perspectivas culturales e historicas mucho mas anchas, sabemos que el hombre que esta cavando en di-reccion hacia la luz es el que hace mejor tarea. Ramon viene a valorar y sobrevalorar la vida cotidiana, las palabras menores de la existencia, que son las que la constituyen, mejor que las grandes mayusculas. En aquel momento empecinado de Espana, Ramon iba a ser algo asi como el escritor de los despreocupados, un filosofo de domingo, y lo que quisieramos en este libro es llegar hasta las razones personales que dan esta original flor literaria y, por otra parte, hasta los planteamientos generales que nos permiten hoy salvar y valorar, por encima de todas las cosas, al artista que trabaja en su arte, enriqueciendo asi la vida.
Los escritores del 98 mas afines a Ramon, como veremos luego, son Valle y Azorin, y no en vano dedica a cada uno de ellos un libro. Con Valle le emparenta la pasion de la palabra barroca y con Azorin la actitud vital de escritor puro y sin genero, de hombre que observa la vida y la transforma, la condicion de escritor estatico que narra mejor lo quieto que lo fluyente. Pero Valle va haciendo de su palabra instrumento de lucha al servicio de distintas causas, y Azorin, en medida mas cauta, tambien. Ramon jamas entrara en eso, hasta muy vencido de vida y obra, y cuando entra fracasa, porque sus ideales eticos son anteriores a la etica formulada y a la politica, son los ideales de un primitivo. Y fracasa, sobre todo, en la expresion, porque nadie menos dotado que el para el lenguaje conceptuoso o abstracto. Ramon nunca mueve ideas, sino imagenes, y le va como a nadie aquella sentencia de Francis Ponge, el poeta frances: «El poeta no debe dar nunca una idea, sino una cosa.»
Cabalmente, no hay otra forma de distinguir al poeta del que no lo es: poeta es el que se expresa mediante imagenes incluso alli donde no las hay. Ramon se despega del friso negro del 98 y hace la revolucion del optimismo. Pero primero pasa por la anarquia.
En la prehistoria literaria de Ramon -
2. RAMON Y EL ANARQUISMO
En un pasaje muy cuajado de su
No hay que pensar que Ramon fuese especialmente pusilanime ante sus padres, sino, mas bien, que aquello no le iba, que era un camino falso, pues el anarquismo de Ramon era pacifico y poetico, y en esto hay que considerarle precursor de las actuales acracias juveniles. Porque Ramon sigue siendo un anarquista hasta la muerte. Anarquista porque no conoce autoridad y porque cree en la bondad natural del hombre y el mundo. Esta muy cerca de suponer que todo marcharia bien por si solo. No es el anarquista que quiere dinamitar ideas, sino el que lo dejaria todo a su aire, confiando en el curso sensato de las cosas.
?Anarquista de derechas, como dijo un critico frances de otro escritor espanol? No exactamente. Ramon nos ofrece la version del anarquista que considera que el mundo ya esta resuelto y no hay mas que dejarle hacer. Ramon vivio su infancia cerca del Palacio Real y ha evocado grandes fastos monarquicos a los que asistio desde su balcon. Incluso llega en algun momento a declararse monarquico. Su monarquismo ni siquiera es estetico, como el carlismo de Valle, sino sentimental, rememorativo. Pero todas estas cuestiones son en el ociosas, ya que nunca las plantea de verdad. Ramon se inicia en un anarquismo literario y violento, siendo muy joven, y rectifica en seguida para tomar el camino de la anarquia pacifica, del hombre marginal que no cree en las instituciones de los hombres. Para el, quiza, las unicas instituciones serias de la sociedad autoritaria son el cafe, los toros y el circo.
No formula nunca su anarquismo de manera violenta ni contra nada -o rara vez-, sino que llega a la formula mas implacable de ignorar directamente todo lo que no le gusta. Una formula casi infantil, una formula de primitivo. Canta repetidamente la bohemia -que, en la version juvenil de la actualidad, se ha convertido en vagabundaje internacional-, y la bohemia, ese viejo topico, es el reino en que se aisla para no participar en el mundo de los adultos y sus transferencias.
El cafe, los toros, el circo, la bohemia, la noche. Mundos cerrados y marginales, mundos parasitos que son su mundo. Todo lo ocioso, lo venial y lo consentido. El cafe, que supone la conversacion inutil. Los toros, que suponen la muerte inutil, la tragedia de la vida suplantada por la tragedia ritual y estetica en la que muere un toro, o sea nadie. El circo, un espectaculo primario para un primitivo, la entronizacion del juego. Y, como programas vitales, la bohemia y la noche. La bohemia, que es una forma zigzagueante de caminar por la vida, eludiendo los obstaculos de «ese realismo que descalabra», como diria el. La noche, que es el tiempo en que pierden vigencia todas las instituciones represivas: la hora en que cierran los bancos, los ministerios, los juzgados. (Siempre queda un juzgado de guardia, pero Ramon se defiende mediante el cafe de guardia.)
Dedica un libro al cafe, otro libro a los toros -
Ramon, que parece tan confortablemente instalado en el existir, con su humanidad de gordo, es en realidad un transfuga de todos estos mundos marginales, que va de unos en otros, huyendo siempre del mundo adulto de los adultos. Uno de sus grandes primeros libros es el que dedica al Rastro madrileno. El Rastro es precisamente el reves de ese mundo serio que el repudia. El Rastro es ese mundo, pero ya vencido, caducado, revestido de poesia por la ruina y el tiempo.
Mejor que el mundo abrupto de los negocios y la politica, Ramon entiende la decadencia de ese mundo, toma el negro animal cuando ya es inofensivo, en su agonia de tapices y flecos, en el Rastro. Y, ya en el apice de la gratuidad, dedica un libro a los senos de las mujeres
Le fascina, en fin, a Ramon, el reborde gratuito de la vida, eso que hemos dado en considerar vano o banal, eso que aceptamos con cierta condescendencia y nada mas. Ha descubierto muy pronto que por ahi discurre la vida verdadera y natural, que lo otro es competitividad, agresividad, superestructura y voluntad de poder. Ramon formula su anarquismo repetidamente, aunque pocas veces pronuncie o escriba la palabra clave. Pero lo hace siempre sin programas, sin pandectas (como diria el), sino metaforizando, jugando, cuajando en greguerias, como Heraclito en fragmentos cortos, su vocacion por lo marginal, que no es sino la vida misma, que nosotros hemos marginado en nombre de los negocios y la moral. Por eso cuando Ramon se pone moralista, hacia el final de su vida, le sale una mala moralina pequenoburguesa, porque su gran moral, la otra, la verdadera, esta en su prosa lirica, en greguerias y metaforas. Es la moral de un anarquista.?
3. RAMON Y LA CIRCUNFERENCIA
El anarquismo de Ramon, profundo y lirico, es lo que le impide ser novelista. Bueno, hay una acumulacion de capacidades -no de incapacidades- que impide a Ramon hacer buenas novelas. Es demasiado escritor para ser buen novelista. Tiene demasiado que decir sobre un rostro, un bargueno o una fruta. Se le obtura la novela por exceso de material. (Algo asi le iba a pasar a Proust o le habia pasado no muchos anos antes, pero Proust encontraria la formula genial para dar fluidez a su espesa materia de escritor.)
Aparte estas incapacidades digamos tecnicas, nacidas de un exceso de capacidad, Ramon no puede ser novelista porque no cree en los conflictos humanos, en la charcuteria psicologista que acababa de alumbrar el psicoanalisis, y sin duda le cansa y aburre la monotonia del corazon humano, que es el mas reiterativo de todos los relojes. Asi, los argumentos de sus novelas son siempre caprichosos y marginales. La novela ha sido tradicionalmente un genero que, en el fondo, se ha limitado a estudiar la lucha del hombre