ninguna novedad si me refiero al gran numero de discipulos que le han salido a Umbral: los que repiten su vocabulario cheli o sus trucos sintacticos sin la sustancia que los anima.
Umbral fue uno de tantos espanoles atraidos a la Corte por el centralismo cultural. La diferencia entre los asentados en la capital y los que vienen de provincias se reduce a una y muy importante cosa: aquellos tienen casa, o sea, que estan generalmente a cubierto de ciertas intemperies; pero, por lo demas, unos y otros trepan por la misma empinada cuesta y padecen de identicos sudores. Es un camino de naufragios, es como ese maraton de siete mil corredores de los que solo llegaron veinte, y aun me parecen muchos. De los que van quedando atras, unos recaen en los carriles muertos, y otros se acomodan a lo que alcancen, plaza modesta, modus vivendi con ejercicio de la pluma, y dejan a los demas correr, entre envidiosos y tranquilos: como que pueden ejercitar la envidia con toda tranquilidad para el resto de sus vidas. Suelen evolucionar no obstante hacia el saco de bilis con las que amargan las escasas aguas potables del trayecto, y a los que habran de escuchar, hasta el final de su vida, los triunfadores. Pero, y hecha excepcion de estos frustrados y de su interminable cantinela (en prosa y en verso, en libro y en periodico), los que alcanzan el final, ?viven realmente su triunfo? ?O no es en esa meta apetecida en donde sobrevienen las mayores decepciones? Uno de los espejismos de quienes corren, uno de los senuelos, como mas tarde se llega a ver, es el brillo de ese mundo superior que les fascina, ese gran mundo resplandeciente del que a veces Umbral se convierte en cronista mas o menos acido o zumbon. Visto de lejos, todo el es rayos de sol y estrellas de luz propia; cuando se le transita con el derecho innato de los campeones, o se es un poco tonto, o se advierte en seguida que el sol y las estrellas no pasan de lamparillas inducidas. Que esto venga aconteciendo desde antiguo, y ahi estan para mostrarlo algunas novelas, no quiere decir que sus protagonistas hayan sido siempre asi. Al mundo de Balzac se le podia acusar de inmoral, y lo era, pero mostraba otras cualidades, apreciables, igual que el de Julian Sorel. A Proust no le importo gran cosa la inmoralidad, fuese el mundo de Swan, fuese el de Guermantes, pero andaba por el como quien dice a la busca de los verdaderamente distinguidos, para discriminarlos de quienes no lo fueran: perito burgues en cualidades excelsas. El mundo de Paco Umbral ha decaido bastante en su antigua eminencia: habria que averiguar el
De modo que resulta nada menos que nuestro personaje, viniendo de Valladolid, donde habia tocado de cerca algo tan verdadero como la obra y la persona de su maestro Delibes, llego a la Corte creyendola de cal y canto y hallo que no pasaba de carton piedra, e improvisadas gentes, sin ton ni son profundo, sus cortesanos.
Cuando no sucede esto, el escritor se convierte en los Hermanos Quintero (caso de tener talento, por supuesto); en quien ve el mundo de rositas y por eso lo alaba. Pero el de ahora trae los ojos abiertos, o se los abren en seguida, y, como decia al principio, o sale critico, o burlon, o sonador e inventor de mundos inexistentes. El Umbral de la pluma que hiere ya queda, pues, explicado con esta rapida mencion del desencanto. Pero cuando se ha amado y esperado, a nadie puede satisfacer el ejercicio en exclusiva de la acusacion, y de esa insatisfaccion viene este otro Umbral, especie de renacido, que traia en su bagaje admiraciones y que desea, quiza secretamente, seguir ejercitandolas: este libro acerca de Ramon se me antoja muestra y prueba a la vez de un corazon generoso, ?tan escaso, ay, entre nosotros! Porque, aqui, cuando un escritor estudia a otro o trata de el de alguna manera, solemos preguntarnos ante todo que contra quien lo hace. Pues yo desafio al lector a que encuentre en estas paginas un destinatario innominado y aludido al que se pretendia lastimar. El texto es mero estudio y comentario, es opinion e idea, jamas diatriba. Toma el caso de un gran artista al que el ir y venir de las modas no recuerda con suficiencia, ya que no con justicia, y lo saca a la luz, como quien dice. No con talante de critico profesional, aqui estoy yo para poner el mingo, menos aun de tecnico o profesor, sino desde su particular situacion, que es tambien la de escritor, en algun modo la de sucesor o secuaz. Ramon ha sido como un tesoro oculto del que se beneficiaron clandestinamente los que estaban en el ajo, un enorme edificio cuyos sillares robo quien pudo hacerlo. Umbral nos dice: velahi uno de los mios a quien conozco bien, a quien tengo estudiado; el que vea mi prosa advertira lo que le debo, aunque no gran cosa: como que es uno de mis maestros, como que algo aprendi en sus paginas: a contemplar y comprender la realidad. No el unico por supuesto. ?Desdichado el escritor de un solo maestro, porque suyo sera el plagio! Otros tuve, como cada quisque [3], no hay mas que leerme, otros, pero sobre todo aprendi de lo que me rodea, del lenguaje que hablan, de las palabras que me llegan, de la vida, en fin. Porque fuera de ciertos matices, lo que Umbral recibio de sus maestros fue mas un modo de ganar que la ganancia misma, y de esto algo dije antes. El libro sobre Ramon tiene para nosotros, ademas, otro valor que el meramente recordativo, pues nos propone, al mismo tiempo de lo ya dicho, el tema de las vanguardias, que es tan de nuestra actualidad: no las de ahora, sino precisamente aquellas de nuestro antano, que se parecen, pues empiezan a repetirse, y es tan de hoy lo que dice Ramon acerca de ellas porque hemos llegado al lugar donde la cola de la serpiente muestra la mordedura, y la cabezazos dientes: ese recorrido circular de las artes durante casi un siglo y que ahora vuelven al punto de partida, o escapan hacia un romanticismo aun mas antiguo. De ahi el asombro con que se ven ciertos cuadros de hacia 1907, o que se leen ciertos poemas de hacia 1915: que parecen de hoy. ?Por que no citar la
Me parece que ya he saltado bastante de una materia a otra en este prologo abigarrado y caotico. Acaso hubiera sido mas propio informar al lector de las cualidades de la prosa de Umbral segun la linguistica moderna, pero para eso ya hay profesores nacionales y extranjeros que se disponen a hacerlo. ?Dios les de la pluma bien cortada, y, sobre todo, la prosa clara! Yo escribo acerca de el como mero lector suyo, como uno de los muchos que abren el diario por la pagina donde vienen sus palabras, y las lee con avidez, y queda generalmente complacido, a veces asombrado, otras con miedo, algunas irritado. ?Se ha pensado en las razones por las que continua leyendo a un escritor que asombra, que da miedo, que irrita? Me parece que no hay mas que una respuesta: porque irritar, asombrar, causar miedo, e incluso divertir, son funciones del escritor importante. Los que no lo son, aburren.
GONZALO TORRENTE BALLESTER
RAMON Y LAS VANGUARDIAS
RAMON GOMEZ DE LA SERNA
El nombre de Ramon Gomez de la Serna era un nombre vago y sugestivo que andaba en mi cultura de oidas, cuando nino, hasta que una manana, en una libreria de Valladolid, me compre