AMA MODESTA. – ?De que te quejas? ?No hay caridad en el mundo?
MENDIGO. – ?Tengo asco de algun pan!
AMA MODESTA. – El pan, cualquier pan, es santo.
MENDIGO. – Desde que se revolvieron los Ducados, las gentes ricas les tienen miedo a los pobres, y dan mas pan, pero escupen en el antes de darlo.
AMA MODESTA. – En todo este reino no hay quien escupa en el pan. Ademas, un gargajo no le llegara nunca al pan. ?Seria el fin del mundo que le llegase!
MENDIGO. – ?Si me trajeses una jarra de vino!
AMA MODESTA. – ?Escupo en el?
MENDIGO. – ?Aun estas de buen ver! ?Igual te cuesta ese salivazo una noche agarrada!
AMA MODESTA. – ?Eres muy picaro! ?Ni que fueses ciego!
DONA INES. – ?Por que andas a pedir por puertas? ?No eres un hombre fuerte y sano?
MENDIGO. – Pido para tener un motivo para andar. Si no tuviese que pedir por puertas, estaria lo mas del dia tumbado al sol, resonando.
DONA INES. – ? Suenas mucho?
MENDIGO. – Todos los dias y a casi todas las horas. ?No me cuesta nada! Y veo lo que sueno. Tanto, que algunas veces levanto la mano para tocar el sueno, que esta muy cerca, de bulto.
DONA INES. – ?Que suenas?
MENDIGO. – Que llego a Toledo, verbigracia, o a Damasco, y me saluda la Senoria, y me traen asados montados, y como en mesa de mantel. Tambien sueno que ando vestido de pano merino.
DONA INES. – ?Y con mujeres?
MENDIGO. – Sueno con dos.
DONA INES. – ?Son dos de por aqui?
MENDIGO. – No, son dos que no hay. Son dos sobrinas. Vaya, les llamo sobrinas porque antes sonaba con una tia de ellas, que tampoco la hay. Sueno con la sobrina pequena y con la mayor, que es morena. Ando con las dos a un tiempo, de galanteo, sin decidirme. Todo lo paso en charlas, hasta que me duermo.
DONA INES. – ?Y que mas suenas?
MENDIGO. – ?No te rias! Sueno que me hacen rey.
DONA INES. – ?Vestido de rey?
MENDIGO. – Si, con sombrero con plumas, como Egisto, y me llevan en una silla cubierta por el condado, con una bota de vino colgada del techo.
DONA INES. – ?Nunca has sonado conmigo? ?Muchas veces me mirabas!
MENDIGO. – Un dia en que estabas muy escotada, con una blusa verde, de codos en la ventana. Despues, decias adios a alguien con un panuelo ?No se a quien despedias! Pero debia ser uno montado, y que iba con prisa, que poco despues le ladraron los perros de las casas del vado.
DONA INES. – ?No lo has visto salir?
MENDIGO. – No, solamente escuche los perros.
DONA INES. – ?Lo viste salir!
MENDIGO. – ?No vi a nadie! Te vi a ti, te contemple desde debajo del tajo, y me eche a sonar, cubriendome la cabeza con la chaqueta de pana. Era por mayo.
DONA INES. – ?Era por mayo! Pasara toda la noche conmigo. ?Mis besos lo tenian con la boca abierta! Aparecio muerto en la selva, cuando fueron a cortar el roble bravo para las doblas de los yugos, en septiembre. Tenia una hoz clavada en el rostro, y el pecho desnudo comido del lobo.
MENDIGO. – ?Lobo? Seria de una rata. En la selva hay ratas moriscas, el pelo ojo de perdiz, siempre hambrientas. Yo queria hacerme una bufanda con sus pieles, pero harian falta diez o doce.
Dichos. AMA MODESTA
DONA INES. – ?Fue el, ama Modesta! ?Fue este!
AMA MODESTA. – ?Quien, madama?
DONA INES. – ?El que mato!
MENDIGO. – ?Tonteria! ?No mato las pulgas por no perder de dormir!
DONA INES. – ?Al de Atenas! ?Al que mandaba su retrato pintado en un vaso! ?Al que aparecio muerto en la selva!
AMA MODESTA. – ?Nunca oi nada de ese!
DoNA lNES. – ?No oiste que me lo habian matado? ?Quien me mata todos los amores? ?Donde se hacen sombra? ?Como voy a poderme casar, agasajar un esposo querido, parir hijos, si me matan los amores no bien nacen? ?No, parir hijos no! Se parecerian al padre, le quitarian el amor mio al padre. ?El mio ha de ser un amor celebre, hasta morir, como en el teatro! ?Como acostarme con el padre de mis hijos?
MENDIGO – ?Eso es una vaguedad! A mi me da igual cualquiera de las dos sobrinas. La verdad es que la morena me salio algo mas robusta.
AMA MODESTA. – ?Nadie te mata los amores, prenda! ?Hoy has dormido poco, reina mia!
DONA INES. – ?Me los matan! Todos tienen celos, y yo siempre sola, un alfiler perdido en un suelo de arena. ?Podia tener tanto amor yo sola? Todos los que pasan, todos, se enamoran de mi, todos me buscan en la noche. «?Huimos de la guerra!», dicen. No hay guerra, no la hay. Inventan eso para estar a mi lado, para llorar en mis manos.
AMA MODESTA. – ?Siempre lo tuve por un hombre honrado!