ensenaba a leer, amen de ayudar a meter la loca en una barrica con tapa de rosca, mediada de vino tinto caliente, cuando se ponia frenetica. El fundidor, que tenia la casa, por el humo de los hornillos, fuera de puertas, daba a ambos hermanos comida y cama. Por entonces se supo que Electra, quedando ella de prenda sin desplazamiento, habia convencido al fundidor de que le entregase a Orestes un oro que tenia para hacerle una dentadura completa al caballo favorito de un rico senor dalmata que negociaba en aceites aromaticos, y habiendo muerto el caballo de inanicion, estaba el oro en la caja fuerte, en espera de nuevas ordenes; con ese oro Orestes salio para cumplir la venganza. Electra se tumbo en el camino y obligo a Orestes a que su caballo la pisase al pasar, lo que el noble bruto hizo con el casco izquierdo en la nuca, como si tuviese el sentido de los ritos antiguos. Los mas opinan que la propia Electra no volvio a tener noticias de el. Las ultimas que de la infanta llegaron a Filon el Mozo fueron que Electra seguia en Tebas, con el cabello suelto, cada vez con mas arrugas, y descuidada en el vestir. Le habia dado por hablarse a si misma durante todo el dia, y aun en suenos, en voz alta, contandose lo que imaginaba que estaria haciendo Orestes, por donde andaria, quien le afilaria las espadas, la capa del caballo o el nombre de la nave, que almorzaba, el color de la capa, y hasta con que mujeres andaria, y fue suerte este parloteo, que la loca, escuchandola, se distraia de sus manias y terrores, y andaba sumisa detras de Electra, y anhelante, como el lector de novelas por entregas que se quedo estupefacto en el «Se continuara», y espera el nuevo cuaderno para saber en que paro aquella caida de la carroza en el abismo, o si el raptor de la nina no fue descubierto y la vendio a unos gitanos. Corrieron entonces rumores de que Electra y el fundidor se entendian, en parte porque a este lo rechazaba la mujer loca, y en parte porque la infanta queria dinero para enviarselo a Orestes si este lo mandaba pedir por un criado de confianza. Pero tambien se dijo que ella no habia tenido otro amante que el propio hermano, y eso con enganos, fingiendose Electra en el pasillo, a oscuras, ser una criada de planchado que habia en la casa, y no por calores que Electra tuviese, y en ramo de principes no habia cerca mas que el hermano, sino por haber hijo y darse asi una espada de repuesto, en el caso de que fallase Orestes la venganza. Pero Filon el Mozo, que es la autoridad a quien hay que seguir en el personaje Electra, escribio una escena en la que pretendia dejar al descubierto el motivo de haberse metido la infanta en la cama de Orestes, y fue para, llegada el alba, descubrirse y decirle que aquel pecado era uno mas a sumar en la cuenta de Egisto, culpable de que ellos anduviesen por el mundo sin casa ni ley. El final de Electra se ignora, aunque lo mas probable es que no haya salido de Tebas, de la casa del fundidor de dientes de oro, quien le estaba muy agradecido por haberle apaciguado la loca, la cual habia engordado, se pintaba los ojos y se vestia de lujo. Aunque el fundidor no sabia que aquel adobarse de su mujer, y ponerse galana en el patio, debajo del naranjo, con el traje escotado y los zapatos esmirnos, que dejan ver el menique pintado de rosa, era por si volvia Orestes, del que se habia enamorado locamente por lo que de el habia oido a Electra.
IFIGENIA. – Despues de la muerte de Agamenon a su regreso de Troya, y por supuestas invocaciones y augurios ciertos, se considero que era indispensable para el cumplimiento de la venganza de la infanta se conservase en la dulce belleza de sus dieciseis anos, con el cabello recogido en dos trenzas y la redonda pantorrilla realzada por el zapato de medio tacon. Asi como Electra era pequena y morena, Ifigenia era alta y rubia, y en la blanca piel salia a su madre. Temiendo que a la nina le llegasen correos secretos de Orestes anunciando la arribada silenciosa del vengador, Egisto la tenia encerrada en alta torre sin puertas, de la que se entraba y salia por un ascensor de roldana chirriante, adosado al exterior, y obra de un arquitecto bolones. Ifigenia vivia con su antigua nodriza y un gato de Angora, sordo como suelen los mas de estos que son de ojos azules, mirandose en los espejos, y le dio por no visitar a su madre y por pasar horas enteras recortando en forma de corazon papeles de colores e imaginando viajes de novios, con novios que no habia, y pues no sabia geografia, por paises que tampoco. Y papeles tuvo para recortar porque un soldado que la habia visto una manana en los banos, antes del encierro, y le habia gustado la mozuela, soltaba veletas, y aprovechaba los vientos, y cuando la veleta estaba a pique sobre la torre, disparaba su carabina contra la cana de amarre, y la veleta, como paloma cortada en dos en su vuelo, caia en la terraza almenada. El soldado se licencio, y la infanta tuvo que contentarse con recortar, haciendolos cada vez mas pequenos, los propios corazones azules, verdes, rojos, amarillos… Egisto explicaba el encierro de Ifigenia con un sueno que habia tenido, que aparecia Electra con unas unas enormes y desgarraba el rostro de su hermana, y se llevaba su mano derecha para llamador de una puerta, decia Electra huyendo. Y Egisto aseguraba que salvaba a Ifigenia de las iras de la terrible Electra. Con el paso de los anos, Ifigenia se iba haciendo luminosa, y bajo la transparente y blanquisima piel se adivinaban los delicados huesos. El pelo, bajo el peine, sonaba musical, como dicen que suele hacerlo el de las sirenas. Una tarde de invierno, cuando estaban en la
cocina calentando agua para la colada, le dio un ataque a la nodriza, tal que cayo con la boca abierta. Ifigenia toco la campana de alarma, y vino Egisto con dos criados, que por entonces todavia tenia servicio, y disponiendo el entierro de la nodriza, le rogo a Ifigenia, la cual se habia escondido en un armario, que se mostrase, que queria rogarle que se decidiese a pasar una semana de descanso en la cama de su madre, y que el dormiria en el trono, mientras no le buscaban un ama de llaves. Ifigenia dijo que no salia, que no queria que la viesen sin lutos, y que no precisaba de compania. Egisto y Clitemnestra, como del esfuerzo que hizo el esclavo que manejaba el ascensor al bajar el ataud con la nodriza dentro se le estrangulo una hernia y murio, no podian, que no hallaban sustituto, pasar a consolar a Ifigenia, y poco a poco se fueron olvidando de ella, y debia encontrarse bien, se decian si la nombraban, que no tocaba la campana. Ifigenia quedo sola en la torre -el gato escapo al cementerio y se echo a morir encima de la sepultura de la nodriza-, figura primaveral, alas doradas por sombra, rosa que no sabia marchitarse. No comia ni bebia. Paseaba por las salas polvorientas y oscuras. Se habia acabado el gas para los quinques y se habian consumido todas las velas. Ifigenia se sentaba en la cocina, junto al hogar, pero ya no habia nada con que hacer fuego. Orestes no venia y ella no envejecia. Se consolaba con la amistad que creia que le tenian los espejos, pero los espejos de la sala, grandes ojos redondos en las paredes, la devoraban. Filon el Mozo le explico a Eumon el tracio que Ifigenia solamente se alimentaba de aire y de sueno, y que los espejos, viendose perecer en la penumbra de la sala, vampiros al fin, acordaron devorar a la infanta, que ya no era mas que una sonrisa como un rayo de luz. Pero no podian devorarla mientras Orestes viviese, porque Ifigenia tenia que estar encendiendo las luces en la escena de la venganza, ella, la mas bella de las luces. Pero aprovechandose los espejos de un rumor que corrio del naufragio de la nave en que viajaba Orestes, y por ende de la muerte de este, se hicieron con el cuerpo de la nina un velo que solo ondeaba de aqui para alla, y sorbieron aquella que iba a ser para ellos una suave claridad matinal, y la resurreccion. Pero la torre se lleno de ratas, y eso fue todo, ratas, ratas, ratas, lo que los espejos contemplaron hasta que las telas de aranas los cubrieron, y su azogue se pudrio, como si despues de muerta Ifigenia, se hubiese convertido en carne humana. (Hay otras opiniones: que la rapto el soldado de las veletas; que aprovecho para huir el ataud que debia llevar el cuerpo de la nodriza solamente, y llevo el suyo tambien; que la mando matar con veneno en malvasia de Chipre su hermana Electra, y que aquella pupila griega, que no daba la edad, se llamaba Amarilis y murio de un vomito despues de pasar la noche con un boyero en casa de la Malena, era ella, saliendo en busca de Orestes, y necesitaba de dinero para el pasaje. Pero el autor esta por la version de los espejos, y gusta de imaginarse a aquella dulzura casi infantil caminando sin tocar el suelo, mientras las ratas se esconden, y los enormes, sucios, leprosos espejos se conciertan en la sombra.)
NODRIZA, LA. – La nodriza de Clitemnestra se llamaba Oretana, y decia que era de una familia de tejedores hesperidos, habiendo huido de su pais por verguenza, que bailando por broma en plenilunio, en compania de otras mozas -y alla se llevan los pechos sin cenidor, y la falda corta abre por el lado derecho hasta la cadera-; digo que bailando con un muneco de mimbre cada una, al que habian puesto sombrero y calzas, sin saber como, ella de aquel baile salio prenada. Le echaron sus intimas la culpa a las bragas, que eran de un cartero que pasaba por mujeriego. Salio Oretana, repito, del pais, y fue a parir a un bosque cerca de Sicilia, y lo que dio a luz fue una especie de cestillo redondo, con asa rizada. No sabiendo que hacer con el, lo dejo en una iglesia de bernardinas, colgado junto a la pila del agua bendita, porque ella no se habia atrevido a bautizar a aquel extrano fruto de su vientre, y penso que la gente que entraba en el templo, al santiguarse salpicaria al engendro, y aunque de tan oculto e imperfecto modo, pasaba el nino, por llamarlo asi, a cristiano. Se lleno Oretana de leche, y estaba en la plaza de Tarento esperando clientes, que era un ano de sequia y las vacas no daban, cuando aparecio un pregonero con trompeta, solicitando ama de cria para una infanta de Grecia. Oretana se ofrecio, y el pregonero venia acompanado de un criador persa de gatos sordos, gran catador de leche por exigencia de su oficio, el cual hallo perfecta la de la hesperida, con el tanto de grasa pedido. Y asi fue como Oretana paso a ser nodriza de Clitemnestra. Cuando llego la era de casar la nina, Oretana, que le habia