club nocturno, pero lo hice mas por rutina, por si mas adelante alguna otra pista me llevaba a ellos, que con la intencion de considerarlos vias autonomas de investigacion. El resto, salvo una barra de labios de un raro tono ocre, que cogi como recuerdo de la tarde en que habia ido a verme al balneario con los labios pintados de aquel color, no suscito mi interes como tampoco habia suscitado el de la policia, que probablemente se habia llevado todo lo que merecia la pena. Al discurrir aquello, de repente recorde algo que habia estado en uno de aquellos bolsos y que bajo ningun concepto me interesaba que tuviera la policia: la carta de Pablo. Imaginaba que no contendria ningun dato excesivamente explicito, pero en aquel momento carecer de certeza al respecto era mas grave que cuando le habia devuelto la carta a Claudia sin leerla. Entre otras cosas, en aquella misiva se hablaba de mi, con un grado de precision acerca de mi identidad y de mi cometido que me inquietaba ignorar, si la policia la habia leido dos semanas antes.

Razone desesperadamente que no era posible, que Claudia, pese a todo, no habia podido ser tan negligente como para dejar que la carta cayera en manos de la policia; que si lo habia sido, Pablo habria tenido buen cuidado al escribirla, para no comprometerme. En cualquier caso, y por mas que me empenara, la primera suposicion era estupida y la segunda, indemostrable. En medio de mi nerviosismo, volvi a revolver donde ya habia revuelto, y una extrana inspiracion me hizo abrir el cajon donde Claudia guardaba su perfumada y virginal lenceria. Entonces algo se ilumino en mi memoria. Rapidamente, vacie el cajon. Probe con la una en las aristas del fondo y al ver que no surtia ningun efecto me fui a la cocina y volvi con un cuchillo. El tablero cedio facilmente, dejando al descubierto el doble fondo. Aquel era un truco de los viejos tiempos. Si era preciso escoger un cajon para un doble fondo, siempre uno lleno de bragas y sostenes. Asi el que registra se pierde en inexorables fantasias que le impiden profundizar en su trabajo. El truco lo habiamos compartido Pablo y yo y por alguna casualidad lo habia aprendido Claudia. Aquella complicidad imprevista venia a ser una contrasena, una prueba indeseada de que, a pesar de todo, aunque fuera de una forma furtiva e incompleta y yo me obstinara en negarlo, ella era de los nuestros.

Con la mente confundida por estos pensamientos, cogi la carta y los otros dos objetos que habia en el doble fondo. Uno era una fotografia en la que estabamos los tres, Pablo, Claudia y yo, veinte anos atras, cuando todo era multiple y difuso y ella aun dudaba entre ambos. El otro, un libro viejo y amarillento, con las cubiertas manoseadas y el titulo, Une saison en enfer, casi borrado. En la primera pagina se podia leer, escrita en la letra que yo habia tenido alguna vez, una escueta dedicatoria: Para Ophelie, la verdad que tal vez nos envuelve con sus angeles llorando. Me acorde bruscamente de lo que me habia contado Lucrecia, de lo que Claudia le habia dicho antes de volver a Madrid a encontrarnos a mi y a la muerte. Una temporada en el infierno. Venia de pasar una y queria buscar otra. Eso le habia dicho a su hermana, y le habia dejado suponer que el nuevo descenso, evocacion de viejos pecados, tenia que ver conmigo. Me creia capaz de jurar que aquella maniobra, haber guardado alli aquel libro para que yo diese con el, era una retorcida mistificacion, una broma cruel que ella celebraba desde su tumba, e incluso creia oir sus carcajadas espantosas, resonando en el craneo que habian empezado a pelar los gusanos. Y sin embargo me costo no llorar, aunque quiza no estaba triste por ella, sino por mi letra en aquella desvaida tinta azul, trazada por aquel otro que habia dejado de ser y que tambien habia amado a una Claudia distinta.

Descorazonado, ebrio de un rencor universal, que se remontaba por encima de Claudia hasta lo que no podria llamar mas que Dios o descendia bajo ella hasta lo que solo me cabe llamar yo, volvi a colocar el doble fondo, dejando debajo la fotografia y el libro, ordene con cuidado encima su ropa interior y regrese al salon con la carta en la mano. Alli me sente junto a una lampara de mesa, saque las cuartillas del sobre desgarrado y empece a leer:

Mi dulce y amadisimo veneno:

Imagino que en mi ansiada ausencia tu vida transcurrira en una continua plenitud de pasmosas delicias, que saborearas con esa singular sabiduria que siempre tuviste para el placer y tanto te falto para los otros asuntos relevantes de la existencia. Como sabia de tu incapacidad para el sacrificio, procure, antes de mi inevitable desaparicion, dejarte bien abastecida de los medios precisos para conseguir todas las golosinas de las que depende la felicidad de tu alma. Tu eres ahora el unico juez para concluir mi exito o mi fracaso, y yo ya no puedo enmendar nada. En esta carta solo puedo ofrecerte mis excusas en el caso de que algun deleite importante haya escapado a tu exquisito paladar. Hice cuanto supe y pude, como siempre cuando se trato de ti.

Me gustaria poder decirte algo del lugar donde estoy ahora. Como es la luz, como el silencio, de que forma te recuerdo y te amo, obligado por mi estupidez inmune a la muerte. Pero esta carta ha sido escrita antes de cruzar la puerta, y aunque en todo lo demas, lo que se refiere a ti, lo que se refiere a otros, pude situarme mas alla de ese momento de oprobio, no me ha sido posible hacer otro tanto con lo que se refiere a mi mismo. Deberas quedarte sin saberlo, lo que seguramente dolera a tu curiosidad, siempre aguzada, aunque se trate de seres que hace una eternidad que dejaron de interesarte, como yo. Cuando pienses en mi, recurre a alguna convencion verosimil. Pon que soy un humo que dibuja en la noche tu nombre. Pon que tengo veinte anos y te deseo con el corazon entero, como un perro joven y fuerte desea refugio en la tormenta.

Tampoco esperes que te cuente las razones de mi desaparicion. Viene a resultar indiferente cual de entre mis numerosos enemigos causo mi desgracia. Pudo ser el que fue y pudieron ser otros. La felicidad solo tiene un camino pero son infinitos los caminos del desastre. Desde dos anos antes del desenlace he cambiado de uno a otro aguardando pacientemente el dia en que alguno acabaria conmigo. Querras pensar al leer la frase anterior que he buscado lo que he conseguido, y aunque no sea mas que por un frio rechazo intelectual, puede que te horrorice la idea. No desperdicies conmigo tus reproches. Tambien te busque a ti, y si nada en la vida termino trayendome mas destruccion y desdicha, me arriesgo a apostar que en el lugar en que estoy ahora sigo buscandote, aunque tenga que tantear sin dedos y mirar sin ojos y olerte sin nariz. Hay seres que nacen para crear algo diferente de ellos mismos que aprovecha a otros, con lo que cosechan la admiracion y la gratitud de una, de dos o de cien generaciones. Siempre he creido que ese tipo de gente solo tiene una habilidad realmente insustituible: la de defenderse serenamente de si mismos. Los que carecemos de esa aptitud estamos condenados a no dejar nada detras de nosotros y a pasar la vida empenados en aniquilarnos. Al final, el hombre que va a hacer que me llenen el corazon de plomo no es algo sustancialmente diferente de ti; los dos sois, en esencia, instrumentos para cumplir mi destino. Y no sabria decir quien entre ambos se ha desempenado con mayor competencia, si dejamos aparte el detalle superficial de que gracias a el dare el salto. Porque, ?quien como tu, mi adorado veneno, me ha traido hasta el filo de este precipicio? No estoy inculpandote. No soy, ni el miedo a lo inminente, a lo que ya sera pasado cuando leas estas lineas, puede hacerme ser tan burdo.

Quien puede quejarse de haber tenido una bella e incuestionable manera de sufrir. Te estoy agradecido, porque sin ti me habria visto obligado a abrazar cualquier modelo inexacto. Hay cosas en la vida que quieren el azar y otras que prefieren regirse por nitidas pautas algebraicas. No es lo mismo una mujer para vivir que una mujer para morir. No es lo mismo cuando se tiene fe para esperar que cuando se aguarda con una oscura certidumbre. No, no me quejo. He tenido cuanto debia tener, me he acercado a la puerta con el corazon tremulo, pero sin que me temblara el cerebro, con la memoria cargada de instantes magnificos, de cuando fuiste dulce conmigo y eras hermosa, de cuando me traicionaste y tuve que morderme las manos para no decir que estabas todavia mas linda, tan manchada de verguenza y de los dedos dubitativos de mi hermano. Despues de todo, me disteis mas que me quitasteis.

En realidad, es mejor que no sepas demasiado de lo que me estuvo envolviendo en los ultimos tiempos. Esa fue mi politica en vida y no pienso quebrantarla ahora mediante esta carta. Las probabilidades de que te busquen disminuiran en la medida en que sea menor la informacion que de ti puedan conseguir. Sin embargo, no debo ocultarte que existen otras posibilidades de que seas perseguida que de ningun modo me ha sido posible eliminar; siempre hay imbeciles que tienen una tosca idea de la venganza, y otros que no se enteran demasiado bien de lo que ha ocurrido e intentan averiguarlo a deshora y atropelladamente. Como te adverti muchas veces cuando solo podias creer que se trataba de divagaciones de borracho, los meses inmediatos a mi desaparicion habran sido mas o menos seguros. Todos habran estado midiendose cuidadosamente los pasos y nadie debe de haberse acordado de ti. Pero ahora que recibes esta carta las cosas han cambiado y tu no estas a salvo. Quien te la ha hecho llegar dispone de informacion fiable acerca de esos dos extremos. Tambien podra decirte que te queda un pequeno espacio para irte y te indicara la manera de hacerlo y varios lugares apropiados entre los que puedes elegir. Naturalmente, carezco de argumentos para persuadirte de que aceptes mi aviso y las instrucciones que te daran con el. Como siempre, haz tu voluntad, pero no quiero que pueda acusarseme de que no te hice saber a que te estabas exponiendo. Si te localizan puedes estar convencida de una cosa: se daran mas o menos prisa, buscaran la ocasion o iran por ti en el mismo momento en que te encuentren, trataran de extorsionarte o no, lograras esquivarlos momentaneamente o no lograras sacudirtelos de encima; en cualquier caso el final sera el

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