y los 'tours' a plazos, y los estudiantes con beca y el turismo multitudinario y anonimo…

En Hispanoamerica no es factible una novela de sociedad por no existir, como en Europa, sociedades estabilizadas, cristalizadas en estratos, aunque en un continuo proceso de evolucion hacia arriba. Hispanoamerica es un continente geologica y socialmente movedizo, volcanico, sismico, explosivo, donde nada tiene tiempo de estabilizarse, evolucionar e imponerse. El pueblo es elemental y fuera de el todo parece mentiroso y ficticio. Sin autenticidad del medio y de los personajes, no hay novela posible. Sin embargo, me esta entrando la tentacion de trabajar el tema de la versatilidad de Hispanoamerica vista desde Paris y en Paris, a traves de esa sociedad que vivio un momento como una hoguera de paja y luego se redujo a cenizas y a una columna de humo negro. ?Y por que no? Se me ocurre una idea… ?Por que no bautizarla 'El Rey Midas'?

Aquella manana tibia y dorada del final de la primavera no me habia levantado todavia y con los ojos semicerrados escuchaba el confuso parloteo de Nicole. Asomada a la ventana, con una horquilla entre los dientes, se cepillaba la espesa cabellera echada a perder por el agua oxigenada.

– Dentro de quince dias Paris se quedara vacio. Todo el mundo se ira a las playas o a las montanas. El cabaret cerrara hasta el primero de octubre… ?me estas oyendo?… ?Por que no me llevas a Biarritz o a Niza? Yo no me escaparia como los dos 'clochards' de ese anciano que es amigo tuyo.

Una nube pesada y gris se detuvo sobre la avenida, cuyos ruidos llegaban ahora proximos y distintos. Mi cuarto se oscurecio de pronto.

– ?Que asco! Va a comenzar a llover.

En ese momento sono el telefono. Era Rose-Marie. Su voz clara, cristalina, cantarina, distante… Sentada a los pies de la cama, Nicole tenia un rostro hermetico y sombrio. Se habia dado cuenta de que yo hablaba con una mujer.

– Te voy a dar una gran noticia. ?No adivinas? Papa y mama llegaron a Londres. Dentro de ocho dias estaran en Paris. Ya reserve para ellos y para mi un cuarto en el Hotel Jorge V. ?Estoy loca de felicidad! ?Te esperamos en la terraza de Fouquet's!

Cuando colgue el telefono y le conte rapidamente a Nicole lo que pasaba, alzo los hombros y exclamo filosoficamente:

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