Pedras y esperar, si llegaba y esperaba sentado, tarde o temprano la nueva organizacion ultramarina le conectaria, si no… mejor no pensarlo, el idioma no le iba a presentar demasiadas dificultades, «o hotel mais frequentado de Lisboa situado en plena baixa», se habia acostumbrado al medio gallego del Bierzo y el brasileiro diferia poco del medio portugues, «salao de jantar no rez do chao, ponto do encontro».

– ?Quiere tomar algo?

Aunque ya no tuviera remedio, la meticulosidad era congenita y repaso mentalmente los papeles comprometidos mientras ratificaba su ausencia cajon por cajon, el libro de claves, la agenda de direcciones, los documentos con nombres propios, cifras, volumen de negocio, compromisos firmados y sin firmar, todos cenizas en el brasero, quemados a conciencia en la camilla, uno a uno, quedaban las frivolidades de su individualidad esquizoide que bien podia relajar un tanto, ya no tenia remedio, la aguja del picu roturo una vez mas Los preludios, poema sinfonico numero 3 para gran orquesta, de Franz Liszt, cuatro situaciones distribuidas en cuatro movimientos internos, espressivo, tempestuoso, pastorale y marziale, la introduccion a la segunda es la que queria oir para reconfortarse, su epica parafernalia sono con insistencia durante los ultimos anos en todos los hogares de Alemania, sintonia precedente al anuncio por radio de una nueva victoria, Goebbels era excesivo pero eficaz, se le humedecieron los ojos, parecia imposible que las mismas notas volvieran a sonar alguna vez por la misma causa, se deslizo su personalidad desde el autentico Alexander Easton, falso William White, muerto en combate si asi podia decirse a la muerte de un civil espia, hasta el falso William White, autentico Gunter Weiss, un ano dificil el del wolfram, contesto Carmen que le seguia solicita por toda la casa.

– Si, prepareme un te con leche, por favor.

Meticuloso hasta el ultimo detalle, unas gotas de leche para precipitar los taninos.

– ?Quiere unas pastas, don Guillermo? No ha comido nada.

La Pesquisa trataba de cubrir su nerviosismo con gentilezas.

– Gracias, Carmen, no tengo apetito.

Un tipo movido el ingeniero escoces Alexander Easton, alias White, desde joven en busca de aventuras, se le localiza por primera vez en el 17, excavando a mil millas de La Meca con la Anglo Arabian Oil, por poco le declaran profugo, tenia la carta conminatoria de A. E. Training Centre Irvine, Scottish Group, para su alistamiento inmediato, aparece tras el parentesis de la Gran Guerra montando con la Hispanoinglesa de Construccion el tinglado metalico del puerto de Almeria, le entro la fiebre minera y se asienta, es un decir, sus senas son de una intermitencia asombrosa, deambula por Galicia con afanes de topo, lo sabe todo del subsuelo que pisa, de ahi que reclamen sus servicios a traves de la United Kingdom Comercial Corp (Spain) Limited para contrarrestar la influencia alemana en la zona, ni un atomo de wolframio a los boches es el lema, y claro, tuvo que morir, sin tumba reconocida, en la huerta, el cuerpo de buena persona resulta un abono mas recomendable que la mezcla de cal y nitrato de chile, por algo dan los mejores melocotones del mundo, dos arboles hermosisimos de los que se tiene que despedir como de su propia vida, los naturales de Hamburgo no existen, borrados del mapa, resucitaria en Sao Paulo, si resucita, sin familia, sin hijos, sin mujer, perdoname, Helga, no soy yo, ?cuando conocio su doble a Maude?, ?en que lapso de sus correrias?, le preparo un hogar con el detalle del piano para su pasion melomana, un hogar que no llego a serlo del matrimonio, despues quemaria sus recuerdos, las partituras, la foto obsesiva, no escribiria a Chester, la villa se la prometio a Ausencio y si el callaba nadie podria desenmaranar el hilo que conducia de Chester a Carracedo, de las casitas Tudor a las de techo de pizarra, loca gente la berciana, loca por las minas empezando por la insaciable fiebre del oro, se acumulaban leyendas pero tambien informes, disponia del articulo del Financial Times que habia espoleado a Easton, «The Neglected Gold Fields of Northern Spain», todas las muestras que habia mandado analizar el escoces daban oro, ay, en cantidades irrisorias, wolfram aparte lo que alli habia era carbon y hierro, de lo que deberian ocuparse los bercianos era de su suelo, pero la fiebre agricola no les iba, como buenos espanoles querian la fortuna a una carta, se la juegan a cara o cruz a las chapas y sus pies pateaban un terreno rico como ninguno, que respondia generoso al menor estimulo, le hubiera gustado asentarse aqui de forma definitiva, despues desmontaria la radio y asunto concluido.

– Muy amable.

Carmen le sirvio el te. Con pastas,

– ?No quiere alguna cosa mas?

– Sagen sie dem Fraulein von oben, sie mochte runter kommen und mit mir zusammen Tee trinken. Ich mochte mich mit Ihr Unterhalten.

A Carmen, la Pesquisa, le gusto el acento, era la primera vez que le hablaba en ingles, segun ella.

– ?Que dice?

Gunter Weiss se asusto, su personaje bajaba demasiado la guardia.

– Perdone. Avise a la senorita de arriba, me gustaria tomar el te con ella si no tiene inconveniente.

– Si… no faltaria mas.

A Carmen le temblaron las piernas, como quedarse con el culo al aire, le explico a Olvido, «nos ha descubierto».

– ?Que hago?

La fiebre del oro es una maldicion, penso White/Weiss, y lo malo es que el wolfram no va a hacer mas que espolearla, parece mentira que hasta un hombre tan sensato como Sernandez Valcarce, con estudios universitarios, caiga en la trampa, le enseno la pepita de las medulas del Burbia, un fraude descarado, no salen del tamano de un grano de maiz en unas arenas lavadas por los romanos, hablare con la chica un momento y despues me ocupare de lo mio, todo esto no son mas que elucubraciones para demorar el enfrentamiento con mi dura realidad, si hubieramos empezado antes las experiencias del nuevo cohete en la plataforma VII de Peenemunde algo habria cambiado, se abastecio y bien a la fabrica subterranea de Mittelwerke en Nordhausen y sin embargo…, vale, nosotros, aqui, cumplimos con nuestro deber, no creo que otro en mi lugar hubiera conseguido mas, Brasil es el pais del futuro, nos organizaremos y si falla cualquiera sabe, los Estados Unidos terminaran enfrentandose a Rusia, les dejare todo menos el Humber, lo necesito para llegar a Lisboa.

– Baja y disimula.

Olvido se presento con su mitad colegiala cogida en falta, nerviosa; su mitad mujer hecha y derecha vagaba herida de muerte por el desvan.

– Buenas tardes, don Guillermo, ?queria hablar conmigo?

– Si, tenemos que hablar, ?una taza?

– No me gusta el te, bueno, no lo he probado nunca, si, pongame una taza, como guste… ?como se ha enterado de que yo…?

– Por Boom, no tiene secretos para mi.

Tambien les dejare el pointer, el perro se hace a imagen y semejanza de su amo y quien le da de comer es su amo, por el pan salta el can, estaba ovillado a sus pies, olfateando el cambio.

– ?Te ha hablado Ausencio de nuestro trato?

– Si, tampoco me guarda secretos.

– Quiero confirmartelo porque a el no le vere, le dejo un documento privado con mi firma y la de dos testigos para que pueda escriturarlo, espero no tenga dificultades.

– ?Por que no le va a ver?

– Me voy ahora mismo.

Olvido no tenia reservas para sorprenderse, toda la curiosidad se le agotaba en su propio e insoluble jeroglifico. Hablo la mujer descorazonada:

– Ya nada merece la pena.

– ?Que? No digas bobadas, chiquilla, esta firma es la mejor solucion del porvenir.

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